lunes, 2 de julio de 2012

NO HUBO CHEQUE EN BLANCO AL PRI

Nuestro sistema democrático dio un paso más en su consolidación. En orden, con transparencia y sin connatos de violencia discurrió el proceso electivo del domingo pasado en donde se eligieron por voto secreto, directo y universal al próximo Presidente de la República, a los nuevos integrantes del Congreso de la Unión y la elección de los próximos gobernadores de Tabasco, Yucatán, Chiapas, Jalisco, Morelos, Guanajuato y el gobierno del Distrito Federal.
Hagamos algunas consideraciones sobre los pasados comicios federales y estatales:

1.-El Instituto Federal Electoral cumplió cabalmente su responsabilidad durante la jornada electoral al lograr instalar el 99.98% de las casillas en todo el territorio nacional; de más de 143 mil casillas, no se instalaron 2; y el millón de ciudadanos que fueron seleccionados para recibir y computar los votos se condujeron con pulcritud, eficiencia y responsabilidad, lo que hizo posible hubiera una copiosa votación calculándose en alrededor de 49 millones de ciudadanos, (62%). Si bien se registraron numerosos incidentes, estos no pusieron en riesgo la contienda electoral.

2.-El proceso electivo fue una fiesta cívica-popular, aun en aquellos estados en donde agobia a su población la violencia de las bandas del crimen organizado. La gente salió a votar sabiéndose resguardada por las fuerzas armadas…

3.- Los resultados oficiales de la encuesta de conteo rápido diseñada por IFE, dados a conocer por  su consejero presidente hora y media antes de la media noche del pasado domingo puso en duda la veracidad de la mayoría de las empresas encuestadoras. Según los datos del IFE, Peña Nieto sacó entre el 38 al 39% de la votación, 7 puntos arriba de López Obrador, quien alcanzó un rango de votación de entre 31 al 32%, en tanto que las encuestas pronosticaban antes de la votación que Peña Nieto obtendría entre el 14 y 17%, salvo la encuesta del Grupo Reforma que estuvo más cerca al pronosticar un 11%  de ventaja a favor del candidato del tricolor.  Las empresas encuestadoras tendrán que revisar su metodología ya que sembraron la duda de su  credibilidad.



4.- Cabe destacar el sobre optimismo de la candidata presidencial del blanquiazul, Josefina Vázquez Mota cuando ante sus seguidores ofreció un discurso de consolación y con ambigüedades reconoció su derrota. Llamó a sus huestes a no bajar la guardia ni la bandera de la democracia ante las tentaciones de un regreso del autoritarismo del pasado que gobernará en los próximos 6 años a nuestro país. ¿Cómo pedir optimismo a los panistas cuando su partido perdió las gubernaturas de Jalisco y Morelos confinándolos hasta el tercer lugar; y al igual que en la competencia presidencial perdieron estrepitosamente el gobierno del Distrito Federal? Fue claro que más de 35 millones de mexicanos dijeron un ya basta de gobiernos panistas.

Aun con esta derrota electoral a cuestas, el Presidente Felipe Calderón se mostró como un político respetuoso de nuestras instituciones electorales, por lo que sin ningún regateo reconoció el triunfo del candidato de la Alianza PRI-PVEM y además ofreció contribuir en todo lo necesario para realizar la entrega-recepción del poder presidencial con transparencia el próximo 01 de diciembre, lo que habla bien de su vocación democrática.

5.-La conducta de Andrés Manuel López Obrador no podía ser de otra manera. Sabedor que aun cuando navegó a contracorriente de los poderes fácticos logró el apoyo a su proyecto de nación por alrededor de 15 millones de ciudadanos, además de ganar para los partidos de las izquierdas las gubernaturas de Morelos y Tabasco y carro completo en el Gobierno del Distrito Federal bajo la candidatura de Miguel Ángel Mancera que apabulló a sus adversarios políticos.

Con este enorme capital político es lógico que López Obrador marque los tiempos en el reconocimiento de su derrota. Evidentemente no se dejó presionar por quienes ya se les quemaban las habas. Antes de entregar la plaza necesariamente tendrá que hacer un diagnostico de la pasada jornada electoral de manera que encajen la cuenta de votos de las autoridades electorales y las suyas. Esta vez López Obrador no descalificó de facto la elección, pero puso en duda algunos de sus resultados. Por tal razón dijo que esperará a que discurra todo el proceso legal de la calificación electiva para dar a conocer cual será su posición, lo cual es muy saludable para la estabilidad de nuestro país porque esta vez no  convocó a sus seguidores a salir a la calle a rechazar los resultados electorales del pasado  domingo.

6.-El comportamiento político del cuasi futuro Presidente de la República, Enrique Peña Nieto fue sin aspavientos. Llamó a la conciliación de todos los actores políticos de nuestro país. Ratificó que no gobernará el PRI del pasado; que ejercerá una presidencia democrática, incluyente y que todas las propuestas de sus adversarios políticos serán tomadas en cuenta en su agenda de gobierno. Subrayó que buscará la reconciliación nacional.

Ya lo veremos si lo cumple y con quienes. La composición de su gabinete nos dará una idea clara de como gobernará a la nación en los próximos 6 años.

De confirmarse las tendencias electorales en las candidaturas al Congreso de la Unión, los electores no le entregaron  un cheque en blanco a Enrique Peña Nieto, en tanto que el PRI no dispondrá de una mayoría simple en la próxima Legislatura Federal, por lo que tendrá que  cabildear permanentemente con las bancadas de las izquierdas y del PAN en las grandes reformas estructurales que se propone realizar el candidato vencedor.