jueves, 20 de febrero de 2014

POLÍTICA PREVENTIVA CONTRA ADICCIONES Y OBESIDAD

Conjeturas
Por Francisco Cruz Angulo

Entiendo que en la estrategia de combatir por todos los frentes el flagelo de la adicción a las drogas de la juventud nayarita y disminuir el índice de la obesidad de nuestros niños y jóvenes el Gobernador del Estado, Roberto Sandoval promueve la cultura del deporte en todo el estado.
Para ello en días pasados entregó equipamiento deportivo a las ligas municipales que  fomentan el futbol, basquetbol, béisbol, voleibol, box y de otros deportes que se practican usualmente.
Por otro lado a través de las instituciones correspondientes se abren nuevos campos deportivos tanto en colonias populares, ejidos y en escuelas. Luego anunció Roberto Sandoval que en la nueva remodelación de La Loma habrá de construirse un moderno gimnasio, canchas de patinaje y otras canchas deportivas e incluso se alentará el arte de la charrería. De acuerdo a la experiencia en otras entidades de la república estas prácticas de diversión y esparcimiento físico ha dado buenos resultados en el combate de la criminalidad y el consumo de estupefacientes que tanto dañan a niños y jóvenes.
 Sin embargo me parece que el Gobierno Estatal pudiera hacer algo más a través del sistema educativo estatal recuperando actividades escolares que hoy están en el olvido o que la nueva generación de maestros no tienes interés porque muchos de ellos perdieron su mística profesional.
Señalemos algunas de ellas. En la generación de los 60´s era una práctica común las competencias deportivas inter escolares de basquetbol y voleibol. Muchos niños esperábamos a representar a nuestras escuelas en dichos campeonatos. Era un orgullo portar la camiseta de nuestra escuela. No solo se alimentaba la competitividad sana sino que se estimulaba la solidaridad y convivencia que involucraba a profesores, alumnos y directivos.
La otra competencia tenía que ver con el conocimiento en materias tan importantes como las matemáticas, español e historia de México.
Recuerdo que había una empresa que patrocinaba este tipo de competencias denominada “toficos”. En estos concursos participaban los alumnos más aptos pero tenían la virtud que muchos nos preparábamos para tener el honor de competir con otras escuelas.
Si comparamos los estándares de conocimiento de aquellas generaciones en estas materias formativas hoy ocupamos los últimos lugares.
Otra de las actividades que se impulsaban en la década de los 60´s eran los talleres en manualidades. Desde los primeros años de primaria era obligatorio inscribirse en carpintería y pintura en el caso de los niños y en corte y confección y tejido a las niñas.
En estos talleres los niños y niñas se esforzaban en hacer los mejores trabajos para que fueran expuestos en el fin de cursos a donde se invitaba a los padres de familias a que miraran con orgullo el producto creativo de sus hijos. Era un orgullo estar entre los primeros lugares de cada grupo.
Ahora que tenemos el problema de la obesidad en nuestra niñez además del deporte creo que el Gobierno Estatal debe poner en marcha un programa que ha dado buenos resultados en otras entidades de la república.
Este programa consiste en dar una lucha a fondo en contra de los alimentos chatarra que se expenden en las “tienditas escolares”.
Si bien ya se intentó durante el gobierno de Felipe Calderón, todo fue una simulación. Los directores de escuela y las sociedades de padres de familia no fueron capaces de resistir los sobornos de las empresas de comida chatarra que se salieron con la suya.
Ahora en el marco de la reforma educativa las autoridades educativas están obligadas a la aplicación de normas que atiendan un problema tan grave como es la obesidad de nuestra niñez.
Ese novedoso programa consiste en realizar convenios con pequeños productores de frutas, legumbres y verduras para que abastezcan de esos alimentos a las “tienditas escolares”, ya sea como materia prima o productos elaborados. Entre otros productos de la región tenemos: piñas, tamarindo, naranja, jícama, pepino, Jamaica, limón, toronja, mango, chayote, camote, maíz, frijol, garbanzo, lentejas, cacahuate, lechuga, cebolla, jitomate, zanahoria, pescado, leche de soya, amaranto, miel de abeja, queso, panela fresca, huevo y otros más.
 Los directores de escuela y concejos de participación social en las escuelas deben proponerse cambiar la dieta de los niños, niñas y jóvenes en los centros de enseñanza básica; a mediano plazo veremos resultados.
Las “tienditas escolares” deben operar como un nuevo modelo de nutrición no como simple recaudador de dinero disque para el mejoramiento de las escuelas. Eso es una obligación que le corresponde al estado.

Este esquema beneficiará a la buena alimentación de nuestra niñez escolar y a los pequeños productores de la región que venderán esos insumos alimenticios en un mercado seguro.