Dos horas
después de que concluyera el cierre de urnas durante el proceso electoral en la
República de Venezuela, el Consejo Supremo Electoral anunció en cadena nacional
el triunfo de Hugo Chávez Frías sobre su contrincante Henrique Capriles.
Con
histórica votación de los venezolanos, el Presidente Hugo Chávez se religió por
tercera vez con poco más del 55% del
electorado, mientras que el candidato de la unidad de centro-derecha captó el 44.5% de la votación nacional. La
diferencia fue de más de 2 millones de votos.
¿Cuál fue la
peculiaridad de esta elección? Sin duda alguna la transparencia y la buena
organización en la emisión del voto. Gracias a su sistema electoral electrónico
fue posible conocer en dos horas el resultado del candidato triunfador.
Otro de los
ejemplos que dio a los países de incipientes democracias como México fue la
conducta del candidato perdedor, luego de conocer su derrota Henrique Capriles
lejos de impugnar la elección reconoció en primer lugar el gran trabajo
proselitista de sus seguidores a los que conminó a no sentirse derrotados en esa contienda electoral; que la
asuman con optimismo porque están sembrando, más temprano que tarde la victoria
de su movimiento. Enseguida reconoció el triunfo de Hugo Chávez porque el
pueblo así lo decidió libremente en las urnas; y que él como buen demócrata,
siempre respetará la voluntad del pueblo. Finalmente llamó al tres veces presidente
de la República a trabajar unidos por todos los venezolanos. Esta política
conciliadora honrra al candidato perdedor.
Cabe
destacar que en Venezuela no hay financiamiento público a los partidos
políticos como en México, por lo que el Partido gobernante y sus candidatos
llevan ventaja porque disponen de los programas sociales, dinero público y
medios de comunicación para promoverse durante las precampañas políticas y no
así la oposición que acepta esas reglas del juego y sin ningún aspaviento reconoce
sus resultados.
En cambio en
nuestro país hemos avanzado en varios aspectos; a saber: financiamiento público
equitativo a los medios de comunicación para hacer proselitismo electoral; transparencia en el
ejercicio del sufragio porque se cuentan bien los votos; e instancias
institucionales para resolver los conflictos postelectorales. Donde estamos atrás de las
democracias modernas es la proclividad
de los partidos políticos y sus candidatos a impugnar los resultados
cuando les son adversos, aun cuando los márgenes son de millones de votos.
Si bien en
las precampañas electorales hay vicios del pasado por las grandes sumas de
dinero público que utilizan los partidos gobernantes, tal y como se dio en la
elección presidencial pasada en nuestro país, es un insulto a los ciudadanos
que se les dice que se dejaron comprar el voto, cuando los mismos candidatos de
oposición fomentan la corrupción al
arengar en las plazas públicas que si les ofrecen dadivas (materiales de
construcción, enseres domésticos, despensas y hasta dinero) , que lo acepten,
pero que voten libremente. Esta consigna se le revirtió a López Obrador y ahora los tilda de malos
mexicanos. Los candidatos de la izquierda no tienen la humildad de reconocer la decisión del pueblo expresada
en las urnas; solo el pueblo es bueno cuando ganan. La clase política de
Venezuela debe ser un ejemplo para la nuestra.
Volviendo a
la reeleción de Hugo Chávez su triunfo
fortalecerá los procesos democráticos y de izquierda en centro y Sudamérica. El
liderazgo carismático de Hugo Chávez impactará en dos sentidos:
1.-Un mejor
intercambio comercial entre los países latinoamericanos, fortalecer sus
economías y así hacer frente en mejores términos en el intercambio comercial con
los Estados Unidos.
2.-Articular
una política de combate más eficaz a las bandas del crimen organizado y los
sicarios de la droga, de manera que Estados Unidos reconozca su corresponsabilidad como el gran proveedor de
armas y el mayor consumidor de drogas.
En suma, el
triunfo de Chávez significa la consolidación de la Revolución Bolivariana en
aquella región sur de Latinoamérica.