jueves, 28 de junio de 2012

EN JUEGO, EL FUTURO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Dependiendo de los resultados electorales del domingo venidero habrá una nueva recomposición de las fuerzas políticas en el país. Si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gana, además de la Presidencia de la República las gubernaturas de los Estados de Jalisco, Colima, Tabasco, Yucatán y probablemente Morelos, así como una mayoría simple en el Congreso de la Unión, sobre todo en la Legislatura Federal, su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto encarará los problemas de nuestro país con una enorme fortaleza política e institucional.
De igual manera en esa elección se jugará el futuro político de los partidos minoritarios, tales como el PVEM, PANAL, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano. Esta vez será el voto de los ciudadanos el que decida si otorgan o no su registro legal, es decir, darles el apoyo del 2% de la votación general.

Hasta esta elección, la existencia de esos mini partidos ha sido posible gracias a las coaliciones que negociaban con los 3 grandes partidos, PAN, PRI y PRD. Con la última reforma electoral del 2007, esas formaciones políticas deberán acreditar en las urnas si por si solos merecen tener representación en el Congreso de la Unión y las diversas prerrogativas que otorga el IFE.

Todos conocemos que los mini partidos son de carácter regionalistas y conducidos bajo un esquema patrimonialista, o sea, desde su fundación son administrados por familias y un círculo cerrado de amigos incondicionales al dirigente nacional en turno. Por ejemplo, el PVEM lo regentea la familia de los propietarios de las farmacias Similares que extiende su mercado hasta varios países latinoamericanos; el Partido del Trabajo lo controla caciquilmente Alberto Anaya; el PANAL tras bambalinas es controlado por la presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo, el cual lo utiliza como ariete para incrementar su poderío político y económico, y a la vez le da capacidad de negociación a efecto de obtener posiciones en la administración pública federal y estatales, así como en el Congreso de la Unión. Del Partido Movimiento Ciudadano, desde que apareció a la luz pública como Convergencia, su líder indiscutible es Dante Delgado, en tanto que quita e impone dirigentes.

¿Estos partidos políticos pasarán la prueba del ácido este 01 de julio? Será la gran incógnita a despejar al día siguiente de los comicios.

Respecto al PRD y al PAN, ambas formaciones políticas, independientemente de su fuerza  electoral, continuarán siendo determinantes para darle gobernabilidad al país y serán un necesario contrapeso     a la probable mayoría simple del PRI en el Congreso de la Unión.

Lo peor que pudiera sucederle al PRD es emprender una cacería de brujas en su interior para encontrar a los responsables de su derrota. Si el perredismo se divide a consecuencia de una intensa lucha fratricida por el usufructo de la franquicia de ese partido estarán socavando prematuramente a un proyecto de nación de izquierda alternativo con grandes probabilidades de conquistar el poder presidencial en el 2018 bajo el liderazgo indiscutible de Marcelo Ebrard. Ese proyecto alternativo de gobierno ya es un embrión consolidado en el Distrito Federal en donde será refrendado abrumadoramente en las urnas por millones de chilangos.

En cuanto a la derrota de Josefina Vázquez Mota, -si ocupa el tercer lugar en la votación- provocará una debacle en sus estructuras partidistas, y aún más si pierden las gubernaturas de Jalisco, Morelos  y Guanajuato.  Es de todos conocido que la candidata presidencial no obtuvo el apoyo  a su campaña por la corriente más conservadora del panismo encabezados por Manuel Espino y el ex presidente Vicente Fox, quienes sin ningún escrúpulo moral decidieron apoyar públicamente al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Uno de los voceros oficiales de la candidata presidencial anunció en días pasados que una vez concluida la elección saldarán cuentas  con Vicente Fox, lo que presagia vientos huracanados en el blanquiazul.