miércoles, 14 de noviembre de 2012

SE IMPUSO EL PRAGMASTISMO EN LA REFORMA LABORAL


El Presidente electo, Enrique Peña Nieto se impuso finalmente a las veleidades políticas del Dip. Manlio Fabio Beltrones, jefe de la bancada priista en la Legislatura Federal al obligarlo a que sacara adelante la Reforma Laboral, iniciativa preferente del presidente Felipe Calderón.
El presidente de la Comisión del Gobierno Legislativo había declarado que la minuta de Reforma Laboral modificada por el Senado de la República en donde incluía reforma a la vida sindical, las cuales inicialmente fueron rechazadas por la Cámara de Diputados dejó de ser preferente, por lo que se debatiría en sesiones ordinaria.
El político sonorense priista tuvo que recular cuando Enrique Peña Nieto instruyó a las bancadas de su partido a que la Reforma Laboral debería ser aprobada antes de que concluyera el mandato de Felipe Calderón.
En menos que canta un gallo, el Senador Beltrones aceleró el procedimiento legal. Por su puesto, metió mano y de los ochos artículos que se referían a la democracia sindical  y rendición de cuentas de las cuotas sindicales, aprobaron cuatro, acotaron dos y dejaron fuera dos, el artículo 388 BIS que se refiere a votar en pleno los Contratos Colectivos de Trabajo y el 370. Estos dos artículos pasaron a la congeladora.
Hay tres razones políticas para que Peña Nieto obligara a sus mayorías priistas en las dos Cámaras a sacar adelante esta iniciativa preferente; a saber: una, mandar una buena señal a los perredistas, al partido Acción Nacional y a su jefe político Felipe Calderón que está dispuesto a negociar a partir del reconocimiento de las propuestas de los panistas y perredistas. Si las bancadas del PRI actuaban por filias o fobias se exponían al próximo Presidente de México, a que sus 24 iniciativas preferentes a que tendrá derecho a ejercer durante su mandato sexenal fueran boicoteadas por los panistas y perredistas. Puro cálculo político.
Dos: la otra señal fue a los empresarios del país en el sentido que dispondrán de todos los elementos legales para invertir. La reforma a la Ley federal del Trabajo fue adecuada a modo bajo las premisas que generará empleos, combatirá el empleo informal y dará certidumbre a la inversión productiva.
Tres: el otro mensaje del próximo posesionario de Los Pinos es que tiene voluntad política y carácter para impulsar los grandes cambios estructurales que demanda la nación. Dio muestra que tendrá alineada a sus bancadas en el Congreso de la Unión en base a su proyecto de Gobierno.
Para reforzar esta línea política, en los próximos días mandará una iniciativa de Ley por medio de una de sus bancadas a efecto de reformar el Sistema  de Administración Pública Federal. En esta Reforma al aparato administrativo federal se contempla la desaparición de la Secretaría de la Función Pública (Contraloría interna de la federación) que hasta hoy es un elefante blanco.
Será sustituida por una Comisión Nacional anticorrupción, la cual será  autónoma con atribuciones para investigar y sancionar a los servidores públicos de los tres niveles de gobierno (municipal, estatal, federal) Congresos de los Estados y de la Unión y Órganos descentralizados que incurran en desviación de fondos o actos de corrupción.
Esta comisión se integrará por ciudadanos distinguidos que a propuestas de dos terna por el Ejecutivo Federal deberán ser aprobados por las dos terceras partes del Senado de la República.
La otra gran reforma que propuso Peña Nieto es fortalecer a la Secretaría de Gobernación devolviéndole el mando único de la interlocución política y de las fuerzas de seguridad pública e inteligencia en el país. Así pues, desaparecerá la Secretaría de Seguridad Pública Federal para ser sustituida por una Gendarmería Nacional, la cual estará bajo la batuta del Secretario de Gobernación. Es decir tendrá bajo su puño los instrumentos disuasivos, persuasivos y persecutorios para emplearlos cuando su titular considere que esté en riesgo la seguridad nacional.
Hay quienes dicen que está de regreso el viejo PRI. No lo considero así. Hoy son otras las condiciones políticas y sociales respecto al pasado. Tenemos una sociedad más organizada y contrapesos en el Congreso de la Unión y partidos políticos más movilizados en la cuestión pública.
Sin duda, el próximo  Presidente de México tiene que reacomodar el andamiaje de nuestras instituciones para dar rumbo a una trayectoria común y que no ocurra como en los dos gobiernos panistas que cada quien agarre breño por su lado. Seamos optimistas.