Tenemos a la
vista casos emblemáticos de opacidad en la información y rendición de cuentas.
El más escandaloso es el manejo discrecional de los recursos financieros en el
Sector Salud en el Estado, lo que ha derivado en desviación de recursos;
negocios en la licitaciones de las obras de infraestructura hospitalaria; saqueo
de medicamentos; ausentismo de médicos de alta especialidad; incremento
indiscriminado de personal de confianza; desaparición de equipamiento medico; y
otras tantas anomalías que las ha detectado la actual administración estatal.
Cuando se
requiere información al respecto, se escamotea, se oculta o en el mejor de los
casos se otorga información sesgada y contradictoria.
Ante esa
opacidad en la información, lo único que provoca es el “sospechosismo” o la
elucubración. Van algunos de ellos.
Se dice en
los círculos de esa institución que si no fuera por los cuantiosos recursos
provenientes de la federación a través del programa, Seguro Popular, los
hospitales y clínicas de los Servicios de Salud en el Estado funcionarían
desastrosamente; que todo el aparato burocrático-administrativo y los servicios
médicos-hospitalarios, en gran parte van a cuenta del Seguro Popular. ¿Entonces
que se hace con el Presupuesto asignado por el Congreso del Estado para ser
ejercido en esa institución?
Del anterior
Gobierno Estatal ya lo sabemos: fueron desviados a precampañas proselitistas
electorales y a publicitar proyectos políticos personales.
En los diez meses
que va de este Gobierno Estatal, por lo menos debía tener un diagnóstico claro
y preciso sobre la situación que prevalece en ese sector. Se dice que hay una
deuda de 500 millones de pesos y mil trabajadores eventuales heredados del
pasado gobierno; pero no se dice como se desvió ese dinero y quienes fueron los
beneficiarios. La generalización es dar escopetazos al vacío.
Recordemos
otro ejemplo concreto: en el cuarto año de Gobierno de Ney González se
publicitó con bombo y platillo que se compró un moderno tomógrafo digital, considerado
el mejor del noroeste; y resulta, según fuentes del mismo Hospital General que
ese tomógrafo lo adquirió el Gobierno de Antonio Echevarría y que durante
varios años permaneció empaquetado hasta que en los primeros meses de este
Gobierno fue puesto en funcionamiento. Si esta versión es cierta habría que
saber que destino le dio Ney González a la partida correspondiente disque para
comprar el aparato. Otra pregunta: ¿En donde quedaron los 14 quirófanos bien
equipados y de alta tecnología que serían asignados a distintos hospitales del
Sector Salud? Si los hubiera decenas de enfermos no esperarían meses para ser
operados.
En días
pasados nos desayunamos con la noticia que se rehabilitará el inmueble del Hospital
General de Tepic. En hora buena. Sin embargo, lo más importante es mejorar la
calidad de los servicios. Aquí esta el cuello de botella. En primero lugar habrá
que hacer una limpia de aviadores que fueron asignados como pago a servicios de
proselitismo electoral. Segundo, contratar más médicos especialistas que hoy
son insuficientes. Tres, eficientar la atención medica-hospitalaria que parece
de tercer mundo. Y cuarto, administrar bien los recursos del Seguro Popular
complementándolos con los asignados en el Presupuesto Estatal para ese sector.
Si el
instituto de acceso a la información pública estatal obliga a que cada tres
meses transparenten todos esos recursos públicos, los nayaritas conoceremos con
certeza que se hace con el dinero de nuestros impuestos.
Igual ocurre
en los ayuntamientos. Se quejan que no tienen dinero ni siquiera para pagar la
nómina, solicitan préstamos, pero no sabemos en que lo van a gastar, cómo y a
quienes se destinarán esos recursos. ¿Cuántos ayuntamientos y otras dependencias
de gobierno tienen a disposición de los nayaritas su página web y actualizada?
El mismo Instituto de acceso a la información debería informarnos cada tres
meses si todas las instancias de gobierno cumplen con esta obligación de rendición de
cuentas.