Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Justo cuando me enteré que la diputada plurinominal recién asignada
al Partido Movimiento Ciudadano, Olga Lidia Serrano Montes por una resolución de
la Sala Regional Electoral del TRIFE con sede en la Ciudad de Guadalajara y que
desertó de ese partido para sumarse a la fracción parlamentaria del PRI en la
XXXI Legislatura corroboré una vez más la degradación moral de los partidos políticos
y de algunos de sus líderes y militantes.
Desde hace algunas décadas es una práctica común que servidores
públicos de algún partido brinquen a otro diametralmente opuestos en ideología
y en proyecto de gobierno.
Como todos conocemos es un vil pragmatismo cuya finalidad es obtener un puesto de elección popular o en su
caso un puesto público.
La explicación es simple: a las cúpulas partidistas es
sostenerse permanentemente en los altos mandos del partido y para ello no
tienen el menor escrúpulo de rodearse de gente advenediza, leales y sin escrúpulos
morales que les sirven como la base de su poder. Los militantes que si están comprometidos
con los principios ideológicos y programáticos de su partido, que hacen de su
trabajo una mística de su partido generalmente son relegados a segundos o terceros
planos y aquellos que se rebelan son sistemáticamente vapuleados hasta lograr su expulsión sin consideración
alguna.
Volviendo al tema de los chapulines que brincan de un partido
a otro se especula que el otro diputado plurinominal de Movimiento Ciudadano,
Manuel Bernardo Carbonell Ortega dice estar dispuesto a ponerse la chaqueta
priista a cambio de 2 millones de pesos. Es probable conociendo sus
antecedentes personales. Comentan que este personaje es de origen veracruzano y
que por su cercanía con el cacique mayor de ese partido Dante Delgado fue
enviado a Nayarit para reconstruir al alicaído partido.
Esta situación de privilegio la aprovechó para que fuera
designado en el primer lugar de la lista plurinominal.
Se dice que los dirigentes estatales de Movimiento Ciudadano
impugnarán ante la sala regional electoral del TRIFE la deserción de la Dip.
Olga Lidia Serrano Montes por el hecho de haber migrado al PRI. ¿Con que
calidad moral lo harían si ellos mismos la designaron libremente?
No creo que proceda esa inconformidad puesto que hasta el día
de hoy no existe una norma que evite que en un legislador cambie de chaqueta
cuando se le pegue la gana. Incluso los mismos partidos políticos rehúyen tocar
el tema para sancionar esa nociva práctica moral porque tal vez algún día ellos
estarán en esa misma situación.
Sería saludable para la vida democrática de nuestro estado que
la nueva legislatura local bajo el liderazgo del Dip. Jorge Segura se legislara
al respecto realizando cambios en nuestra norma electoral en la que se obligue
a que aquel regidor, presidente
municipal o diputado local que pretenda cambiar de partido se le inhabilite y
se llame a su suplente; y si se trata de un diputado plurinominal sea llamado a
ocupar su puesto la siguiente persona por orden de predación.
De esta manera seremos un ejemplo de moral política a la nación
en el tema que nos ocupa.