jueves, 31 de mayo de 2012

SACAN SUS TRAPITOS AL SOL

Los 4 candidatos presidenciales disponen de 29 días para cambiar el sentido de las preferencias electorales de varios millones de mexicanos que todavía no deciden el destino de su voto.

En esta última etapa estará marcada por tres factores  que pueden cambiar el curso de la votación final. El primero es la inevitable guerra sucia; la segunda es el impacto que podría tener el movimiento juvenil “Todos somos 132” que el miércoles pasado tomaron resoluciones preliminares en el campus de la Universidad Autónoma de México que congregó a  50 representaciones de universidades públicas y privadas de varias entidades de nuestro país. Otro evento  es nada menos que el próximo debate del 10 de junio en la Ciudad de Guadalajara en donde los presidenciables dispondrán de un formato más flexible que haga posible contrastar propuestas, debatirlas y sacar conclusiones.

Refriéndonos al primer tema, el pasado martes se firmó en la Secretaría de Gobernación una carta compromiso firmada por todos los dirigentes de los partidos políticos en el cual se comprometen a no recurrir a la guerra sucia para descalificar a sus adversarios; pugnar por una competencia civilizada y de contrastes de propuestas. En fin, prometieron comportarse como buenos demócratas que buscan el bien del país.

Eso fue pura  retórica. A Peña Nieto lo están tundiendo desde la Procuraduría General de la República como aliado de presuntos lavadores de dinero del narcotráfico y cómplices de ellos como son el caso de los ex gobernadores de Tamaulipas Tomás Yarrington y Manuel Cavazos.

No es casual que el gobierno panista ventile estos casos de presunta corrupción en tiempos electorales. Su candidata, la panista, Josefina Vázquez Mota no repunta y hasta podría caer al tercer lugar el día de la elección, lo cual sería un desastre político para el Partido Acción Nacional, dado que es el partido en el gobierno.

Esta misma política la enfocaron hacia  los partidos de izquierda, cuyo abanderado es López Obrador. La semana pasada sometieron a proceso penal al ex gobernador de Baja California Sur, Agúndez Montaño por el delito de peculado durante su administración.

Y todavía más: el miércoles en la edición del Diario matutina de Excélsior se publicó el contenido de una conversación privada de dos asesores de la campaña presidencial de AMLO con un grupo de empresarios de la Ciudad de México en donde  solicitaron recaudar 6 millones de dólares para hacer ganar al “peje” a cambio de beneficios a sus empresas en caso de ganar la Presidencia de la República. Esa cinta filtrada a Excélsior provocó un escándalo público. De inmediato el PRI y el PAN solicitaron una investigación al IFE para deslindar responsabilidades al considerar que se estaría cometiendo un grave delito de carácter electoral.

El “peje” ya se deslindó de ese pase de charola; no obstante seguro que le echarán lodo a la figura de AMLO.

En esta misma línea de descalificaciones la protagoniza la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota. Desde hace dos semanas su blanco favorito en arengas públicas y por radio y televisión es el priista, Enrique Peña Nieto y la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo. El problema es que  esa campaña negativa se le revierte a diario. Su proselitismo electoral no se refleja en la intención de voto porque seguramente los electores no ven propuestas claras que la hagan diferente a la de sus adversarios. Si continúa por ese camino lo más probable es que se derrumbe en los próximos días. Respecto al impacto mediático en la campaña por la presidencia del movimiento de jóvenes universitarios denominado “TODOS SOMOS 132”  dependerá en gran medida de como definan sus objetivos programáticos, esto es, si se asumen como un movimiento mediático  apartidista, pero que centren como su principal objetivo su antipeñanietismo y en contra de los medios de comunicación televisiva o un movimiento que se prolongue más allá del primero de julio. Si optan por lo primero ese Movimiento será un aborto que en nada aportará a la democratización de nuestro país. Si es lo segundo  será un movimiento esperanzador y  como una conciencia crítica   que abonará  al cambio de rumbo de las políticas públicas de la próxima administración federal.