miércoles, 12 de octubre de 2011

UNA CANDIDATURA BLINDADA

Es previsible la estrategia política-electoral de la cúpula nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al anunciar que la elección de su candidato presidencial será mediante consulta directa y abierta a todos los ciudadanos  de nuestro país. En cambio, en la elección interna de sus candidatos al Senado de la República y a la Legislatura Federal será mediante Convenciones de Delegados representativos de su estructura territorial.
No es fortuita esa decisión por varias razones; a saber una.-contrario a la elección interna para elegir a su candidato presidencial en el 2006 cuando compitieron ferozmente por la candidatura Roberto Madrazo Pintado y Beatriz Paredes Rangel, (elección que fue un cochinero que provocó finalmente la debacle electoral del tricolor al confinarlo hasta el tercer lugar), ahora tienen un candidato fuerte en la figura del ex gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto quien al igual que el tricolor van arriba en las preferencias electorales.
Dos, otro factor para abrir su proceso electivo es el hecho que al interior del PRI el único competidor Manlio Fabio Beltrones no representa un riesgo competitivo porque va muy abajo en la intención de voto a su favor.
Tres, a partir de esas circunstancias favorables a Peña Nieto, naturalmente el tricolor aprovechará esta coyuntura para hacer creíble su discurso de un partido que se abre a la ciudadanía. Lo cierto es que su precandidato con mayor atracción popular tendrá la oportunidad de recorrer todo el territorio nacional para posicionarse en el ánimo de la gente mediante un discurso conciliador que genere expectativas de cambio ante un entorno social y económico lacerado por la violencia armada y la falta de crecimiento económico que afecta a millones de mexicanos. Se dice que el Revolucionario Institucional gastara unos 200 millones de pesos en la susodicha competencia electoral interna para elegir a su candidato presidencial. De hecho, esa candidatura ya está amarrada y blindada a favor del político mexiquense.
Cuatro, respecto a la competencia por las candidaturas del tricolor al Congreso de la Unión es obvio que la circunscriban  solo a su militancia. Abrirla a la ciudadanía estaría expuesto el tricolor a enfrentamientos internos entre los precandidatos que utilizarían  las viejas triquiñuelas de acarreo de votantes, guerra sucia y derroche de recursos para ganar a sus adversarios; y además salpicaría de lodo a su candidato presidencial. Para no correr esos riesgos, la cúpula nacional priista urdió una estrategia que parece democrática, pero que no lo es, en tanto que la Convención de Delegados que elegirán a sus candidatos estará previamente amarrada por quienes  tienen en sus manos el control de la estructura partidista. Desde que el PRI perdió la Presidencia de la República se descentralizó el poder político en los gobernadores y en dos o tres corrientes que dominan el aparato burocrático de ese partido, entre otras, las que encabezan Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto. Si bien esas corrientes parecen que ya se pusieron de acuerdo en quien será su candidato presidencial, a partir de diciembre próximo cuando se lance la convocatoria a elegir a sus candidatos al Congreso de la Unión vendrá un estire y afloje para quedarse con la mayor tajada del pastel.
Una interrogante que ya está en el ánimo de la opinión pública: después del evidente vacío que se le hizo al ex gobernador, Ney González Sánchez durante la pasada Asamblea del Consejo Político Estatal del PRI, ¿aparecerá Ney en la boleta al Senado de la República en el 2012?