lunes, 4 de febrero de 2013

CUESTIONADOS POLITICOS CACIQUILES


Por Francisco Cruz Angulo

Rafael Cervantes Padilla, Presidente municipal de Bahía de Banderas, al igual que Águeda Galicia, lideresa del SUTSEM unen a diversas expresiones políticas, pero en su contra al cohesionarlas por el hecho de ejercer ambos el poder sin más freno lo que dictan sus caprichos personales al creerse omnipotentes.
La Sra. Águeda tuvo una respuesta inmediata e inesperada: 18 alcaldes pusieron un ya basta a sus posiciones irreductibles de imponer por la fuerza de la manipulación de sus agremiados la revisión de sus Contratos Colectivos de Trabajo desfasados de la realidad financiera de cada uno de los ayuntamientos.
Si no hay una buena interlocución entre las partes en conflicto podría entrar  nuestra entidad en un periodo de crisis política que atrofiaría la prestación de los servicios y obra pública en la mayoría de los municipios en perjuicio de los ciudadanos.
En esta confrontación está obligado a intervenir el Gobierno Estatal. Que no se argumente que de hacerlo se vulneraría la autonomía de los ayuntamientos y la del SUTSEM. Legalmente el Ejecutivo Estatal por medio de la Secretaría General está obligado a preservar la paz y la seguridad pública del Estado.
Como es del dominio público, en días pasados  el SUTSEM inició la guerra sucia en contra del alcalde de Tepic, Héctor González Curiel al dar a conocer por medio de volantes las enormes sumas de dinero que pagó a diversos medios de comunicación escrita y televisiva en donde al aparecen en la cartera de clientes dos periódicos diarios que  son propiedad de dos funcionarios del actual Gobierno Estatal.
Esto apenas empieza. No se olvide que la dirigente del SUTSEM tiene en sus manos información confidencial obtenida por medio de personal sindicalizado que trabaja en dependencias estratégicas de los ayuntamientos y del mismo Poder Ejecutivo Estatal.  Por eso la temen. Altos funcionarios tienen cola que les pisen. Eso explica su soberbia en el manejo del sindicato. Uno se pregunta si las partes, conociéndose de sus debilidades optarán por pactar acuerdos o por destapar la cloaca. A ninguna parte le conviene.
Por lo que respecta al alcalde de Bahía de Banderas, Rafael Cervantes continúa obsesionado en el uso desmedido del poder municipal. Parece que administra un rancho grande de su propiedad y que en lugar de ver a la gente como ciudadanos los mira como si fueran peones.
Desde que cambió la chaqueta panista por la priista su gobierno ha sido un desastre. No hay mes que cambie de funcionarios a modo. El nepotismo asentó  sus reales en esa administración, en consecuencia son el pan de cada día el abuso de poder, el desvío de fondos públicos a patrimonio familiar. Está tan engolosinado  con el poder que durante sus llamadas jornadas de trabajo a  las comunidades, (que más bien son días de campo para darse  la gran vida) actúa como si fuera un pequeño sultán.
Es tan desaseada su forma de gobernar que tuvo la virtud de unir en su contra a todos los partidos políticos de la región, incluido cinco regidores de su propio partido el PRI.
Este descontento en contra del edil neopriista fue canalizado en la integración de un frente popular de lucha, el que entre sus demandas ante el Congreso del Estado es la aplicación de la revocación de mandato establecido en la Ley Orgánica de ese ayuntamiento.
Según voceros de ese frente ya se tiene más de 6 mil 500 firmas que exige la ley, mismas que brindan sustento legal a su demanda.
Los integrantes del mencionado frente disponen de otras herramientas legales para ejercer más control ciudadano sobre la administración de Rafael Cervantes. Me refiero a la nueva Ley de Participación Ciudadana aprobada por unanimidad por la actual Legislatura local en donde se contempla el plebiscito como una manera de poner freno a los abusos del poder municipal.
De no atenderse con oportunidad ese problema en aquella región sureña, ese movimiento podría crecer como bola de nieve y darle muchos dolores de cabeza al Gobernador del Estado y el Partido Revolucionario Institucional que podrían  perder ese municipio estratégico en el próximo proceso electoral del 2014. Es tiempo de poner orden.