martes, 25 de octubre de 2011

TRAPECISMO Y CORRUPCIÓN

Una de las preocupaciones que tenemos los nayaritas es conocer cómo resolverá la nueva administración estatal de Roberto Sandoval y del Congreso del Estado  la crisis financiera de la Hacienda pública Estatal y de más de una decena de ayuntamientos.
Si se consultara a los ciudadanos de todos los estratos sociales, seguro que se encontraría infinidad de propuestas.
El domingo pasado escuchando de soslayo una interesante y ríspida plática de dos comensales que se encontraban comiendo en un restaurant ubicado en el Izote, a la salida de esta capital, despertó mi interés esa plática por lo peculiar de mirar  la política.
Uno de ellos se quejaba que los políticos son guevones y ladrones, y que se roban el dinero del pueblo sin que nadie los castigue; en cambio a un pobre lo refundan en la cárcel cuando pesca un kilo de camarón en sus propios esteros, como así le ocurrió a un amigo mío. Ya estamos hartos y el Gobierno y los partidos políticos se hacen “pendejos”. Claro, ellos se encubren porque son la misma chingadera.
-Mira compadre, esos “gueyes” si saben cómo combatir a la corrupción, respondió el otro interlocutor con cierta picardía.
“Lo primero que deben de hacer los políticos es no brincar como chapulines, de un puesto a otro. Si los elegimos para presidentes municipales o diputados o Senadores, pues que se queden en el puesto el total de años que manda la Ley, pues apenas esos cabrones llegan  al puesto y ya están gastándose el dinero del pueblo para promoverse a un hueso de más arriba”.
-Pero quien se los impedirá, replicó el otro comensal. “Ellos son juez y parte, ¿a poco nó? Son una mafia, compadre”.
-Tienes razón. Lo que pasa es que nosotros somos unos “agachones” porque no les exigimos cuentas. Si nos organizáramos me cae que no solo terminarían con su mandato sino que nos cumplirían lo que nos ofrecieron esos cabrones durante la campaña. Y si no lo hacen por andar buscando otro hueso, que por Ley y por vergüenza se separaran del cargo…
“Ahora bien si, por ejemplo, el alcalde o diputado o el Senador le cumplen al pueblo, legislando bien o haciendo un buen gobierno municipal, pues entonces que tuvieran la posibilidad de que los reeligiéramos. De otra manera, compadre, siempre tendremos políticos chapulines, que dejan temblando las arcas públicas porque se lo gastan en su promoción personal y no lo invierten en servicios públicos. Por eso estamos como estamos”.
-No sea ingenuo, compadre. Es como pedirles a los políticos que se pongan ellos mismos la soga al cuello.
Conclusión: los dos comensales sintetizaron así cuatro iniciativas que debería tomar en cuenta la XXX Legislatura.- A saber: una, mayor participación ciudadana en las principales decisiones del Gobierno; dos, reelección de alcaldes y diputados; tres, revocación de mandato; y, cuatro, rendición de cuentas y castigar a la impunidad.