Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Luego del pasado proceso electoral que culminó el 6 de julio de este año varios políticos de los tres
partidos más importantes en nuestra entidad se quedaron en el camino en su
ascenso a la cúpula del poder; unos no pudieron con el paquete y otros porque
perdieron en la competencia electoral pasada.
Los que hacen o hicieron bien su chamba tendrán que esperar a
que la rueda de la fortuna los favorezca en los próximos años.
Empecemos por los primeros. En la primera línea se encuentran
los alcaldes de Tepic, Ing. Héctor González Curiel; el panista el “chato” Muñoz
de Ixtlán del Rio y el priista Porfirio Lugo de San Blas.
Estos tres personajes dejarán una bomba de tiempo a quienes los
relevarán en el cargo. Además de haber perdido la plaza para sus respectivos
partidos heredarán una crisis financiera en las haciendas municipales a
consecuencia de un sobreendeudamiento y municipios que están en total abandono
en materia de servicios públicos. Sus gobernados se la cobraron en las urnas.
En la segunda línea quedaron desahuciados aquellos que
buscaron ganar una diputación o una presidencia municipal. Entre otros tenemos
al Ing. Amado Rubio, quien se quedó sin miel y sin jícara. Pagó muy caro su veleidosa
conducta política. Su gran error fue haberse creído en el canto de las sirenas
cuando el Gobierno Estatal le ofreció la dirección de la Comisión Estatal del
Agua y una diputación a cambio de desertar del PAN que bajo sus banderas estuvo
a punto de ganar la elección al “torito” en el 2011.
Cuando Amado Rubio fue postulado como candidato de mayoría relativa
en el distrito IV, allí marcó el fin de su carrera política. Lo mandaron para
perder. El Ing. Amado es un perfecto desconocido en el municipio de Xalisco.
El otro aspirante priista que se quedó en el camino fue el Secretario
de Administración y Finanzas, Ing. Gerardo Siller Cárdenas de quien por cierto
oficialmente regresará a ese mismo cargo luego de que perdió la elección a
diputado en el distrito I.
Si el Ing. Siller Cárdenas tenía aspiraciones de ascenso político
su reciente derrota lo confinará definitivamente al servicio administrativo. Zapatero
a sus zapatos.
Otro personaje que perdió capital político fue el ex Rector
de la UAN y ex senador de la república, Mtro. Francisco Javier Castellón
Fonseca quien le apostó todo para ganar la presidencia municipal de Santiago
Ixcuintla.
Se frustraron sus aspiraciones a consecuencia de los pleitos
internos entre las tribus del partido de la Revolución Democrática (PRD) en
aquel municipio. El ex presidente municipal perredista, Pavel Jarero fue una
constante piedrita en el camino del ex Rector de la UAN. Su futuro político es
incierto. Todo dependerá del reacomodo de los clanes perredistas una vez que se
elija a la nueva dirección nacional de ese partido.
Su única posibilidad de recuperar el camino perdido sería por
medio de una diputación federal por la vía plurinominal en la competencia federal
del 2015.
Una vez instalado en San Lázaro tendría la oportunidad de
hacer un buen trabajo político en la entidad que lo pondría como uno de los más
viables candidatos a la gubernatura del estado en la sucesión gubernamental del
2017.
El caso más emblemático de incapacidad política lo mostró Roy
Gómez como candidato a presidente municipal de Tepic.
Su apabullante derrota frente al panista Leopoldo Domínguez
lo marcará para siempre. Si hubiera tenido dignidad política no hubiera regresado
al puesto de diputado federal. Perdió absoluta credibilidad frente a los tepicenses
que representa. Fue una decepción para el PRI y para el gobernador que lo designó.
El caso más patético es el que protagonizó el Ing. Héctor
González Curiel. Durante los tres años de su gobierno tuvo que lidiar en dos
frentes: Por un lado los permanentes plantones del SUTSEM que demandaban el
cumplimiento puntual de su planta de trabajadores sindicalizados y onerosas
prebendas laborales; y por otro lado la crisis financiera que hacía imposible
otorgar buenos servicios públicos y que durante los dos primeros años del
Gobierno Estatal no obtuvo su apoyo para hacer obra pública lo que provocó una
creciente impopularidad reflejada en las urnas.
Fue así como el “torito” pagó los platos rotos de anteriores
administraciones que endeudaron al ayuntamiento desde la administración municipal
de Ney González. Su carrera política no tiene futuro.