lunes, 29 de julio de 2013

EL PAPA, OPCIÓN POR LOS POBRES

Por Francisco Cruz Angulo

El papa Francisco clausuró el pasado domingo la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, Brasil. Lo hizo con una misa ante una multitud calculada de más de cuatro millones de personas provenientes de todo el mundo,  en gran parte de origen brasileño que, junto con los mexicanos están considerados como el epicentro del catolicismo mundial.
Durante la Jornada Mundial de la Juventud el pontífice de la iglesia católica mostró una cara de un papa que no había tenido la iglesia en las últimas décadas.
Como se recordará durante su ascensión como papa lo hizo rompiendo todos los protocolos de la solemnidad en El vaticano. En principio adoptó el nombre de San Francisco de Asís, un sacerdote que se distinguió por ser congruente con los principios originarios del cristianismo, vivir con humildad y servir a sus semejantes, no solo con el evangelio en las manos sino con su fiel compromiso con los pobres.
Siguiendo la tradición franciscana se negó a utilizar el cristo de oro en su pecho y siguió utilizando el de madera que lleva durante años desde que fue obispo de la diócesis de Argentina su pueblo natal. Asimismo se negó a utilizar la lujosa habitación papal y utilizar las viejas formas de la ceremonia papal.
En su primera incursión pastoral en el extranjero hizo explícito en Brasil lo que será su misión pastoral. Ya en el inicio de su pontificado, ante un grupo de jóvenes y luego  ratificado en la Jornada Mundial de la Juventud reiteró la reunificación del mundo cristiano en torno a Jesús, el redentor; que él debe ser el punto de confluencia de todas las iglesias cristianas. Dijo que Jesús debe seguir siendo el guía indiscutible de todo el mundo cristiano.
Este mensaje de buena voluntad se da en un contexto de crisis en la iglesia católica, entre algunos de sus problemas enfrenta el problema grave de la pederastia en que incurrieron cientos de sacerdotes en todos los países del mundo, la mayoría protegidos desde El Vaticano. Es tal el escándalo de le pederastia que un numeroso grupo de organizaciones laicas viajaron hasta El Vaticano para solicitar se detenga el proceso de santificación  del papa Juan Pablo II al suponer que tuvo conocimiento del caso y no hizo nada para castigar a los curas abusadores de niñas y niños. Este conflicto es uno de los desafíos del papa Francisco.
Otro de los temas que despertó gran interés entre los millones de jóvenes que se congregaron en Brasil fue su exhorto que un buen cristiano debe ser  un revolucionario por naturaleza, es decir, que salga de la iglesia a las calles a predicar el evangelio y a comprometerse con los pobres. Insistió que el futuro del cristianismo está en su juventud a la que todos los gobiernos del mundo debe atender con educación, empleo y salud; de otra manera los estarían  condenando a las drogas, a la delincuencia y a no ser  productivos en la vida.
Está claro que para el papa Francisco la esperanza de un futuro mejor radica en su juventud, lo cual se ganó el cariño de millones de jóvenes.
El Papa Francisco  llamó a los sacerdotes que fueron estigmatizados y condenados al silencio por papas anteriores debido a su compromiso por los pobres; me refiero a los integrantes de la teología de la liberación. El papa tuvo un breve encuentro con unos de sus principales líderes, el sacerdote Leonardo Boff a quien en breve entrevista lo llamó a la conciliación.
Es notorio que el papa Francisco predica con el ejemplo siguiendo los pasos de San Francisco de Asís e hizo votos para que la juventud practique la fe cristiana de cara a los problemas sociales del hombre; que practique el amor, promueva la paz y los más altos valores éticos de la fe cristiana sin temor a la desesperanza y en la humildad en que debe vivir todo buen cristiano.
Al inaugurar la Jornada Mundial de la Juventud misma que será celebrada dentro de 3 años en Cracovia, Polonia exclamó con claridad “no traigo oro ni plata que ofrecerles; traigo algo más valioso, a Cristo, nuestro señor”.
El camino del papa no será nada fácil. Su política social contrasta notablemente  con la de sus antecesores a excepción del Papa Juan XXIII y tiene que enfrentar a una curia en el Vaticano poderosa que bajo el cobijo de la iglesia se ha visto envuelta en escándalos de corrupción en el banco de el Vaticano; lavado de dinero y la incursión de poderosos burócratas de el Vaticano en el mercado negro y tráfico de influencias con el gobierno Italiano.
Otro de los temas que estarán en la agenda del papa argentino es la modernización de la iglesia a los tiempos. La base de su sistema dogmático pierde cada día más adeptos en el mundo del catolicismo. Por otro lado tendrá que reconsiderar la permanencia del celibato en los sacerdotes, la apertura de la mujer al ministerio sacerdotal y la formación de nuevos sacerdotes que recuperen los valores humanitarios del cristianismo.
Otra postura notoria del Papa Francisco fue su opinión sobre los matrimonios Guay. Ante cientos de reporteros esta vez no los estigmatizó porque dijo que quien era el para juzgarlos, lo que refleja a un papa más receptivo a los cambios en el núcleo familiar y a los anquilosados dogmas de la iglesia católica.