lunes, 17 de junio de 2013

LAS MEDIAS VERDADES DE DON FÉLIX

Por Francisco Cruz Angulo

Leí con interés la magnífica entrevista que hizo nuestro amigo periodista Oscar González Bonilla al influyente político de la década de los 70, 80 y 90´Jose Félix Torres Haro publicada en la Revista “Nuevo Siglo” en su última edición.
Como todo político de la época de partido único don Félix se encumbró al poder a partir de su liderazgo en la ACASPEN, el cual lo utilizó como  ariete político para negociar tres veces la diputación local, una federal, dos veces alcalde de Tepic y finalmente Secretario General en el gobierno de Don Emilio M. González. Antes ya había logrado ser líder estatal de la CNOP y luego del CDE del PRI.
Esta carrera ascendente de don Félix tenía como destino final la gubernatura de Nayarit.
Rememoró en la entrevista el político tepicense que gracias a Dios, no fue gobernador de Nayarit; que si hubiera llegado a la jefatura del Poder Ejecutivo Estatal en 1999 no viviría para contarlo.
Haciendo mención a la voluntad divina evocó que fue una señal de Dios el hecho que durante  un viaje de placer por Houston, Texas al lado de unos amigos sin proponérselo se hizo un examen general de su salud y resultó que padecía cáncer de Colon.
Deduce don Félix que de haber sido gobernador del Estado probablemente no se lo hubieran detectado porque era un político muy entregado a la gente. De allí su sabia conclusión de su gratitud a Dios nuestro señor por haberle salvado la vida.
El mensaje divino que le envió Dios a don Félix no impidió a éste apaciguar sus demonios internos. Como él mismo lo relata, una vez que fue ungido como candidato del tricolor a gobernador del Estado el Dr. Lucas Vallarta regresó a terminar su mandato como presidente municipal de Tepic. Estos días fueron un desastre en los servicios públicos, lo que calentó en el ánimo de los tepicenses su repudio al PRI.
Luego vino la revelación divina que tuvo durante su viaje de placer a Houston, Texas. No obstante a su regreso, en vez de estar en paz consigo mismo por haber salvado su vida, pasado la elección en la que ganó el aliancista, Antonio Echevarría desertó del PRI y fundó la Asociación Civil “Nuevo Milenio”.
Asimismo recordamos que don Félix apoyó la candidatura presidencial del Ing.  Cuauhtémoc Cárdenas como una clara manifestación de repudio al candidato del PRI Francisco Labastida Ochoa.
Ya en la silla presidencial Vicente Fox y Antonio Echevarría en la gubernatura de Nayarit don Félix queriendo dar una demostración de su fuerza política decidió buscar el registro local  de Nuevo Milenio como partido político local ante el Consejo Estatal Electoral Tras varios meses de supuesta afiliación al nuevo partido sus coordinadores entregaron el padrón total de afiliación mismo que fue rechazado por la autoridad electoral por haber encontrado enormes irregularidades, entre otras, afiliados ficticios; falsificación de firmas y otras más.
En aquel tiempo el fallecido Francisco Pérez Perales me comentó que don Félix terriblemente indignado echó toda la culpa de su fracaso al  ex alcalde de San Blas, José Luis Lizaola, quien era su coordinador. Fue tal el altercado entre ambos que a los días le vino un paro cardiaco que lo llevó a la tumba.
Sin embargo, don Félix no se amilanó; creyéndose todavía poderoso viró hacia la izquierda. Tras largas negociaciones con el Partido del Trabajo juramentó en la Ciudad de México los principios ideológicos y programáticos de ese partido. Quizá pensó que por su larga trayectoria y colmillo político podría manejar a su libre voluntad al PT en Nayarit.
De aquella negociación emboletó a varios de sus cuadros a presidencias municipales y diputaciones de mayoría, entre los más notables al Sr. Ángel Castro a la alcaldía de Tepic y al dirigente del SETUAN, Luis Manuel Hernández  Escobedo como candidato a diputado por el segundo distrito, por supuesto, don Félix amarró la plurinominal. En aquella elección del 2002 todos los candidatos impulsados por don Félix fueron derrotados, lo que demostró que la supuesta fuerza política electoral  solo era una fantasía.
De esta manera don Félix llegó por tercera ocasión al Congreso del Estado en donde pasó sin pena ni gloria.
En el curso de su labor como diputado, 2002- 2005 don Félix no pudo consolidar a su grupo “Nuevo Milenio” como hegemónico en el PT al chocar con Jaime Cervantes Rivera quien era el hombre de todas las confianzas de la pandilla nacional del PT encabezada por Alberto Anaya. Solo lo utilizaron.
Al no encontrar eco su deseo de controlar a ese partido emprendió la reversa provocando el desánimo y la dispersión de su grupo; unos se quedaron en el PT, otros definitivamente lo abandonaron. Su caída política fue en picada, lo mismo que la organización del transporte que prohijó, la ACASPEN.
Desplumado y sin muchos seguidores llegó a la elección del 2006. Para reivindicarse y abrir su camino de regreso al PRI apoyó en Nayarit la candidatura presidencial de Roberto Madrazo. Para su desgracia el PRI perdió de nueva cuenta la elección presidencial frente al PAN con Felipe Calderón a la cabeza. Con un PRI dividido y debilitado por la derrota presidencial, el regreso de don Félix al tricolor pasó desapercibido. Desde entonces vive en el ostracismo político viendo a los toros desde la barrera.
Si hacemos conjeturas de aquellos años del poderío político de don Félix el milagro hubiera sido completo si en la elección gubernamental del 99 se hubiera disciplinado y no el haber  dividido al priismo en Nayarit y allanarle el camino a Toño Echevarría. En la sucesión del 2005 seguramente él hubiera sido el candidato a gobernador en vez de Ney González. La contienda interna la hubiera ganado con relativa facilidad dada su popularidad en  aquella época.
Por último, en descardo de don Félix, donde tiene razón es al señalar que la nueva generación de políticos que ascendieron al poder a partir de Ney González no entienden que gobernar no es simplemente saludar a la gente en los eventos multitudinarios; es escuchar sus problemas cotidianos con paciencia y resolverlos en la medida de lo posible. En otras palabras, carecen de oficio político y  algunos son vanidosos hasta la ignominia. No aceptan la experiencia de los viejos cuadros del partido.
En conclusión, el derrumbe político de don Félix fue a consecuencia de las circunstancias adversas que él mismo generó, no a la voluntad divina.