Los caciques del magisterio federal de la Sección XX cumplieron su amenaza: suspendieron clases en más de mil planteles educativos en la entidad. Voluntariamente o forzados, miles de profesores se manifestaron el viernes pasado por la Av. México y concluyó frente a Palacio de Gobierno.
Nadie reprueba que reclame solución a sus legítimos derechos laborales. Sin embargo, están obligados a ser congruentes y deslindar con claridad quienes son o fueron los responsables que esas demandas no se solucionaran.
Durante la marcha gritaron consignas que fueron más allá de lo laboral: se llegó al extremo cuando aludieron malévolamente las relaciones de amistad de Roberto Sandoval con el boxeador, Saúl Álvarez (a) el “canelo”.
Esta consigna morbosa e intolerante revela la doble moral de los caciques de la Sección XX de maestros. Si se escrutara la vida privada de los líderes sindicales de la XX encontraríamos un estercolero de inmoralidades: corruptelas, abusos de autoridad, trafico de influencias, hostigamiento sexual y rapiña indiscriminada de las cuotas sindicales que son utilizadas para hacer proselitismo electoral a favor de los compinches del sempiterno cacique, Liberato Montenegro Villa.
En sus responsabilidades como dirigentes del gremio magisterial igualmente enseñan su doble moral: se rasgan las vestiduras cuando dicen ser los defensores de la educación laica y gratuita, pero no muestran ningún pudor para aliarse con las organizaciones derechistas como el Partido Acción Nacional que desde su fundación anida en su seno a las corrientes más conservadoras de la jerarquía católica que violenta a diario este derecho constitucional. Lo pudimos constatar en las elecciones presidenciales del 2006 cuando la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) apoyó el proyecto calderonista de gobierno; y como todos conocemos, la corriente liberatista del PRI apoyó abiertamente la candidatura a gobernadora de la hoy panista Martha Elena García.
Hoy se muestran muy exigentes a reclamar sus derechos sindicales y salen a la calle para mostrar su musculatura política, pero en el sexenio de Ney González permanecieron mudos y ciegos ante el evidente desvío de fondos públicos federales destinados a la educación. No lo hicieron por la sencilla razón que estaba involucrado Aníbal Montenegro, Director General de los SEPEN, hijo del cacique, los que se beneficiaron de prebendas al colocar a sus incondicionales en los puestos estratégicos de la administración y de los servicios educativos.
Como en este gobierno les cayó la guillotina acotándoles sus cuotas de poder en el Sistema Educativo federal se sintieron agraviados cuando durante 40 años la educación en Nayarit ha sido rehén de sus intereses políticos y patrimonialistas, lo que impide la calidad de nuestro sistema educativo. Por esta razón se oponen tajantemente a concretar cualquier reforma que afecte a sus intereses e incluso rechazan a que sus agremiados sean evaluados en sus conocimientos. Los niveles de la enseñanza-aprendizaje básica, medio y superior reflejan irrefutablemente la mediocridad de quienes tienen en sus manos la educación de nuestra niñez y juventud.
¡Que paradojas del destino!: en la década de los 70s el grupo magisterial encabezado por el Profr. Liberato Montenegro se reveló en contra del cacicazgo del Profr. Federico González Gallo bajo la bandera de recuperar la dignidad sindical ante una organización corporativa que estaba cooptada por el poder gubernamental. Liberato, al hacerse del poder magisterial se erigió, no como el líder de un nuevo sindicalismo sino que devino en la prolongación del gallismo camuflado como de “avanzada”. Y lo que es peor: en un acción revanchista por no haber obtenido para su hijo Gerardo la candidatura a Gobernador del Estado viró a la derecha y apoyó con recursos sindicales y del erario público de la SEPEN a la candidata del PAN Martha Elena García. En cambio, aquel viejo cacique, al que depuso, aunque tardíamente, entendió que el corporativismo del SNTE será el principal obstáculo para hacer una profunda reforma a nuestro sistema educativo nacional. Líderes emblemáticos de aquel cacicazgo como lo fueron Federico González Gallo y Trinidad Alcantar viraron a la izquierda al participar en la fundación del Partido de la Revolución Democrática.
¿Qué nueva sorpresa nos dará el grupo liberatista si no recupera sus posiciones de poder en la SEPEN y en PRI, sobre todo cuando el Partido (PANAL) de la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo fue echada de la alianza PRI-PVEM para no cargar con ese personaje tan desprestigiado ante la opinión pública nacional? No nos sorprendería que de nueva cuenta se vistan de azul.
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