jueves, 10 de mayo de 2012

¿ACASO NO TENEMOS MADRE?...

El día de las madres más bien es el día del comerciante porque es el que se lleva la mejor tajada del pastel.  Como si un regalo de cualquier precio fuera suficiente para saldar la cauda de sacrificios, discriminación, humillaciones y malos tratos que padecen millones de mujeres, sobre todo en la clase media y popular.

Qué hacen los gobiernos de cualquier signo político para evitar que cuando ellas demandan empleo, se les haga firmar contratos en blanco; se les exija exámenes médicos que demuestren no estar embarazadas o si lo están simplemente no las emplean. Luego si pasan todos esos trámites resulta que se les paga muy por debajo respecto a los varones.

Esta situación discriminatoria la podemos observar en las grandes cadenas comerciales como Wal-Mart, Ley, Soriana, Aurrera, Sanborns y otros complejos comerciales trasnacionales. Qué hacen las autoridades, simplemente hacerse de la vista gorda y, por el contrario, se les ofrece facilidades fiscales disque para fomentar el empleo.

Se habla de que existe una creciente descomposición del tejido familiar. Lo que no se hace nada es como apoyar a las madres solteras que obligadas por la necesidad de trabajar dejan a sus hijos solos o al cuidado de otras personas. Estos millones de niños y niñas caminan en la franja de alto riesgo, esto es, en la vagancia, en el pandillerismo de las calles y luego sucumben al alcoholismo y a la drogadicción. A falta de acceso a las escuelas y al empleo, estos millones de niños y jóvenes son fácil presa de los sicarios de la droga y del crimen organizado. Allí están las cifras que no mienten: más del 80% de los 60 mil muertos de la guerra del gobierno panista de Felipe Calderón en contra del crimen organizado fluctúan entre los 15 a los 30 años.

Hasta el momento no hemos escuchado de los 4 candidatos presidenciales medidas preventivas para evitar la descomposición familiar. La mujer está inerme a un destino incierto.

Otro problema que no se atiende a profundidad es el creciente número de madres menores de edad. Por un lado tenemos un régimen federal mojigato que para eludir su responsabilidad de implementar políticas de salud de prevención del embarazo o, en su caso, la práctica del aborto de un embarazo no deseado, se rasga las vestiduras implorando el derecho a la vida desde el momento de la concepción. Incluso hasta decenas de gobiernos priistas aprobaron leyes que penalizan y llevan a la cárcel a mujeres que exigen su derecho a decidir sobre su cuerpo.

Si hablamos de la mujer en la política, por igual se las discrimina. Los jefes de los partidos políticos las utilizan en tareas de propaganda en tiempos electorales, en objetos sexuales y, si bien les va, a una que otra le dan chance de una regiduría o una diputación local; pero eso si, en los puestos más importantes de representación popular las confinan como suplentes. Fue necesario que en esta elección presidencial el IFE apretara las tuercas a los  partidos políticos para obligarlos a respetar la cuota de género en la asignación de candidaturas al Congreso de la Unión.

Toda esa publicidad melosa a la madrecita abnegada, sufrida, querendona que tiene como propósito conmover y hacer gastar dinero en regalos deberían repelerla las autoridades y los partidos políticos, por otra que exalte los valores de la mujer trabajadora que día a día  se esfuerza por llevar alimento a sus casa, dar educación a sus hijos y sobrevivir en un entorno brutal y discriminatorio.

Señores candidatos y candidatas: ¿cuáles son sus propuestas para que esas millones de mujeres solteras recuperen la igualdad de oportunidades y derechos en una sociedad machista como la nuestra? De plano, ¿no tenemos madre?..