lunes, 1 de abril de 2013

LOS NUEVOS DESAFIOS DEL MAGISTERIO NACIONAL


Por Francisco Cruz Angulo

El uso de las computadoras de niños y profesores en los procesos educativos en las zonas rurales y marginadas de la población será difícil cuantificar su impacto en la calidad de la enseñanza.
El mejor ejemplo lo tenemos en la postura que asumieron miles de profesores afiliados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). En su mayoría desempeñan su trabajo docente en los estados más atrasados del país, entre otros, Guerrero, Morelos, Michoacán, Oaxaca y Chiapas.
En estas entidades rechazan, no solo el uso de las computadoras sino a la nueva reforma constitucional educativa aprobada recientemente por el Congreso de la Unión y en más de una veintena de legislaturas locales.
A diferencia de los maestros afiliados al SNTE que luego de haber sido sujeta a proceso penal su ex presidenta vitalicia, Elba Esther Gordillo por lavado de dinero y delincuencia organizada, su nuevo líder nacional, Profr. Juan Díaz de la torre optaron por apoyar la mencionada reforma, en tanto que los de la Coordinadora suspendieron clases en cientos de escuelas marcharon por las calles, tomaron edificios públicos, bloquearon carreteras federales demandando a sus gobernadores y legisladores locales a dar marcha atrás en la reforma educativa por considerar que no está apegada a la realidad.
La beligerancia de este sector radical de los trabajadores de la educación no es de ahora. Recordemos que su primera consigna fue la expulsión de Elba Esther para poner fin al cacicazgo sindical que impedía la democratización del SNTE.
Incluso ya con la reforma educativa en puerta propuesta por el Presidente Peña Nieto y avalada por el PRI, PAN y PRD en el Congreso de la Unión, ambas corrientes magisteriales paradójicamente coincidieron en rechazarla. Los extremos se juntaron, solo que la peor parte la sacó Elba Esther a la que dejaron sola en la cárcel.
Las movilizaciones de los integrantes de la Coordinadora dio resultados favorables en Guerrero donde el Gobernador Ángel Aguirre cedió a las presiones de los paristas al enviar al Congreso del Estado una iniciativa de Reforma a la Ley Estatal de Educación y ordenó pagar los salarios a todos aquellos profesores que abandonaron su trabajo docente. Todo parece indicar que bajo esta misma táctica de presión los de la Coordinadora en el resto de los estados arriba señalados se saldrán con la suya. De ser así es previsible que podría haber controversias constitucionales en materia educativa.
¿Cuál es la causa que une a casi todos los maestros del Sistema estatal y federal? Simplemente, nada menos que ser evaluados, reprueben una y otra vez y finalmente pierdan su empleo.
Por supuesto tienen razón en que no pueden ser evaluados con un mismo rasero los que trabajan en estados de la República de gran desarrollo en donde los docentes tienen mejores condiciones de trabajo y mejores salarios, no así los que trabajan en zonas marginadas en donde ni siquiera hay luz eléctrica y que tienen que enseñar en condiciones deplorables a niños desnutridos que caminan enormes distancias para llegar a la escuela.
Evidentemente estas condiciones diametralmente opuestas deben ser atendidas en el marco de la nueva reforma constitucional de nuestro Sistema Educativo Nacional.
Desde esta perspectiva la Ley reglamentaria al Artículo 3° Constitucional, esto es, la nueva Ley Federal de Educación deberá recoger la opinión y propuestas del gremio magisterial y expertos en la materia, de manera que no sean acciones voluntaristas y diseñadas por un puñado de burócratas de tal forma que la nueva Ley Federal de Educación refleje las condiciones heterogéneas en donde laboran el millón y pico de profesores en todo el país.
Y en los procesos de operación de esta Ley deberá concretarse transversalmente con  otras dependencias de gobierno que atiendan las condiciones sociales y económicas de las comunidades más pobres.
De poco servirá la introducción de las modernas tecnologías cibernéticas, de evaluaciones y cursos de capacitación en un entorno social en donde el maestro carece de una buena infraestructura escolar, alumnos bien alimentados y profesores sin vocación de servicio y mal pagados.
Lo único que se estará generando es más “grillos” en las calles y profesores chambistas que son utilizados como carne de cañón de los partidos políticos y de gobernantes corruptos y enfermos de poder.