Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Durante y después de la campaña presidencial Enrique Peña
Nieto prometió como uno de sus ejes de su gobierno otorgar seguridad social a
todos los mexicanos que consistía en garantizar, entre otros programas seguro
alimentario a jefas de familias, a los adultos mayores de 65 años y el Seguro
de Desempleo que por razones ajenas a su voluntad quedaran en el desempleo.
El programa a los adultos mayores ya se está implementando en
todo el país. El segundo está en el olvido y el seguro al desempleo se
desfiguraron sus propósitos iniciales en perjuicio del trabajador que cotiza en
el IMSS si es aprobado en los términos en que fue debatido en la Cámara de Diputados.
La minuta legislativa consiste en que este seguro será
fondeado con los recursos que aporta el trabajador al fondo de la vivienda, o
sea, no participarán en ese fondo ni los patrones ni el Gobierno Federal.
Bajo ese esquema -que es toda una simulación- el 5% que es
trabajador aporta al Infonavit, el 3% irá a parar a la banca privada que
administran las afores; y el 2% restante al Infonavit. Es decir el Seguro del Desempleo
lo pagará el mismo trabajador.
En el proyecto original del gobierno de Peña Nieto se decía
que el desempleado podría disponer del equivalente a un salario mínimo vigente,
siempre y cuando estuviera afiliado al IMSS por lo menos un año.
De haberse aprobado la nueva Ley reglamentaria a la reforma
Hacendaria, el trabajador saldrá perjudicado en dos vertientes; a saber, una,
la cantidad que recibirá por el seguro del desempleo estará determinada por el
número de semanas cotizadas. Solo podrá disponer del 15%, casi nada.
Por el lado del Infonavit el hecho que le quiten el 3% lo
llevará a su descapitalización, lo que incidirá en que no tendrá los
suficientes recursos financieros para incrementar un mayor número de créditos
para vivienda a los trabajadores. La única manera de capitalizar al Infonavit
es con la aportación de recursos de la federación. De no ser así el trabajador
tendrá que esperar años para que se le financie una vivienda.
Como se ve el Gobierno de la República no quiso pelearse con
la clase patronal. Una probable solución hubiera sido que la bolsa destinada al
desempleo fuera con aportación tripartita, es decir, el 1% fuera aportado por
cada uno de los sectores. Ocurrió lo contrario
en beneficio de la banca privada que administra las afores de los
trabajadores. La banca privada no solo administrará los casi 12,000 millones de
pesos que se calcula entrará a sus cajas por este concepto sino que cobrarán el
1.5% por administrar esos recursos.
Por los magros rendimientos que han producido a las afores a
favor de los trabajadores en los dos últimos años dado la recesión económica en
el mercado internacional y nacional los trabajadores tienen un futuro incierto
en sus pensiones.
¿Por qué razones no se creó una bolsa al seguro al desempleo
que fuera administrado por el propio Infonavit en vez de entregar esos
cuantiosos recursos a los banqueros privados? Definitivamente se engaña a los
trabajadores mediante acciones de simulación.
Si de esta forma gatopardista se van a operar las otras leyes
reglamentarias a las reformas constitucionales en Telecomunicaciones,
Política-Electoral y Energética se estará construyendo un Frankenstein difícil
de predecir su impacto en los próximos seis años.