miércoles, 20 de noviembre de 2013

“NUEVO SIGLO” UN REFERENTE DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Conjeturas
Por Francisco Cruz Angulo

La Revista “Nuevo Siglo” cumplió este 19 de noviembre una década de vida. Sus raíces se remontan al nacimiento del diario “Siglo Veintiuno” fundado un día antes de los festejos de un  aniversario más  de la Revolución Mexicana en 1980, precisamente en el ocaso del gobierno del Coronel Rogelio Flores Curiel, un sexenio marcado por la represión a las libertades ciudadanas y una prensa dócil subordinada al ejecutivo estatal.
El periódico “Siglo Veintiuno” al lado del diario del Pacifico fueron las únicas publicaciones que hasta su desaparición dieron voz a las innumerables demandas de la población nayarita en su reclamo de justicia social y fuimos interlocutores ante las diversas instancias  de gobierno por medio de nuestra tarea periodística. En el camino como decía el poeta nayarita Amado Nervo recogimos hieles y mieles preciosas.
Siglo Veintiuno concluyó su actividad editorial al final del mandato del ex gobernador Rigoberto Ochoa por dos razones: una, porque a partir de 1996 compartí mi actividad periodística con la incursión en la política, militante a través del Partido del Trabajo. Obviamente ambas actividades no son compatibles; se generan conflictos de intereses. El periodismo es una actividad profesional de total compromiso con sus lectores. Cuando tomé la decisión de cerrar “siglo veintiuno” lo hice motivado porque miles de nayaritas demandaban un cambio de partido en el gobierno. Después de más de 60 años de PRI hegemónico en todos los poderes del estado se abría la posibilidad de un cambio. Entonces nos dimos a la tarea desde el PT de construir una alianza PAN-PRD-PT-PRS que fuera competitiva en las elecciones estatales de 1999, cuyo abanderado fue el empresario Antonio Echevarría Domínguez. De allí que mi actividad periodística era irrelevante y no compatible con la militancia partidista.
 Sin embargo vino el relevo generacional para “siglo veintiuno”. Bajo la dirección del reconocido periodista Armando Fránquez apoyado por la periodista Lorena Orozco le dieron continuidad a “Siglo veintiuno” al publicar  ahora como revista semanal “Nuevo Siglo”.  Se lanzaron a la aventura con poco capital y muchas ganas de hacer un periodismo crítico y profesional. Con buen éxito en los primeros números luego tuvieron que enfrentar el problema económico para darle continuidad al semanario. Es una tarea difícil, sobre todo para las publicaciones independientes y de compromiso social pues generalmente son boicoteadas por la clase política en el poder. Generan un cerco que va asfixiando económicamente a los editores. La primera época de la revista “Nuevo Siglo” solo duró escasos tres meses.
 El que esto escribe desalentado con el gobierno de Antonio Echevarría que prometió cambios de fondo y forma para gobernar a Nayarit pese a que tuvo en los tres primeros años la mayoría en el Congreso del Estado, opté por regresar a la trinchera periodística al renunciar a la actividad política en el Partido del Trabajo. Entonces inicié la publicación de mi columna “Conjeturas” para desde allí recordarle a diario a Toño Echevarría que no tuvo los cojones para transformar a Nayarit y en cambio cometió los mismos abusos y vicios del viejo PRI, esto es, prebendas políticas y económicas para familiares, amigos y compadres; y al amparo del poder gubernamental incrementó el patrimonio de sus empresas mediante el tráfico de influencias y torciendo la ley a discrecionalidad. Todos recordamos que durante su mandato creció y se expandió el poderío del Grupo Álica. ¿En dónde quedaron las demandas populares a las que se comprometió cumplir? fue tal su concepción empresarial de gobernar al Estado que si nó cerró o privatizó la UAN, porque según él no era negocio, fue gracias a la repulsa e indignación popular que detonó aquellas frases de “cerrar la UAN por incosteable”.
Pasados 4 años de este gobierno disque del cambio que decepcionó a los nayaritas  retomé la segunda época de la revista “Nuevo Siglo” luego vinieron los seis años del gobierno de Ney González que levantó enormes expectativas al inicio de su sexenio pero que al  término de su mandato se ganó a pulso el repudio popular debido a una administración gastalona y simuladora que dejó endeudado a Nayarit. Y ahora los dos años del gobierno de Roberto Sandoval que si bien ha hecho y continua haciendo grandes obras de infraestructura, pero cabalgando en solitario seguramente ocasionado porque no hay homogeneidad en las tareas de gobierno en una buena parte de los integrantes de su gabinete.
Como lo señale antes los caballitos de batalla son los mismos y  que lo acompañan permanentemente en las tareas de gobierno. Ellos son: el Srio. General de Gobierno, Trinidad Espinoza Vargas; el Srio. De Obras Públicas, Ing. Gianni Ramírez; el Srio. De Administración y Finanzas, Ing. Gerardo Siller Cárdenas; el Srio. de la Copladenay, Ing. Vicente Romero; el Secretario de Turismo y Comunicación, Lic. Rodrigo Pérez y el secretario de Salud, Ing. Oscar Villaseñor y la presidenta del DIF-Estatal, Ana Lilia López de Sandoval. De los demás secretarios pasan sin pena ni gloria.
Por lo que  corresponde a la continuidad de la edición quincenal de “Nuevo Siglo” debo de reconocer que se vislumbra en el horizonte tiempos difíciles fundamentalmente económicos necesarios para ser competitivos en calidad de contenidos y de calidad en su impresión.
Agréguese la tecnología digital que inerrablemente acabará llevando a la crisis a las grandes empresas periodísticas del estado que hoy se sostienen por el apoyo económico oficial y no por su venta en publicidad comercial o por su venta al público.
Cada día surgen más páginas informativas en línea que llevan la información y el comentario editorial casi al mismo tiempo en que se producen los acontecimientos. Por lo tanto hoy en día hay menos lectores de periódicos y revistas.

Ante esta nueva realidad ¿Cuál es el futuro que le depara a “Nuevo Siglo”? tal vez seguir siendo una publicación testimonial de la vida pública de Nayarit y un pequeño referente impreso en las profundidades del olvido.