El domingo
pasado concluyeron los cómputos en los 300 distritos electorales. Los resultados
en la competencia presidencial poco variaron de los resultados preliminares y del
conteo rápido realizados por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Si bien hubo
diversas irregularidades, algunas de ellas fueron resueltas en las mesas
distritales y, otras serán motivo de controversia en el Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación, sustancialmente en lo referente a los excesos
en los gastos de campaña, acarreo de votantes y compra de sufragios imputados
fundamentalmente al PRI-PVEM.
Los resultados
finales son los siguientes: votaron 53 millones 323 mil 123 ciudadanos; de
estos, Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional sacó 12 millones 786
mil 647; Enrique Peña Nieto, de la Coalición PRI-PVEM alcanzó la suma de 19
millones 226 mil 784; Andrés Manuel López Obrador, de la Coalición,
PRD-PT-Movimiento Ciudadano logró una votación de 15 millones 896 mil 999;
Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza alcanzó un millón 150 662 sufragios. La
diferencia entre Peña Nieto y López Obrador fue del 6.52%.
Esta elección
presidencial revela que la figura de Peña Nieto se sobre estimó por los medios
de comunicación televisiva y por la mayoría de las empresas encuestadoras que vaticinaban
una holgada ventaja del candidato priista de más de 15 puntos porcentuales
sobre el candidato de las izquierdas.
Quien midió
correctamente el pulso de los mexicanos fue nada menos que el ex presidente de
la República, Vicente Fox y su grupo ultraderechista el “Yunque”. Una semana
antes del 01 de julio el ex mandatario federal salió a la palestra pública y en
dos ocasiones llamó a sumarse a la candidatura de Peña Nieto porque seguramente
tenía en sus manos la suficiente información en la cual el “peje” se acercaba peligrosamente
al primer lugar y no como lo señalaban
la mayoría de las encuestas.
Obviamente Vicente
Fox es un político pragmático y producto de la mercadotecnia. Indudablemente que
la cuestión de sus principios ideológicos y de sus lealtades a su partido
pasaron a un segundo término pues tenia en mente sus intereses empresariales y
el porvenir de sus hijos que utilizaron durante su sexenio la institución presidencial
para acumular cuantiosas fortunas, señaladas de origen ilícitas. Poco le
importará a Vicente Fox si lo expulsan o
no del blanquiazul. No hay duda de que vendió caro su amor a Peña Nieto.
Comparando la
votación final que sacó Peña Nieto en Nayarit es evidente que fue superior a la
de los candidatos a Senadores de la República. Los nayaritas sufragaron a favor
del político mexiquense 221 mil 780, con el 47.12% de la votación emitida, mientras que Cota
Jiménez y Margarita Flores solo alcanzaron la suma de 172 mil 399, poco menos
de 50 mil votos. Esto quiere decir que el proyecto político de Peña Nieto no arrastró la totalidad del voto a favor de
los candidatos a Senadores y Diputados federales del tricolor.
Por los resultados
electorales en el Movimiento Progresista en Nayarit sus candidatos a Senadores
fueron un fiasco. Ni siquiera la alta votación que tuvo López Obrador pudo favorecer
a la formula Ernesto Navarro y Nayar Mayorquin. Ambos apenas alcanzaron 74 mil
500 votos, casi la mitad de López Obrador que recibió el apoyo de 145 mil 983,
o sea el 31.01% de la votación nominal, lo que indica que cerca de 50 mil nayaritas utilizaron el voto
diferenciado.
En cambio en
el Partido Acción Nacional pesaron más
en el ánimo de la gente la fórmula al Senado de la República integrada por
Martha Elena García e Ivideliza Reyes, quienes superaron en votos a su
candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota.
Entre ambas
lograron una votación de 119 mil 006, mientras su candidata presidencial solo
alcanzó 83 mil 074, lo cual expresa que fue una formula competitiva aun cuando
cada una hizo campaña por su lado y con una organización partidista dividida. Por
lo tanto bien merecido tiene el blanquiazul al haber logrado un escaño al
Senado por la formula de la primera minoría.
Otro de los
partidos políticos en Nayarit que dieron la sorpresa es el Partido Nueva
Alianza (PANAL), al ocupar l cuarto lugar en la votación al Senado de la
República. Su formula encabezada por la Profra. Cora Cecilia Pinedo logró una votación
de 28 mil 012, por arriba de la votación de su candidato presidencial, Gabriel
Quadri de 8 mil novecientos votos.
Se explica
esta votación por el voto diferenciado que ejercieron los miembros de la
Sección 20 y 49 de maestros que fueron mandatados para apoyar a sus candidatos
a diputados y senadores a favor del PANAL; y a Peña Nieto, del PRI-PVEM a la
Presidencia de la República. Le salió bien la jugada a la presidenta vitalicia
del SNTE, Elba Esther Gordillo y a Liberato Montenegro Villa. Siempre caminaron
en dos carriles durante la pasada elección presidencial.