Desde hace
varios días el ayuntamiento de Tepic que preside el Ing. Héctor González Curiel
vive un verdadero viacrucis derivado de la falta de recursos financieros para
cubrir las exigencias de diversas prestaciones laborales atrasadas de sus
trabajadores afiliados al SUTSEM y paralelamente negociar la firma del nuevo
contrato Colectivo de trabajo en base a un incremento salarial del 7%, similar
al del Gobierno del Estado.
Al no haber
liquidez en la Hacienda Municipal, la sección sindical suspendió labores
afectando el área administrativa y de los servicios públicos que afectan
severamente a todos los tepicenses.
El “torito”
lució muy abatido durante una entrevista a un canal de televisión en donde
explicó la gravedad del erario municipal para hacer frente a sus compromisos. Explicó
que la deuda millonaria data de administraciones
anteriores, por lo cual se está restructurando, pero en consecuencia de la pésima
calificación se ha complicado su procedimiento legal. De igual manera el
ayuntamiento ha tenido dificultades para obtener préstamos de la banca privada
por falta de solvencia económica; tiene la esperanza de que pronto se resolverá una vez
que se atiendan ciertos requisitos que exige la banca.
Ante esta situación
solicita a los líderes del SUTSEM compresión y paciencia. Acepta que son justas
las demandas de sus trabajadores y que una vez haya el suficiente dinero en
caja a estos se les pagará. Lo que pide es que no se afecte a terceros.
En mayor o
menor medida esta misma situación de crisis financiera la viven la casi
totalidad de los ayuntamientos de Nayarit. Las causas ya las hemos señalado y
son de todos conocidas; a saber:
1.-El uso de
los recursos para utilizarlos en precampañas electorales anticipadas mediante
programas sociales clientelares.
2.-Crecimiento
del personal de confianza, los que una vez concluya la administración son basificado
como pago a lealtades.
3.-Al inicio
de cada administración se tiene que recurrir al crédito bancario o a préstamos
con el Gobierno Estatal, por lo cual se reducen sus participaciones estatales
y, por ende, mes a mes sufren la gota gorda para pagar sus nóminas, a sus proveedores
y los pírricos recursos propios son insuficientes para hacer obra pública.
4.-A lo
anterior agreguemos que a mediados de cada año fiscal los ayuntamientos
enfrentan con el SUTSEM la revisión de sus contratos Colectivos. Su lideresa,
Águeda Galicia con el fin de congraciarse con los trabajadores toma como parámetro
en las negociaciones el incremento salarial y demás prestaciones que le otorgue
el Gobierno del Estado.
Como lo
señalé en alguna de mis columnas, será justo, pero no equitativo. Los ayuntamientos
no tienen los mismos ingresos que la Hacienda Estatal. En su mayoría apenas les
alcanza para cubrir su nómina, por lo tanto es injusto que el SUTSEM pretenda
medir con un mismo resero a todos. Es cierto
que hay alcaldes pillos, pero no es la regla.
Si la Sra.
Águeda Galicia quiere mejores conquistas laborales, ¿Por qué como diputada y
como líder sindical no promueve una reforma al código fiscal de la federación
para que las participaciones federales a los municipios se incrementen al 25%? De
concretarse esta vieja demanda de los gobiernos municipales gozarían de solvencia
económica, lo que redundará en mejores salarios, más obra y mejores servicios
públicos.
De no
concretar una solución a corto plazo se colapsará financieramente el
ayuntamiento de esta capital sin capacidad de dar respuesta a las demandas
sociales de la gente. El SUTSEM tiene una enorme responsabilidad en conservar
las fuentes de trabajo para sus afiliados.