lunes, 3 de octubre de 2011

EN PICADA EL CACICAZGO MAGISTERIAL

En este nuevo sexenio gubernamental se le acotará aún más el poder al grupo caciquil lidereado durante más de 35 años por el Prof. Liberato Montenegro Villa. Así quedó de manifiesto cuando a finales de la semana pasada un reducido grupo de incondicionales suspendieron sus actividades en la Secretaría de Educación Pública demandando el cese del Prof. Efraín Moreno Arciniega como titular de los Servicios de Educación Básica en el Estado.
Ante este coletazo de la corriente liberatista, el Secretario de Educación Pública Estatal, Marco Antonio Ledezma, de facto descalifico ese movimiento parista por considerar que no tenía fundamentos, en primer lugar porque la facultad de designar o remover a un Secretario del Gabinete es del Gobernador del Estado; y en segundo lugar porque las acusaciones que se le hicieron al Prof. Moreno Arciniega son motivadas por fobias personales y no en el desempeño profesional de su nuevo cargo.
Esta primera embestida del cacicazgo magisterial no cuajó ante la oportuna y enérgica intervención del nuevo Secretario de Educación. No había motivos para ceder en tanto que esa corriente magisterial quedó fuera del reparto de las cuotas de poder al interior del PRI desde el momento que decidieron apoyar a la candidata a gobernadora del estado del blanquiazul, Martha Elena García Gómez. Por décadas utilizaron a los maestros para ganar puestos de elección popular y en las administraciones estatales y municipales. Durante varios sexenios colocaron en los altos puestos directivos del sistema Educativo federal a incondicionales producto de negociaciones en lo oscurito o mediante presiones al gobernante en turno.
Como resultado de esa nefasta simbiosis fue el otorgamiento de un pésimo servicio educativo a nuestros niños y jóvenes. Las pruebas de Enlace así lo han demostrado. De igual manera por medio de la sección 20 de maestros se incrementó el número de profesores dizque comisionados y que puntualmente quincena a quincena reciben su cheque sin trabajar, mientras en decenas de poblaciones rurales sus habitantes se quejan de maestros faltistas o de prolongadas ausencias de maestros en los centros educativos.
Liberato Montenegro se puso él mismo la soga al cuello cuando junto con su cachorro, el Senador Gerardo Montenegro, en su ambición de poder, se saltaron las trancas en el tricolor e infringieron las normas estatutarias  de ese partido durante el pasado proceso electoral. Y ahora sin vergüenza alguna pretenden recuperar mediante presiones el control de la educación básica en el Estado, que es en donde tiene sus raíces ese cacicazgo. Liberato Montenegro debe de entender que su  anterior poder político ya tocó fondo. Ahora deberá ser una nueva generación de políticos los que deben de tomar en sus manos la responsabilidad de sacar del estancamiento y la mediocridad a nuestro Sistema Educativo Estatal, más aún cuando la nueva administración gubernamental se ha comprometido a que la educación sea uno de los ejes estratégicos para combatir a las bandas del narcotráfico y a otros hampones del crimen organizado. No debe haber marcha atrás en liquidar a los viejos cacicazgos que tanto daño han causado a nuestra Entidad…YA QUE HABLAMOS DE CACIQUES, también tocó el turno al otrora inamovible dirigente estatal del Partido del Trabajo, Jaime Cervantes Rivera. Durante décadas usufructuó esa organización partidista como su patrimonio familiar claro, con la bendición del clan familiar que dirige actualmente a ese partido, Alberto Anaya.
Tal parece que Jaime Cervantes cayó en desgracia por su rapacidad y pésima organización para conducir a ese partido en Nayarit. La gota de agua que derramó el vaso fue el pésimo manejo administrativo de los CENDIS que hoy están en bancarrota y por la sucia maniobra que urdió en complicidad con el Instituto Estatal Electoral de querer imponer como diputada a su esposa Rosario Valdez, lo que originó que ese partido se quedara sin ninguna representación en la XXX Legislatura Local.
Ante estos hechos, Jaime Cervantes y su reducido grupito de incondicionales ya no son útiles a la pandilla que dirige a nivel nacional Alberto Anaya. Salió por la puerta trasera, con la cola entre las patas como un perro callejero.