martes, 5 de marzo de 2013

LA JUSTICIA NO DEBE SER SELECTIVA


Por Francisco Cruz Angulo

Ningún interés por poderoso que sea estará por encima del interés del país, severa advertencia del Jefe del Poder Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto expresado pocas horas después  de que un juez  del Distrito Federal dictara formal prisión a la Profra. Elba Esther Gordillo y a dos de sus secuaces que triangulaban los fondos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a las cuentas bancarias personales de la ex lideresa de ese sindicato. Los presuntos delitos por los que serán procesados son lavado de dinero y delincuencia organizada.
En una investigación que realizó el periódico “Milenio” da cuenta que la Profra. Gordillo compró residencias y terrenos en Miami en zonas exclusivas para millonarios. Seguramente estos bienes comprados con las cuotas de los trabajadores formarán parte del expediente.
Como lo señalé en una columna anterior de que habría de esperar cual sería la respuesta legal y política de la otrora poderosa líder sindical. Ya conocemos la respuesta de su gremio. No hubo movilizaciones o paro laboral en las secciones sindicales para defender a su presidenta vitalicia. Al contrario su lugar fue ocupado de inmediato por el Profr. Juan Díaz de la Torre.  Solo le mereció un escueto comunicado dirigido a la Secretaría de Gobernación y al Procurador General de la República a quienes demandan un debido proceso, respeto a sus derechos humanos ya que se le  juzgue bajo la presunción de inocencia.
En la cuestión legal sus abogados defensores, luego que fue dictada la formal prisión a su clienta, simplemente dijeron que por el momento no tenían una estrategia para la defensa de la maestra.
Elba Esther pecó de exceso de arrogancia. Tal vez pensó que nadie se atrevería a tocarla asustando con el petate del muerto, es decir, que bastaría una señal de ella para paralizar a todo el sistema educativo nacional. No ocurrió así. Los trabajadores de la educación la dejaron sola, aún aquellos que favoreció. Se cumple aquella frase popular: “muera el rey; viva el nuevo rey”.
Si las  palabras admonitorias del Presidente Peña Nieto las cumple a profundidad estará obligado a hacerlas cumplir a personajes que se protegen bajo el PRI en el cual ocupa la presidencia de Consejo Político Nacional. Citemos tres de ellos: el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier acusado por un desvío de fondos públicos federales de 1,900 millones de pesos; altos funcionarios del  ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira señalados como responsables de falsificación de documentos oficiales para adquirir deuda pública al margen de la Ley y abrir una investigación acuciosa sobre el uso y destino de las cuotas sindicales y préstamos de PEMEX al sindicato petrolero que encabeza Eduardo Deschamps, por cierto aliado de Doña Elba Esther y que ahora no saca la cabeza para defenderla.
Para que no se quede en el imaginario popular que la captura de Doña Elba Esther fue una revancha política, como así la califican algunos líderes de la oposición, la aplicación de la justicia no debe ser selectiva motivada por filias o fobias. Quien incurra en actos de corrupción desviando recursos públicos a cuentas bancarias personales o adquiriendo bienes e inmuebles utilizando prestanombres se debe aplicar todo el peso de la ley, sea cual sea su filiación partidista, posición política o poderío económico.
En los dos últimos gobiernos federales panistas la corrupción y la impunidad permeó a todos los niveles de gobierno, sobre todo, en el gobierno de Felipe Calderón cuando entregó en usufructo a su ex aliada Elba Esther la Dirección General del ISSSTE, de la Lotería Nacional y de todo el sistema de educación básica desde donde salieron sumas millonarias a las cuentas bancarias de la depuesta ex presidenta vitalicia del SNTE.
Todos estos ilícitos están plenamente documentados por la Auditoria Superior de la Federación. Es tiempo que rindan cuentas ante la justicia y no queden en la impunidad. El Presidente Peña Nieto debe seguir honrrando su palabra.