miércoles, 10 de octubre de 2012

SE LES FUGÓ EL MUERTO


El periodista Carlos Marín, autor de la columna “el asalto a la razón” comentaba lo que decía con ironía un viejo reportero policiaco, que “a los muertos ya no los dejan vivir en paz”.
Viene a cuento este comentario a propósito de el súbito robo de una funeraria de Sabines, Coahuila del cuerpo de Heriberto Lazcano Lazcano “El Lazca”, abatido a tiros el domingo pasado por la tarde por miembros de la Marina nacional, en aquella región del país.
Según las crónicas, esa tarde el numero dos de los Zetas (que se distinguió por su crueldad y sadismo en el exterminio de sus victimas), él y un acompañante se encontraban viendo un partido de beisbol de barrio cuando un comando de la Marina quiso interrogarlo por “sospechoso”. Al no acatar la orden y emprender la huida tirando una ráfaga de balas a los militares, estos repelieron  la agresión matando a sus dos conductores al instante.
Como en Sabines no había instalaciones de medicina forense optaron por llevar los cadáveres a una funeraria del lugar  en donde el ministerio público y agentes de la Marina tomaron a los occisos huellas dactilares y fotografías. Allí dejaron a los dos difuntos en resguardo.
Fue hasta las 8 de la mañana cuando se presentó el dueño de la funeraria ante las autoridades -y como una mala película de México de los años 40- informó que como a la 1 de la mañana del lunes, un comando fuertemente armado de los Zetas tomó por asalto la funeraria y se llevaron los dos muertos.
Esta circunstancia dio motivo a que los altos mandos de la Armada buscaran en sus archivos y al comparar las huellas dactilares de uno de los acribillados se dieron cuenta que se trataba del mando numero dos de los Zetas, el más buscado en México y en los Estados Unidos.
Si no hubiera sido por el robo del cuerpo del delincuente a lo mejor hubiera terminado en una fosa común y jamás se hubiera tenido noticias del paradero de el “Lazca”.
Narramos lo anterior porque ahora el Gobierno  de Felipe Calderón  se quiere colgar la medalla de que al final de su sexenio se le dio un golpe demoledor al grupo delincuencial los Zetas.
Como puede deducirse fue un hecho fortuito, no producto de las investigaciones de la inteligencia militar.
Lo que si es cuestionable y hasta risible es la falta de seguridad alrededor de los delincuentes cuando son abatidos por las fuerzas policiacas o militares. Cada uno de ellos carga las huellas de sus compinches e información vital para seguir las cadenas de mandos.
Ahora bien, la muerte de el “Lazca” no quiere decir el exterminio de esa banda sanguinaria que a partir del 2010 fue creciendo potencialmente en más de una decena de estados de la República gracias a su alta capacidad de generar violencia por medio del terror.
Más que una organización dedicada al tráfico de drogas, su negocio estriba en el secuestro, robo de vehículos, asalto express, cobro de derecho a piso, protección a centros de vicio y asaltos a indocumentados de centro y Sudamérica.
Como integrantes de las fuerzas elite del ejército que fueron utilizan las tácticas y estrategias de la guerrilla urbana y rural en su forma de organización y operación, por lo que sus mandos no son piramidales  sino horizontales; operan mediante células, por lo que si cae en batalla un alto mando, lo suple otro. Es un cuento de nunca acabar, pues son como la hidra de mil cabezas.
Sin embargo, por allí un analista del Gobierno  Federal dice que el fin de los Zetas está por llegar; cita dos argumentos:
1.-Que los dos jefes históricos de los Zetas se disputaban  el mando único del negocio. Señala que a finales del año pasado entraron en disputa Miguel Treviño y Heriberto Lazcano. Esta confrontación los estaba llevando a su atomización.
2.-Que a mediados del año pasado, el Gobierno Federal cambió de estrategia para combatir a los capos de la droga. En vez de tirar escopetazos a diestra y siniestra abriéndose frentes de guerra por todos lados decidió concentrar toda su fuerza militar y logística en contra de los Zetas por ser la banda más cruel y sanguinaria que mediante el terror amenaza a la sociedad civil.
Asegura el comentarista que esa estrategia está funcionado. Informa que del 2011  a la fecha han caído muertos o en la cárcel 14 altos y medios mandos de los zetas; en tanto que han sido capturados o muertos 4 altos mandos de otras organizaciones criminales, lo que demuestra el por qué  ha bajado la violencia armada y de criminalidad durante este periodo en nuestro país. Bajo esta lógica actúa el Gobierno panista de Felipe Calderón.