martes, 4 de diciembre de 2012

ROMPER INERCIAS Y PARADIGMAS DEL PASADO


El diálogo y los acuerdos pactados carecen de sustancia cuando son producto de la coyuntura y de la necesidad de legitimar el poder o por el deseo de satisfacer a la opinión pública. Empero, cuando se actúa con grandeza de miras y voluntad política, el diálogo y los acuerdos cobran relevancia en tanto que cada uno de los actores políticos y sociales honrarán su palabra traduciéndolas en hechos.
El Pacto Por México suscrito el pasado domingo en el Castillo de Chapultepec por los presidentes nacionales del PAN, PRI y PRD y avalado por gobernadores y líderes parlamentarios del Congreso de la Unión y rubricado por el mismo Presidente de la República, Enrique Peña Nieto fue muy emblemático y significativo.
En el documento de 5 ejes rectores quedó plasmado el compromiso de las tres fuerzas políticas más importantes en el país representadas en las dos Cámaras del Congreso de la Unión de hacer posible que transiten las grandes y emergentes reformas Constitucionales que hagan posible el cumplimiento de las 13 propuestas de gobierno que anunció el mandatario federal en su toma de posesión.
Como lo señaló el líder histórico del PRD, Jesús Ortega es necesario que tanto el PAN como el PRD se despojen de sus dogmas doctrinarios y el PRI no pretenda volver a las prácticas autoritarias del pasado.
Con la firma de ese Pacto Por México, el Partido del Sol Azteca ya dio el primer paso al sacudirse el tutelaje del caudillismo lopezobradorista y actuar en congruencia con la construcción de un partido de izquierda que tiene vocación de gobernar bien, así como lo hace en la Ciudad de México desde hace 18 años.
El Partido Acción Nacional tiene dos reto adicionales por delante, a saber: consolidar su legado cuando fue partido en el poder y contribuir desde el Congreso de la Unión a que la nueva administración federal posibilite, junto con el PRD, los grandes cambios estructurales a los que se comprometió Peña Nieto para pacificar a nuestro país mediante una nueva estrategia de combatir a la narcoviolencia y el crimen organizado, esto es, mediante una mejor coordinación de los cuerpos policiacos, militares y de inteligencia; mejorar la educación, la salud,  prevenir el consumo de toda clase de estupefacientes; creando miles de empleos para los jóvenes; mejorando las condiciones de los sectores de extrema pobreza y una mejor procuración y administración de la justicia, con el fin de liquidar la corrupción y la impunidad.
El PRI, como partido gobernante es aun mayor su responsabilidad. Desde la Presidencia en Los Pinos y desde las Cámaras, sumando a sus mayorías en los Congresos Locales y a sus gobernadores, sin duda alguna es desempeñarse en confiables interlocutores de los grandes acuerdos nacionales, no sobre la base de viejas prácticas clientelares y autoritarias sino con sentido de responsabilidad republicana, con altura de miras y de cara al porvenir.
Como lo afirmó el Presidente Peña Nieto a este Pacto Por México deberían sumarse otras instituciones políticas, organizaciones empresariales, medios de comunicación, académicas, universidades, congregaciones religiosas y quienes deseen contribuir por México. Superar viejas inercias y paradigmas del pasado es responsabilidad de todos.
El PRI y el PAN que han ocupado la Presidencia de la República seguramente ya aprendieron que por si solos y los gana la soberbia del poder impide concretar los grandes pactos nacionales como aquel acuerdo nacional en contra de la violencia suscrito por todos los partidos y sectores sociales de nuestro país y suscrito por el ex presidente Felipe Calderón en el 2008. Aquel compromiso de terminar con la violencia y restablecer la paz social terminó en un simple papel. La guerra contra la narcoviolencia la perdió Felipe Calderón con un saldo de victimas entre delincuentes, fuerzas policiacas y militares y gente inocente de más de 60 mil muertos.
En la nueva estrategia, además de las arribas señaladas, el Presidente Peña Nieto tendrá que replantear la nueva relación bilateral con el gobierno de Obama. No es justo que mientras nuestro país ponga los muertos y gaste enormes millonadas de dinero en seguridad pública, a los gringos les importa un bledo y hasta se dan el lujo de vender armas a los narcotraficantes y legalicen el consumo de drogas en varios estados de la Unión Americana. Bienvenido el Pacto Por México. Ojalá y lo veamos concretado en los primeros 60 días cuando se instrumenten los Programas Nacional para la Prevención del Delito y  la Cruzada Nacional contra el Hambre. Vamos a ver de qué madera está hecho el gabinete del nuevo Presidente de México.