Hagamos algunas
consideraciones sobre los pasados comicios federales y estatales:
1.-El
Instituto Federal Electoral cumplió cabalmente su responsabilidad durante la
jornada electoral al lograr instalar el 99.98% de las casillas en todo el
territorio nacional; de más de 143 mil casillas, no se instalaron 2; y el millón
de ciudadanos que fueron seleccionados para recibir y computar los votos se
condujeron con pulcritud, eficiencia y responsabilidad, lo que hizo posible hubiera
una copiosa votación calculándose en alrededor de 49 millones de ciudadanos,
(62%). Si bien se registraron numerosos incidentes, estos no pusieron en riesgo
la contienda electoral.
2.-El
proceso electivo fue una fiesta cívica-popular, aun en aquellos estados en
donde agobia a su población la violencia de las bandas del crimen organizado. La
gente salió a votar sabiéndose resguardada por las fuerzas armadas…
3.- Los
resultados oficiales de la encuesta de conteo rápido diseñada por IFE, dados a
conocer por su consejero presidente hora
y media antes de la media noche del pasado domingo puso en duda la veracidad de
la mayoría de las empresas encuestadoras. Según los datos del IFE, Peña Nieto sacó
entre el 38 al 39% de la votación, 7 puntos arriba de López Obrador, quien
alcanzó un rango de votación de entre 31 al 32%, en tanto que las encuestas
pronosticaban antes de la votación que Peña Nieto obtendría entre el 14 y 17%,
salvo la encuesta del Grupo Reforma que estuvo más cerca al pronosticar un 11% de ventaja a favor del candidato del tricolor.
Las empresas encuestadoras tendrán que
revisar su metodología ya que sembraron la duda de su credibilidad.
4.- Cabe
destacar el sobre optimismo de la candidata presidencial del blanquiazul,
Josefina Vázquez Mota cuando ante sus seguidores ofreció un discurso de consolación
y con ambigüedades reconoció su derrota. Llamó a sus huestes a no bajar la
guardia ni la bandera de la democracia ante las tentaciones de un regreso del
autoritarismo del pasado que gobernará en los próximos 6 años a nuestro país. ¿Cómo
pedir optimismo a los panistas cuando su partido perdió las gubernaturas de Jalisco
y Morelos confinándolos hasta el tercer lugar; y al igual que en la competencia
presidencial perdieron estrepitosamente el gobierno del Distrito Federal? Fue claro
que más de 35 millones de mexicanos dijeron un ya basta de gobiernos panistas.
Aun con esta
derrota electoral a cuestas, el Presidente Felipe Calderón se mostró como un político
respetuoso de nuestras instituciones electorales, por lo que sin ningún regateo
reconoció el triunfo del candidato de la Alianza PRI-PVEM y además ofreció
contribuir en todo lo necesario para realizar la entrega-recepción del poder
presidencial con transparencia el próximo 01 de diciembre, lo que habla bien de
su vocación democrática.
5.-La
conducta de Andrés Manuel López Obrador no podía ser de otra manera. Sabedor
que aun cuando navegó a contracorriente de los poderes fácticos logró el apoyo
a su proyecto de nación por alrededor de 15 millones de ciudadanos, además de
ganar para los partidos de las izquierdas las gubernaturas de Morelos y Tabasco
y carro completo en el Gobierno del Distrito Federal bajo la candidatura de
Miguel Ángel Mancera que apabulló a sus adversarios políticos.
Con este
enorme capital político es lógico que López Obrador marque los tiempos en el
reconocimiento de su derrota. Evidentemente no se dejó presionar por quienes ya
se les quemaban las habas. Antes de entregar la plaza necesariamente tendrá que
hacer un diagnostico de la pasada jornada electoral de manera que encajen la
cuenta de votos de las autoridades electorales y las suyas. Esta vez López
Obrador no descalificó de facto la elección, pero puso en duda algunos de sus
resultados. Por tal razón dijo que esperará a que discurra todo el proceso
legal de la calificación electiva para dar a conocer cual será su posición, lo
cual es muy saludable para la estabilidad de nuestro país porque esta vez
no convocó a sus seguidores a salir a la
calle a rechazar los resultados electorales del pasado domingo.
6.-El comportamiento
político del cuasi futuro Presidente de la República, Enrique Peña Nieto fue
sin aspavientos. Llamó a la conciliación de todos los actores políticos de nuestro
país. Ratificó que no gobernará el PRI del pasado; que ejercerá una presidencia
democrática, incluyente y que todas las propuestas de sus adversarios políticos
serán tomadas en cuenta en su agenda de gobierno. Subrayó que buscará la reconciliación
nacional.
Ya lo
veremos si lo cumple y con quienes. La composición de su gabinete nos dará una
idea clara de como gobernará a la nación en los próximos 6 años.
De confirmarse
las tendencias electorales en las candidaturas al Congreso de la Unión, los
electores no le entregaron un cheque en
blanco a Enrique Peña Nieto, en tanto que el PRI no dispondrá de una mayoría simple
en la próxima Legislatura Federal, por lo que tendrá que cabildear permanentemente con las bancadas de
las izquierdas y del PAN en las grandes reformas estructurales que se propone
realizar el candidato vencedor.