martes, 2 de julio de 2013

PEÑA NIETO OFRECE SEGURIDAD SOCIAL UNIVERSAL

Por Francisco Cruz Angulo

Uno de los Derechos universales del hombre es tener garantizado la seguridad social universal no solo de los trabajadores sindicalizados.
A partir de estos principios se pronunció el presidente Enrique Peña Nieto durante una reunión con el Sector Salud.
El reto a encarar no será nada fácil. Ello implicará integrar todos los servicios de salud existentes hasta hoy: SSA, Seguro Popular, ISSSTE, IMSS y los servicios médicos-hospitalarios de las fuerzas armadas; Pemex y CFE en un solo órgano  público que garantice el acceso a los servicios de salud a todos los mexicanos.
A finales del Gobierno del presidente Calderón se inició en  un estado fronterizo un programa piloto que consiste en la portabilidad de las credenciales del Seguro popular, ISSSTE y del IMSS. Esto quiere decir que cualquier derechohabiente puede utilizar los servicios de esas instituciones de salud con solo presentar una de esas credenciales. Ignoramos su funcionó con éxito o quedó como una simple tentativa.
La propuesta del presidente Peña Nieto implica superar varios obstáculos; a saber:
Uno, pactar con los sindicatos nacionales del ISSSTE, IMSS, seguro popular y SSA. Esas instituciones tienen sus particularidades. El IMSS es una institución que se sostiene de manera tripartita: trabajadores, patrones y gobierno; el ISSSTE es una institución exclusiva para los trabajadores al servicio del estado en donde los burócratas aportan mensualmente una cuota; el seguro popular y los que son atendidos en los centros hospitalarios del sector salud son sostenidos con presupuesto estatal y federal y solo cobran cuotas de recuperación. Por tales peculiaridades tenemos atención medica-hospitalaria muy diferenciada en prejuicio de la gente más pobre de la población.
Otro problema es qué hacer con el sistema de jubilaciones y pensiones. Los únicos que tienen derecho a estos beneficios son los trabajadores que cotizan por medio de los sindicatos.
Especialistas en la materia proponen la creación de un sistema nacional de jubilaciones y pensiones en donde no solo cotizarían  los trabajadores organizados sino los trabajadores de la informalidad.
Con esta medida se estimularía a los trabajadores de la informalidad a inscribirse en cualquier régimen fiscal, lo cual incrementaría el padrón de contribuyentes.
De proponerse el gobierno de Peña Nieto la creación del sistema de salud universal  implicaría una fuerte inversión millonaria en infraestructura hospitalaria, equipamiento, más personal médico y de enfermería y el suficiente abasto de medicamentos. Todo lo anterior será viable si el Gobierno Federal logra pactar en el Congreso de la Unión una reforma Hacendaria de gran calado que haga posible recaudar más, incrementar la base de los contribuyentes y obligar a que paguen más los que ganan más, esto es, las grandes corporaciones financieras y comerciales. Y por supuesto, junto con pegado la reforma energética que debe ser una de las palancas del desarrollo económico de nuestro país.
En esta gran reforma del sector salud no basta la voluntad presidencial. Es responsabilidad también de los líderes sindicales de las instituciones de salud.
Si partimos del hecho que los líderes sindicales manejan sus organizaciones como cotos de poder y de ascenso en sus carreras políticas serán un poderoso obstáculo a vencer. Ninguno de ellos querrá ser del montón y pasar a la oscuridad.
Por ello el mandatario federal tendrá que convocar a un gran acuerdo nacional en donde participen los sectores obreros, empresariales, partidos políticos y congresistas a fin de encontrar una ruta viable para arribar a los servicios de seguridad social para todos los mexicanos.