martes, 24 de abril de 2012

MUTILADA LA REFORMA POLITICA

Después de varios meses de estar congelada la Reforma Política en la actual Legislatura Federal, por fin la semana pasada fue aprobada en la Cámara Baja del Congreso de la Unión. Los diputados la mutilaron. Solo pasaron las candidaturas ciudadanas, la iniciativa popular, la consulta ciudadana, la sustitución del Presidente de la República en caso de ausencia definitiva, misma que asumiría tal responsabilidad el Secretario de Gobernación, las iniciativas preferentes del Ejecutivo Federal y  la toma de protesta del nuevo Presidente de la República ante una de las cámaras o ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando no haya condiciones políticas para hacerlo ante el Pleno del Congreso de la Unión.

Fueron excluidas de la iniciativa que aprobó la Cámara de Senadores, la Revocación de Mandato, la reeleción por una sola vez de los presidentes municipales, diputados federales y locales y de senadores de la República y el veto presidencial al Presupuesto de Egresos.

Por cuestiones de cálculo político de cara a la sucesión presidencial, la reforma política Constitucional hizo caso omiso a propuestas de académicos y miembros de la sociedad civil, tales como la instalación de un régimen semi parlamentario con la idea de pactar mayorías en ambas cámaras que estas, a su vez, designen a un Primer Ministro encargado del gobierno con una agenda previamente negociada en las Cámaras.

Esta figura hibrida de gobierno fue propuesta en su momento por el Senador priista, Manlio Fabio Beltrones apoyada por un numeroso grupo de intelectuales y de la academia y de organizaciones no gubernamentales, evidentemente como respuesta a los gobiernos divididos en donde el Ejecutivo Federal no cuenta con la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión que, si bien son un equilibrio de poderes, en los hechos se erigió una partidocracia que hace difícil realizar los cambios estructurales que requiere nuestra Nación. Unos y otros se culpan de boicotearlos, tanto del partido del gobierno panista como del Partido Revolucionario Institucional que tiene mayoría en ambas Cámaras.

Ante estos hechos que traban el desarrollo económico y social de nuestro país, el mismo grupo de intelectuales y analistas políticos, encabezados por el ex canciller, Jorge Castañeda sugieren impulsar un movimiento que mediante el sufragio en las próximas elecciones del 1 de julio elijamos a un Presidente de la República que disponga de amplia mayoría en ambas cámaras con el propósito de que el próximo mandatario federal pueda aprobar y luego concretar su proyecto de gobierno. De esta forma asumiría toda su responsabilidad y no ocurrirá como ahora, que ambos poderes se echen la bolita de impedir se realicen las tan necesarias reformas estructurales.

Este modelo de gobierno del nuevo PRI, por supuesto generará polémica. De inmediato se rememoran las mayorías aplanadoras del viejo PRI y el poder absolutista del señor de Los Pinos.

Obviamente las circunstancias políticas del país han cambiado cualitativamente en las tres últimas décadas cuando existía el partido único. Hoy hay más contrapesos de poder; tenemos una mayor participación ciudadana expresada en las organizaciones no gubernamentales, entidades autónomas como la Comisión Nacional de Derechos Humanos; partidos políticos (PRI-PAN-PRD) con mayor presencia en el Congreso de la Unión y en sus bases sociales. Sin embargo, la última palabra la tendrá el electorado en julio próximo que tomará su decisión a partir de lo que impactaron las políticas pública en el seno de su familia y de sus negocios, sobre todo en el desempeño de 12 años de gobierno panista que ha sido un régimen de alternancia, no de cambio verdadero.

La susodicha reforma política para que entre en vigor deberá ser aprobada por 16 legislaturas locales. Probablemente en Nayarit esta reforma constitucional será debatida y aprobada en el segundo periodo ordinario de sesiones. Seria plausible que XXX Legislatura estatal liderada por el Dip. Armando García promueva el análisis y debate sobre esta importante reforma que esté abierta a la ciudadanía. De esta manera se haría un ejercicio democrático que redundará en el fortalecimiento de nuestras instituciones públicas. Mal señal sería aprobarla por simple formalismo burocrático.

Por otro lado será oportuno que los diputados locales no dejen pasar los días y se hagan de la vista gorda para aprobar el reglamento de las figuras de participación ciudadana como son el plebiscito y el referéndum con el fin de que cobren plena vigencia en Nayarit. Nada mejor que los días cuando esté sobre la mesa la aprobación de la reforma política constitucional  que entrará en vigor a partir de las elecciones federales del 2015.