Por Francisco Cruz Angulo
El pasado 6 de febrero inició la Cruzada de la Unidad a caballo encabezada por el Gobernador del
Estado, Roberto Sandoval Castañeda acompañándolo más de 200 jinetes, entre los que destacan servidores
públicos de la administración estatal y municipal. Su objetivo es recorrer
durante 5 días 45 poblaciones, ubicadas en 7 municipios de la zona serrana
norte de nuestra entidad, la que llegará hasta pequeñas localidades en donde viven en el
total abandono miles de gente en extrema pobreza.
Otro de los objetivos es no solo que conozcan en carne y hueso al mandatario
nayarita. Hay algo más: conocer de viva voz cuáles son sus necesidades más
urgentes de atender; y que a partir de este conocimiento implementar políticas públicas de emergencia para
apoyarlos a salir de la pobreza.
Rechazan los voceros oficiales que se trate de llevarles
despensas u otros implementos domésticos sino la de instrumentar programas de
corto y mediano plazo en donde participen activamente toda la comunidad, aun la
más pequeña.
Por supuesto, no se necesita mucha ciencia para conocer cuáles
son sus necesidades más sentidas: alimentación, vivienda, atención médica,
educación, sobre todo la atención a los niños.
Este esfuerzo gubernamental de apoyar a los más indigentes de
la zona serrana tuvo un precedente en el gobierno del ex gobernador, Roberto
Gómez Reyes. En aquel sexenio se instrumentó el llamado Plan Huicot. Entre sus
programas destacaron las brigadas comunitarias integradas por Trabajadoras Sociales,
Pasantes en medicina, Profesores e Ingenieros Agrónomos.
Estas brigadas interdisciplinarias tenían objetivos
concretos; a saber: las Trabajadoras Sociales enseñaban a que aprovecharan sus
recursos naturales, es decir a procesarlos para su conservación durante toda la
temporada; enseñaban a las mujeres y a los hombres al cultivo de hortalizas,
previa dotación gratuita de semilla; destacaron además el programa de hornillas
y sanitarios ecológicos para no contaminar el medio ambiente.
Por su parte el maestro tenía la encomienda de alfabetizar a
los miembros de la comunidad enseñándolos a leer y escribir en un tiempo
determinado; mientras tanto el medico tenía la misión de llevar y aplicar
vacunas; dotar a la comunidad de medicamentos indispensables para enfermedades
diarreicas que es lo más común en la sierra, y por supuesto enseñar medidas
preventivas para evitarlas.
Estos programas desde luego exigían que los integrantes de
las brigadas vivieran en la comunidad por el tiempo que requería el aprendizaje
de sus habitantes. Luego se desplazaban a otras comunidades para alcanzar los
mismos objetivos programáticos.
Este esfuerzo gubernamental dio muy buenos resultados. La
gente aprendió a auto valorarse mediante el trabajo; al mejor aprovechamiento
de sus recursos naturales y de esta manera aminoró su pobreza.
Desapareció el programa comunitario del Plan Huicot porque no
hubo seguimiento; se pagaba muy poco a los brigadistas, por lo cual nadie quiso
participar más en esos programas que exigen una total entrega y vocación de
servicio comunitario.
Este plan de combate a la pobreza en las zonas más marginadas
de la sierra nayarita fue lo mejor del gobierno de Don Roberto Gómez Reyes.
¿Por qué no rescatar lo mejor de ese Plan, sobre todo ahora que existen nuevas
tecnologías y medios de comunicación más eficaces y tomarlo como punto de
partida del proyecto del actual Gobernador en su Cruzada Contra el Hambre?
Como cada político que arriba al Poder Ejecutivo Estatal
imprime su muy peculiar estilo de gobernar es inédito que Roberto Sandoval
realice un gobierno itinerante montado a caballo, en tanto que el ex mandatario
Ney González lo hizo en helicóptero. Vaya diferencia en la manera de gobernar.