martes, 9 de octubre de 2012

SE CONSOLIDARÁ LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA


Dos horas después de que concluyera el cierre de urnas durante el proceso electoral en la República de Venezuela, el Consejo Supremo Electoral anunció en cadena nacional el triunfo de Hugo Chávez Frías sobre su contrincante Henrique Capriles.
Con histórica votación de los venezolanos, el Presidente Hugo Chávez se religió por tercera vez con poco más del  55% del electorado, mientras que el candidato de la unidad de centro-derecha  captó el 44.5% de la votación nacional. La diferencia fue de más de 2 millones de votos.
¿Cuál fue la peculiaridad de esta elección? Sin duda alguna la transparencia y la buena organización en la emisión del voto. Gracias a su sistema electoral electrónico fue posible conocer en dos horas el resultado del candidato triunfador.
Otro de los ejemplos que dio a los países de incipientes democracias como México fue la conducta del candidato perdedor, luego de conocer su derrota Henrique Capriles lejos de impugnar la elección reconoció en primer lugar el gran trabajo proselitista de sus seguidores a los que conminó a no sentirse  derrotados en esa contienda electoral; que la asuman con optimismo porque están sembrando, más temprano que tarde la victoria de su movimiento. Enseguida reconoció el triunfo de Hugo Chávez porque el pueblo así lo decidió libremente en las urnas; y que él como buen demócrata, siempre respetará la voluntad del pueblo. Finalmente llamó al tres veces presidente de la República a trabajar unidos por todos los venezolanos. Esta política conciliadora honrra al candidato perdedor.
Cabe destacar que en Venezuela no hay financiamiento público a los partidos políticos como en México, por lo que el Partido gobernante y sus candidatos llevan ventaja porque disponen de los programas sociales, dinero público y medios de comunicación para promoverse durante las precampañas políticas y no así la oposición que acepta esas reglas del juego y sin ningún aspaviento reconoce sus resultados.
En cambio en nuestro país hemos avanzado en varios aspectos; a saber: financiamiento público equitativo a los medios de comunicación para hacer  proselitismo electoral; transparencia en el ejercicio del sufragio porque se cuentan bien los votos; e instancias institucionales para resolver los conflictos  postelectorales. Donde estamos atrás de las democracias modernas es la proclividad  de los partidos políticos y sus candidatos a impugnar los resultados cuando les son adversos, aun cuando los márgenes son de millones de votos.
Si bien en las precampañas electorales hay vicios del pasado por las grandes sumas de dinero público que utilizan los partidos gobernantes, tal y como se dio en la elección presidencial pasada en nuestro país, es un insulto a los ciudadanos que se les dice que se dejaron comprar el voto, cuando los mismos candidatos de oposición fomentan la corrupción  al arengar en las plazas públicas que si les ofrecen dadivas (materiales de construcción, enseres domésticos, despensas y hasta dinero) , que lo acepten, pero que voten libremente. Esta consigna se le revirtió  a López Obrador y ahora los tilda de malos mexicanos. Los candidatos de la izquierda no tienen la humildad  de reconocer la decisión del pueblo expresada en las urnas; solo el pueblo es bueno cuando ganan. La clase política de Venezuela debe ser un ejemplo para la nuestra.
Volviendo a la reeleción  de Hugo Chávez su triunfo fortalecerá los procesos democráticos y de izquierda en centro y Sudamérica. El liderazgo carismático de Hugo Chávez impactará en dos sentidos:
1.-Un mejor intercambio comercial entre los países latinoamericanos, fortalecer sus economías y así hacer frente en mejores términos en el intercambio comercial con los Estados Unidos.
2.-Articular una política de combate más eficaz a las bandas del crimen organizado y los sicarios de la droga, de manera que Estados Unidos reconozca su  corresponsabilidad como el gran proveedor de armas y el mayor consumidor de drogas.
En suma, el triunfo de Chávez significa la consolidación de la Revolución Bolivariana en aquella región sur de Latinoamérica.