domingo, 8 de enero de 2012

¿GOBIERNO POPULAR O POPULISTA?

Un buen principio del Gobierno de Roberto Sandoval Castañeda es el hecho de promover simultáneamente en todos los municipios del Estado una mega consulta popular para que sea la gente de los diversos extractos sociales los que determinen cuales son las prioridades de sus problemas a resolver, de manera que sean incorporados al Plan Estatal de Desarrollo 2011-2017. Esta consulta será el próximo 15 de éste mes.

Esta iniciativa gubernamental debería ser complementada por otra del Poder Legislativo del Estado, esto es, expedir la Ley reglamentaria correspondiente para que cobre vigencia la reforma política aprobada en la anterior legislatura en donde se ampliaron los derechos ciudadanos mediante el referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular que, sin duda serán el instrumento jurídico para que los nayaritas podamos participar y decidir en aquellas acciones de gobierno de gran relevancia para nuestro estado.

Si como lo prometió el actual mandatario nayarita y los titulares de los otros dos poderes (Legislativo y Judicial) en el sentido que la presente administración estatal será popular, democrática y transparente y que el principal protagonista será la gente, pues entonces deberá otorgárseles los instrumentos legales para que lo establecido en el Plan Estatal de Gobierno no vaya a ser un documento de simple tramite burocrático.

El anterior régimen de Ney González se distinguió por implementar un gobierno populista, no popular. Todas sus acciones de gobierno  las tomó en la cúpula, de allí que sus principales programas sociales estuvieron marcados por un claro tinte paternalista, asistencialista, vertical, o sea, un régimen dadivoso que buscaba el reconocimiento personal y el de su familia. Por eso mismo nada se movía en todo el aparato de gobierno sin la voluntad de Ney y la de su señora esposa Sharo Mejía. Esta  conducta autoritaria se camuflaba de popular, lo que tuvo sus costos políticos para el partido gobernante durante las elecciones estatales y federales pasadas, en las cuales su partido, el PRI, perdió casi la mitad de los ayuntamientos, dos distritos electorales federales y difícilmente alcanzó la mayoría simple en la Legislatura Local. Ello evidenció, no la pluralidad política de nuestro sistema democrático, sino más bien la debilidad de su gobierno que estaba sustentado sobre bases autoritarias. Ney no entendió ni interpretó las necesidades reales de la gente debido a que no dialogó horizontalmente con el pueblo. Su gobierno fue un largo soliloquio en el ejercicio del poder.

El gobernador Roberto Sandoval y su equipo de trabajo deberán mirar retrospectivamente al anterior régimen de dos maneras: una, de forma crítica para no incurrir en estas mismas prácticas que al término del pasado gobierno dejó saldos negativos ante el pueblo; y, segundo, instrumentar un gobierno auténticamente popular que esté sustentado en el dialogo entre iguales, por supuesto, asumiendo, pueblo y gobierno, cada una de sus responsabilidades. Claro, es más cómodo gobernar desde arriba imponiendo proyectos o caprichos personales mediante acciones demagógicas o con el garrote de la autoridad. En cambio, contrario a esta forma de gobernar es una enorme responsabilidad que implica una autentica vocación de servicio y sensibilidad política y social para escuchar a la gente conociendo de viva voz sus problemas cotidianos y comprometerse ambos en la ejecución de los programas para la solución de sus necesidades de empleo, seguridad pública, educación, salud, vivienda, recreación, servicios de alumbrado público, agua potable y alcantarillado, infraestructura carretera, y de otros graves problemas que durante años han sido postergados por razones de que no son rentables políticamente.

Como dijimos alguna vez, este gobierno estatal ya dio los primeros pasos en la ruta de gobernar para la gente y con la gente. Todos confiamos que no se desviará de ella derivado de la próxima contienda presidencial que culminará el día 01 de julio.