domingo, 20 de mayo de 2012

SOPLAN VIENTOS DE INESTABILIDAD SOCIAL

Algunos de mis lectores consideran como una exageración haber titulado una de mis columnas “Se anida el huevo de la serpiente” titulo tomado de una cinta cinematográfica de la década de los 70´s en donde se narra las condiciones económicas  políticas y sociales que dieron origen el ascenso de la Alemania nazi, años antes de perder la primera guerra mundial.
Luego de esa derrota se vino la gran depresión del 29 en Estados Unidos que trajo consigo la quiebra del sistema financiero mundial y, en consecuencia, la bancarrota de millones de empresas, la pérdida de empleos, la violencia en las calles por la pobreza extrema y el surgimiento del hampa organizada.

En Europa la situación fue peor: los países derrotados durante la guerra, entre otros Alemania, tuvo que pagar leoninas indemnizaciones de guerra en situación de crisis económica a consecuencia de una planta productiva totalmente destruida, con millones de alemanes en el desempleo y gobiernos incapaces de ofrecer alternativas viables para salir de la crisis.

Agreguemos a esta situación el odio racista que fue alimentado por el Partido Nacional-Socialista de Hitler, lo que hizo exacerbar el ánimo de las muchedumbres hambrientas y una clase media en picada de sus niveles de bienestar.

Todos estos ingredientes fueron el caldo de cultivo del ascenso del nacismo en Alemania y el fascismo en Italia de Mussolini, lo que más tarde desencadenó la segunda guerra mundial.

Nuestro país viene de una crisis recurrente que los gobiernos panistas solo atendieron con eficacia el sistema macroeconómico pero endosándole su costo a millones de mexicanos. El gobierno panista de Felipe Calderón prometió generar millones de empleos y crecer a una tasa anual promedio del 5% durante su sexenio.

No solo no cumplió sino que empobreció más a la gente al disminuir su bienestar social, incluso a la clase media; además  prácticamente tronó la producción en el campo, que no es una de sus prioridades de gobierno.

¿Cuál es el legado de Felipe Calderón? Según el mismo mandatario aseguró que pasará a la historia como el único presidente que hizo frente a las bandas del crimen organizado y a los carteles de la droga; “porque de no haberlo hecho nuestro país estaría gobernado por ellos” acotó.

El Presidente Felipe Calderón actúa como si fuera el primer día de su mandato. Cierra los ojos a la realidad. Su guerra fue un fracaso. Allí están los hechos: 60 mil muertos y miles de desaparecidos, en su mayoría de jóvenes que por falta de empleo y educación cayeron en las garras del narcotráfico. La violencia es de todos los días en las calles; miles de ciudadanos de la zona norte de nuestro país se desplazan a otros lugares en busca de seguridad; la impunidad y la corrupción se filtró a todo el aparato del sistema judicial, ayuntamientos y gobiernos estatales. Lo que más preocupa ahora es el hecho que nuestras fuerzas armadas están siendo filtradas por las mafias de la droga. En días pasados 4 generales de altísimo rango fueron detenidos y sujetos a investigación por sus presuntos nexos con los carteles de la droga.

De comprobarse estos hechos y que no sean cortina de humo para ocultar vendettas político-electorales, seria evidente que la estrategia de sacar a la calle al Ejército Mexicano para combatir a los capos de la droga fue una mala decisión del Presidente Calderón. De acuerdo a la experiencia colombiana, ahora falta que a corto o mediano plazo aparezcan los grupos paramilitares o escuadrones de la muerte con su cauda de sangre y muerte, lo que haría ingobernable a nuestro país.

A estas condiciones de violencia y desempleo sumemos la grave sequia que azota a gran parte de los estados del norte del país. Allá la hambruna no es un cuento. Es una cruda realidad en donde millones de compatriotas se desplazan de sus lugares de origen a las grandes ciudades en busca de alimentos y agua. Son muchedumbres hambrientas sin destino. No en balde los sicarios de la droga se nutren de ellos. Son como la hidra de mil cabezas: si el gobierno corta algunas, estas se reproducen con facilidad. Por esta misma razón los carteles dominan amplios territorios de nuestro país.

Por otro lado tenemos a una clase política más preocupada por conservar sus cotos de poder, que por construir acuerdos que reactiven la economía, la creación de empleos y mejorar las condiciones de vida de millones de ciudadanos.

Todos esos ingredientes en circunstancias de vacío de poder o de la falta de equilibrios por una sociedad civil  inmovilizada harían factible el surgimiento de gobiernos autoritarios alimentados por una oligarquía temerosa de perder sus privilegios.
Si después de la competencia presidencial el candidato ganador no busca la reconciliación nacional a partir de acuerdos políticos concretos con todos los sectores de la población, si habría el riesgo de la ingobernabilidad en nuestro país. Entonces, en las calles se encubará el huevo de la serpiente.