martes, 24 de enero de 2012

LIBERATO ASUSTA CON EL PETATE DEL MUERTO

Al cacique de la Sección XX de maestros, Liberato Montenegro Villa no le salió bien su jugada. Sus amanuenses amenazaron con un paro de labores en todo el Sistema de Educación Básica en el Estado  con el propósito de presionar al Gobierno de Roberto Sandoval disque por no cumplir el pago de adeudos de diversas prestaciones sociales heredados de la pasada administración de Ney González.

Reculó en su amenaza debido a una eficaz y enérgica respuesta de la Secretaría de Educación y del Secretario General de Gobierno, Lic. J. Trinidad Espinoza Vargas, los que explicaron públicamente a los profesores y padres de familia que no había razones para realizar dicho paro de labores en virtud que a las demandas del orden administrativo están siendo cumplimentadas, por lo que solicitaban a los líderes de la Sección XX a no politizar el problema.

Evidentemente tales presiones de la cúpula magisterial tiene tintes políticos. Qué casualidad que a pocas semanas de elegir a los candidatos del PRI al Congreso de la Unión se muestren muy preocupados por el adeudo a sus agremiados, actitud que no mostraron ante el Gobierno de Ney González.

Estas tácticas de presión ya las conocemos. Así lo revela el mismo Liberato Montenegro en una entrevista a un medio de comunicación cuando se quejó que la corriente magisterial está siendo marginada en la toma de decisiones en el PRI, cuando ésta es la corriente mejor organizada y que permanece unida y fuerte, aún en tiempos difíciles.

Ante este reclamo llamó a la dirigencia estatal del PRI a sumar esfuerzos para lograr la unidad del partido y así estar en condiciones de ganar en la contienda electoral de julio próximo.

Ya salió el peine: presiona para negociar posiciones políticas; pero como esta vez las reglas del juego en el Gobierno del Estado y en el tricolor han cambiado utiliza a los maestros para hacerse indispensable en la elección de los candidatos.

Liberato asusta con el petate del muerto. Si bien es cierto que dispone de una bien articulada maquinaria electoral, eso no es suficiente para ganar elecciones. Esa estructura corporativa es útil para cuidar casillas o alterar actas de escrutinio cuando las circunstancias así lo permiten. Pero ha mostrado su ineficiencia para ganar votos a favor  hasta de sus mismos candidatos. Es tal el desprestigio de los líderes de la Sección XX que en los dos últimos sexenios ha decrecido su representación en los ayuntamientos y en el Congreso del Estado.

 Desde hace varios trienios sus bastiones políticos-electorales como Ixtlán del Rio, Ahuacatlán, Jala y en otros dos municipios norteños los perdió frente al blanquiazul y el PRD. Agreguemos su última derrota electoral en el distrito 3 cuando el ex dirigente de la Sección XX, Alfredo Smery perdió la diputación federal frente a la panista, Ivideliza Reyes. Tan ya no  es el lobo como lo pintan que en la pasada contienda a Gobernador del Estado, el mismísimo Ney le cerró el camino a su hijo Gerardo Montenegro para que no fuera el candidato del PRI a la gubernatura de nuestra entidad.

Fue tal el berrinche que hicieron Liberato y Gerardo que sin ningún escrúpulo moral y político llamaron a votar por la señora Martha Elena García como candidata del PAN a Gobernadora del Estado.

Este impúdico chaquetazo de los caciques de la Sección XX indignó a un gran número de maestros que mostraron su enojo votando por Roberto Sandoval o Guadalupe Acosta Naranjo.

Esa traición al tricolor le salió caro al cacique magisterial, pues con la mano en la cintura la nueva administración estatal les arrebató sus cotos y privilegios de poder en el Sistema Educativo Federal.

Quedaron maniatados por que ellos mismo se pusieron la soga al cuello. ¿Con qué autoridad moral exigirían al nuevo gobierno mantener sus añejas posiciones de poder en la SEPEN? Si no los expulsaron del partido fue por cálculos políticos; simplemente le quitaron sus rutas de abastecimiento económico y logístico, que eran sus sustentos de poder. Entonces para qué ocuparse de aniquilarlos.

Si el Gobierno de Roberto Sandoval no cae a ese juego perverso y, en cambio hace respetar las normas básicas del sistema educativo federal, no hay por qué espantarse al chantaje de un cacicazgo en decadencia. Sería un gran error estratégico devolverle sus posiciones de poder en el aparato administrativo de la SEPEN y en los puestos de dirección  en el PRI.