miércoles, 5 de diciembre de 2012

LOS SAINETES EN EL PRD


Como lo señale en alguna columna anterior, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tiene una quinta columna del lopezobradorismo en la figura de la corriente que encabezan René Bejarano y Dolores Padierna.
Casi al mismo tiempo que López Obrador descalificaba el Pacto Por México, calificándolo  de la “ignominia”, los bejaranistas por medio de su portavoz en el consejo político nacional criticó  a su presidente nacional, Jesús Zambrano que se haya sentado en la mesa de negociación política para consensuar el Pacto por México con los Partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, y avalado por los gobernadores y de los lideres de sus respectivas bancadas  en el Congreso de la Unión, así como suscrito por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Se le cuestionó a Jesús Zambrano que lo haya hecho a espaldas y sin el acuerdo del consejo político nacional.
Los lopezobradoristas agazapados en el Partido del Sol Azteca en la línea de su caudillo López Obrador tratan de reventar el Pacto porque según ellos, no se debe pactar con un Presidente de la República ilegitimo, es decir continúa descalificando a las instituciones electorales de nuestro país.
La corriente hegemónica del PRD, nueva izquierda dio un gran paso de gran trascendencia en la reconstrucción de su partido. Por un lado se sumó al proyecto del PRI, en base a una agenda de gobierno que recoge demandas de la izquierda mexicana, incluso las del mismo López Obrador como son que el estado garantice la seguridad pública, no solo con el Ejército en las calles en el combate en contra de la narco delincuencia, y que provoca la violación de los Derechos Humanos, la desaparición forzada de personas y atacar de fondo la impunidad y la corrupción en el sistema de justicia. ¿Quien puede estar en contra de que se combata la pobreza mediante programas sociales como el seguro a las jefas de familia; apoyo económico a los miembros de la tercera edad a partir de los 65 años, (por cierto programa lopezobradorista cuando fue Jefe de Gobierno en el Distrito Federal) o que sea el estado quien recupere la conducción de la educación en México, hoy coaptada por  la cacique magisterial del SNT, Elba Esther Gordillo; o la propuesta de liquidar el duopolio Televisa-TV Azteca?¿Quién puede no estar de acuerdo en volver al sistema de trenes para transporte humano, cuando el mismo López Obrador prometió construir tren de pasajeros que una al sur con el norte del país?
Es una necedad no admitir que urge reactivar nuestra economía impulsando la inversión en el campo, en el turismo y en la industrialización del país para así generar miles de empleos y mejorar la calidad de los mexicanos. Y de esta forma disminuir las desigualdades entre una minoría que lo tiene todo y una mayoría que vive en la marginación. Así podríamos señalar numerosas coincidencias programáticas que están contenidas en el Pacto Por México.
Por otro lado, la audaz y acertada decisión de la dirigencia nacional del PRD encabezada por Jesús Zambrano lo hace de cara al porvenir. Manda señales que está dispuesto al diálogo y la negociación con la actual administración federal a efecto de que los programas de gobierno se orienten a los sectores marginados de la sociedad; que no le apuestan a la automarginación y a la autoflagelación para satisfacer egos personales;  por otra parte obligará a los quinta columna lopezobradoristas a definir sus posiciones: o están en el PRD y son tolerantes en su nueva línea programática o desertan y se van al huevo de la serpiente.
Aun no entendemos el doble juego de López Obrador: descalifica a las instituciones electorales y crea un nuevo partido político que necesariamente tendrá que reconocer legalmente a su nuevo partido, MORENA y someterse  a las reglas actuales de la competencia política-electoral.
En donde sí estamos de acuerdo  con el político tabasqueño es cuando afirma que a las palabras se las lleva el viento, y los pactos, aun los mejores si no se traducen en acciones concretas de gobierno, no sirven para nada. Sin embargo apostarle al todo o al nada es una necedad.
Nuestra clase política debe superar la desconfianza, demostrar voluntad política para construir y luego aterrizarlos en políticas públicas. La gente está harta de políticos marrulleros, tramposos y mentirosos. Se ha degradado a tal grado el ejercicio de la política que el sufragio se ha convertido en una mercancía devaluada que vale lo que un puñado de láminas de cartón o una gallina.
Así pues, el partido del Sol Azteca tiene una oportunidad histórica: refundarse como un partido de izquierda moderno y de propuestas dispuesto a sentarse en la mesa con toda las formaciones políticas, despojado de sus viejos dogmas doctrinarios, con el único propósito de ser una alternativa real del poder presidencial en el 2018.
No le pueden seguir apostando a que las masas se estén muriendo de hambre para utilizarlas como arietes de guerra en contra de gobiernos que según ellos usurpan el poder.
Si los integrantes de MORENA asumen esta actitud y esperan la exacerbación de las contradicciones sociales y políticas y el ahondamiento de la crisis  para llegar al poder, allá ellos. Lo único que encontrarán es un país devastado por la pobreza y la delincuencia en las calles.
Esperemos que en el próximo Congreso Nacional del PRD a celebrase en este mes predomine una visión de estado. Sería una vergüenza que el PRD vuelva a ser una vez más un partido clientelista político-electoral integrado por tribus que se disputan las cuotas de poder en las contiendas electorales.