Por
Francisco Cruz Angulo
La
celebración de el Día de la Libertad de Expresión del pasado 7 de junio estuvo
mejor organizada que el año anterior.
Lo mejor,
sin lugar a dudas fue la conferencia del reconocido periodista de Telefórmula,
Mario Ávila. Su discurso, muy didáctico por cierto dio en la llaga al señalar
con precisión cuales deben ser los compromisos que deben asumir la clase gobernante, los empresarios y los trabajadores de la comunicación.
Subrayó que la libertad de expresión es un deber ejercerla
todos los días. Dijo que la agenda sobre los grandes temas nacionales,
estatales y municipales deben ponerla sobre la mesa y ventilarla públicamente
los medios de comunicación, no el gobierno o los políticos. Señaló que el
compromiso de los periodistas es con la gente porque en la medida que se
potencia la cantidad de lectores será un fuerte contrapeso a los actos de
gobierno que lesionan a amplios sectores
de la población.
Previno de
aquellos empresarios y periodistas que se autocensuran por su cercanía con el
poder, ya sea por compromisos de publicidad oficial o por la aceptación de prebendas.
Estas conductas de incondicionalidad limitan el libre ejercicio de la libertad
de expresión. El deber de los periodistas debe ser su compromiso con la
sociedad, no con los poderes fácticos o de gobierno.
Don Mario
Ávila conocedor de la situación que
prevalece en los medios de comunicación en provincia llamó a ejercer un periodismo de
investigación; de ser receptivos a los problemas sociales y a no dejarse llevar
por los dimes y diretes de los políticos. De igual manera rechazó el periodismo
amarillista y de la nota roja porque eso no forma la conciencia crítica de la ciudadanía sino
que lo desvía de sus problemas cruciales y de una mayor participación en las
acciones de gobierno. Toda una lección de lo que debe ser el ejercicio del
periodismo, la que nos brindó el periodista Mario Ávila. Es preciso decirlo, en
Nayarit somos uno de los estados más subdesarrollados en esta profesión.
Tenemos, por ejemplo, que las cuatro o cinco empresas periodísticas más
importantes, salvo alguna excepción
carecen de jefes de redacción e información, ya no se diga de un consejo
editorial que es el responsable de su línea editorial y de la clasificación de
su información cotidiana.
En la
mayoría de estas empresas prevalece el
boletín oficial y muy raramente se publican reportajes, crónicas o artículos de
opinión que son los géneros del periodismo de análisis y de investigación. En
cambio
Lo que más
se privilegia es el amarillismo político y la nota roja pues según algunos
editores es lo que más atrae a la gente.
Este mal
endémico de nuestro periodismo en Nayarit
tiene sus raíces en su
cohabitación con el poder público. Es lógico que si un periódico tiene escasa
circulación, aun con los bodoques de páginas a todo color, su sobrevivencia
dependerá de sus buenas relaciones con el gobierno en turno.
Entonces lo
que menos le interesa a estas empresas periodísticas es capacitar y pagar bien
a sus trabajadores para que se haga un
buen periodismo; por lo tanto veremos decenas de reporteros solicitando apoyos
en sus fuentes informativas para sobrevivir. Es un círculo vicioso difícil de
romper mientras no haya voluntad política y empresarial para la debida
profesionalización de nuestro gremio periodístico.
Esta misma situación la observamos en los medios electrónicos de la
comunicación.
Volviendo al
evento del pasado 7 de junio vale la pena destacar la voluntad política de la dirección de
Comunicación Social del Gobierno del Estado encabezada por el Lic. Rodrigo
Pérez de haber aceptado se premiara el género de la columna y al periodista
emérito contemplado en el nuevo decreto aprobado por el Congreso del Estado el
pasado 17 de mayo, mismo que no entró en vigor por importantes omisiones en su
contenido.
Lo que no me
explico es por qué razones ese día de la
libertad de expresión no se dio lectura al mensaje que fue consensuado por la
mayoría de las organizaciones. Se acordó que sería leído durante la comida por
la periodista Ariana Llamas. ¿Hubo censura o auto censura a última hora?
Finalmente
desde esta columna felicito a todos mis colegas que se ganaron a pulso el premio
estatal de periodismo 2013; por supuesto lo hago extensivo a Don Brigido
Ramírez Guillen al haber sido seleccionado por el gremio periodístico al premio
al periodista emérito. 61 años del ejercicio de la profesión es toda una vida. Felicidades a todos ellos.