Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
El último día del mes de mayo el Consejo General
Universitario de la Universidad Autónoma de Nayarit tendrá la enorme
responsabilidad de elegir al nuevo Rector que sustituirá al actual C.P Juan
López Salazar.
En la actual coyuntura de crisis económica que padece –la
nación- inevitablemente repercutirá en los centros de enseñanza superior y, en
consecuencia afectará el acceso de miles de jóvenes a los servicios educativos
de calidad.
Ante esta difícil situación el próximo rector enfrentará importantes
retos una vez asuma el cargo, entre otros, de aperturarse nuevas carreras -como
lo anunció el Rector Juan López Salazar- de cómo resolverá la contratación de
la plantilla del personal docente de calidad profesional; de donde saldrán los
recursos económicos para cubrir salarios y equipamiento escolar. De no haber suficiente
inversión en la ampliación de los servicios escolares se corre el riesgo de colapsar
financieramente a la UAN. El hecho de crecer cuantitativamente no significará
en modo alguno de mejorar los servicios de enseñanza-aprendizaje.
El otro problema a enfrentar es como resolver a mediano plazo
el asegurar la liquidez del fondo de jubilaciones y pensiones.
Por supuesto otro reto es cubrir en tiempo y forma los
salarios y demás prestaciones a profesores, empleados y trabajadores.
Además de tener claro cómo resolver estos problemas en tiempo
de crisis económica es más importante que el nuevo rector “sea un factor de unidad”
en torno a la profundización de la reforma académica iniciada en anteriores
administraciones.
De los que hoy se apuntan como aspirantes a conducir la
universidad durante los próximos 6 años se menciona al Lic. Humberto Lomelí
Payán, director de la Unidad de Derecho; Rubén Bugarín, secretario de investigación;
Ignacio Peña, secretario de docencia; el Dr. Octavio Camelo y el Mtro. Carlos
Rea.
Como en todo proceso electivo en los tres sectores de la
universidad, SPAUAN, SETUAN y FEUAN incluyendo al actual rector tienen sus
preferencias respecto a quien deba conducir a la UAN siempre y cuando estas
preferencias sean en función a proyectos de universidad claros y concretos y no
por ambiciones personales o de grupos. Es
saludable para la universidad el respeto a la pluralidad de ideas y de
proyectos ya que es un ejercicio democrático.
Sin embargo, cuidado, es sumamente riesgoso cuando surgen
diversos grupos que se enfrentan unos a otros para imponer su voluntad en la lucha por el poder. Sería un fatal
retroceso.
Lo más saludable en el proceso electivo en la UAN sería que
cada uno de los aspirantes a la rectoría expusiera sus propuestas sobre cada
uno de los temas prioritarios de la universidad a los tres sectores de la UAN y como los resolverán
y no aburridos rollos cargados de frases comunes.
Por supuesto estas exposiciones serían organizadas por los líderes
del SPAUAN, SETUAN y FEUAN dado que de acuerdo al estatuto jurídico de la UAN
118 consejeros universitarios provenientes de los tres sectores y de la rectoría
serán los responsables de elegir al nuevo rector.
Finalmente la responsabilidad de preservar la unidad de la
comunidad universitaria deberán asumirla los líderes anteriormente mencionados
y el actual rector.
De jalar cada quien por su lado el porrismo y la mediocridad académica
de la década de los 70´ será como un
fantasma que rondará el campus universitario…