Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Los trabajadores, empleados y académicos de la Universidad
Autónoma de Nayarit (UAN) estarán en condiciones económicas de disfrutar sus
vacaciones de fin de año.
Todo fue posible debido a la gran manifestación pública de
todos los sectores de la universidad encabezada por el Rector, Jorge Ignacio
Peña y los líderes del SETUAN, SPAUAN y FEUAN cuyo propósito fue el de
solicitar el apoyo del gobernador Antonio Echevarría García y a la XXXII
Legislatura estatal que preside el Dip. Leopoldo Domínguez.
En una acción de voluntad política el gobierno aliancista por
voz de su Secretario General, Lic. Aníbal Montenegro se comprometió a solicitar
un crédito bancario de 380 millones de pesos y luego transferirlo a la tesorería
de la universidad de manera que se pague en tiempo y forma el pago de salarios
y prestaciones sociales y a proveedores en fin de año.
Este acuerdo de corto plazo fue más allá entre el gobierno
aliancista y las autoridades de la universidad, esto es, buscar los medios de
financiamiento para darle viabilidad a los proyectos de crecimiento
cuantitativo y cualitativo de nuestra Máxima Casa de Estudios.
La primera medida a implementar es la de gestionar ante el
presidente Enrique Peña Nieto y la SEP para que la federación pague 700 plazas
de tiempo completo asignados fundamentalmente en las 15 preparatorias y en algunas unidades académicas.
Es obvio que a mayor demanda de los servicios educativo en
cada ciclo escolar exige más infraestructura escolar, más profesores y más
trabajadores y en gasto de investigación y mantenimiento.
Desde el gobierno de Felipe Calderón hasta el del priísta Enrique
Peña Nieto han sido omisos a estas demandas no solo de la UAN sino la de otras
universidades públicas. En vez de incrementar sus presupuestos de acuerdo al
crecimiento de estos centros de enseñanza pública porcentualmente se les ha
reducido.
Otra de las fuentes de financiamiento anunciado con antelación
por el Jefe del Poder Ejecutivo estatal es la contratación de los servicios
profesionales a distintas dependencias del Gobierno Estatal, entre otros, el
diseño del Plan Estatal de Desarrollo 2018. Estos mismos servicios
profesionales podrían contratarlos los 20 ayuntamientos.
En otras palabras que los centros de investigación científica
y tecnológica alleguen recursos financieros a la UAN.
Por supuesto para sanear a la universidad será necesaria la implementación
de una política de transparencia y rendición de cuentas en donde la comunidad
nayarita esté informada en qué, a dónde y cómo se aplica el presupuesto
universitario.
Es del dominio público que durante la administración del ex
rector C.P Juan López Salazar por recomendados del gobierno robertista decenas
de cuadros priístas cobraban sin
trabajar. A estos hay que localizarlos en la nómina de las preparatorias.
Lo anterior no debe ser una cacería de brujas motivada por
filias o fobias.
En ese centro de enseñanza superior hay profesionistas de
notable capacidad académica y que si bien algunos de ellos laboran en el
servicio público o privado cumplen con eficiencia su trabajo académico. El problema
son los charlatanes que utilizan el influyentismo simulando que son docentes.
Sería saludable que los maestros de nuevo ingreso fueran
contratados mediante exámenes de oposición lo que elevaría la calidad de la
enseñanza-aprendizaje.
El otro problema para darle liquidez a la UAN ya fue abordado
por el presidente del Congreso del Estado Dip. Leopoldo Domínguez al referirse
que se reformará la Ley del Impuesto Especial del 12% para la UAN.
Esta reforma consiste en la obligatoriedad de lo recaudado
por los ayuntamientos se entregue en tiempo y forma y al final de su mandato no
dejar deuda al Patronato Administrativo de ese impuesto. De no hacerlo se les
fincará responsabilidades del delito de desviación de recursos públicos.
Si hay
coordinación, entendimiento y voluntad política entre el gobernante nayarita,
el Congreso del Estado y la rectoría no dudamos que nuestra universidad saldrá fortalecida
después de esta crisis financiera…
