Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
El lector se preguntará a mí que diablos me importa lo que
ocurra en la caída económica de China; la crisis financiera de Grecia; las
guerras fratricida en el mundo musulmán; la caída estrepitosa en el precio del
petróleo; la histórica apertura de las relaciones diplomáticas entre Estados
Unidos y Cuba o el asqueroso racismo del precandidato republicano a la
presidencia de los Estados Unidos el
millonario Donald Trump o la fuga del “chapo” Guzmán de un reclusorio de Máxima
Seguridad en el Estado de México.
En efecto lo que preocupa día a día al ciudadano común es
disponer de un buen empleo, bien pagado y vivir con decoro.
Lamentablemente no es así. Vivimos dentro de una economía
globalizada donde las barreras nacionales desaparecerán en el tiempo.
Todos los fenómenos sociales y económicos están concatenados
entre sí. Lo que suceda en cualquier continente impactará para bien o para mal
hasta la más lejana población de nuestro Estado.
Pese a que nuestra nación dio otro paso más para ingresar a
la modernidad económica mundial con las reformas estructurales en Educación,
Competencia, Telecomunicaciones y la Energética impulsadas por el Presidente
Enrique Peña Nieto falta la implementación en cada una de ellas.
En donde hemos dado un salto cualitativo en este año es en la
Reforma en Telecomunicaciones y en la Energética.
En la primera estamos viendo resultados tangibles. Los
precios de la telefonía fija y móvil se han reducido notablemente.
Esta reforma fue un duro golpe del Estado mexicano al
monopolio del Grupo “América Móvil” y Telmex del empresario Carlos Slim que controlaban
casi la totalidad del mercado. Esto se ha visto reflejado en el bolsillo de
millones de mexicanos.
Posiblemente para el próximo año veremos este mismo impacto
económico en los servicios de televisión abierta y restringida y en la
radiocomunicación. Con la apertura de nuevos canales de televisión y radio se
mejorará la calidad y precios de estos
servicios.
La Reforma Energética ya dio sus primeros frutos con una
mayor oferta de gas industrial en el país al abaratarse la tarifa eléctrica
domestica e industrial.
Al utilizar el gas como energético en el proceso industrial
no solo abaratará costos, a la vez alentará la exportación de nuestros
productos haciéndolos más competitivos en los mercados internacionales, y por
supuesto se protegerá el medio ambiente.
Respecto a los productos derivados del petróleo esperemos que
con la apertura de Pemex a la competencia arriben a nuestro país grandes empresas
trasnacionales que oferten esos
productos a mejor precio, por ejemplo gasolina y lubricantes.
En cuanto a la exploración y explotación de nuestros
yacimientos petroleros el Gobierno de la República dio otro gran paso rumbo a
la modernidad económica y tecnológica y de transparencia y rendición de cuentas.
El pasado 15 de julio la Comisión Nacional de Hidrocarburos hizo
la primera e histórica subasta pública de la primera etapa de la ronda cero, en
este caso en la exploración de yacimientos en aguas someras en el Golfo de
México.
De los 14 competidores que se inscribieron para explorar
yacimientos petroleros solo dos resultaron ganadores.
Para algunos expertos en la materia esta primera licitación
fue un fracaso porque no se cumplieron las expectativas del gobierno que era
otorgar contratos de exploración por lo menos a 6 empresas petroleras.
En cambio para el Gobierno de Peña Nieto más que un fracaso
fue una etapa de aprendizaje que servirá para las subsecuentes etapas de
exploración y explotación en aguas someras y profundas.
Lo cierto que las empresas petroleras y el Gobierno Federal
se mostraron muy cautos. Las primeras
porque le miden el agua a los camotes sobre todo porque está a la baja el
barril de petróleo en el mercado internacional y con la posibilidad que la
república de Irán inunde el mercado con su petróleo luego que se le quite el embargo
comercial siempre y cuando firme un convenio ante la comunidad internacional de
suspender su programa nuclear.
De la parte gubernamental manifiesta su prudencia de no
malbaratar nuestra riqueza petrolera en situación de crisis y que las voraces
compañías petroleras trasnacionales se aprovechen de esta coyuntura en la que
el Gobierno Federal necesita de urgencia recursos financieros para reactivar
nuestro crecimiento económico.
Del éxito o el fracaso de estas reformas dependerá la salud
financiera de las Entidades de la República sobre todo de aquellas familias que
viven en zonas marginadas.
Si ya inició el Gobierno Federal insertar a nuestro país a la
modernidad económica mundial hasta cuándo habrá de implementarse una profunda
reforma política de nuestro sistema de gobierno que hoy está en situación de
crisis por los últimos acontecimientos que han violentado el Estado de Derecho,
la opacidad en la rendición de cuentas y un sistema de justicia subsumido en la
corrupción y en la impunidad…