Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Ayer el presidente Enrique Peña Nieto cumplió la mitad de su
gobierno. Esta administración federal priísta está marcada por claros oscuros.
En el primer año y medio de su gobierno sus principales
operadores políticos lograron lo que ningún otro régimen anterior había logrado
con los partidos de oposición, esto es, el” Pacto por México” cuyos resultados
fueron las grandes reformas estructurales que implicaban tocar poderosos
intereses políticos y económicos del sector empresarial y los intereses de los
viejos cacicazgos en los sindicatos nacionales de la educación y el petrolero.
Con el acuerdo de los tres partidos políticos más importantes
PRI, PAN y PRD aprobaron en el Congreso de la Unión tales reformas. Algunas de
ellas ya generaron resultados alentadores como lo son la reforma en
Telecomunicaciones, en Educación, en competencia económica y en el sector eléctrico.
El resto están por verse sobre todo en la Energética pues habrá
que esperar su implementación en las leyes secundarias.
Fue en esta etapa cuando creció la popularidad del presidente
Peña Nieto por su política audaz de enfrentarse a los viejo atavismos del
nacionalismo revolucionario y acotar los poderes facticos que durante décadas fomentaron
la desigualdad social y la debilidad de nuestras instituciones.
Sin embargo, el pasado lo alcanzó. Afloraron los escándalos de
la casa blanca de la familia presidencial y de la casa de Malinalco de Luis
Videgaray adquiridas todas ellas bajo la sospecha de conflicto de interés ya
que en su compra-venta estuvo involucrada el poderoso consorcio de la construcción
HIGA misma que obtuvo millonarios contratos con el Gobierno Federal en obra
pública.
Luego apareció en el horizonte la desaparición de los 43
estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero que hasta hoy hay más dudas que
verdades históricas; antes la flagrante violación a los derechos humanos perpetrada
por elementos del Ejército en contra de presuntos sicarios de la droga a los
que asesinaron a mansalva en Tlatlaya, Edo. de México. Enseguida vino el
ajusticiamiento de manifestante en Apatzingán, Michoacán por elementos de la
Policía Federal y la sospecha que un grupo delincuencial del estado de Jalisco
denominados “Cartel Jalisco Nueva Generación” de igual manera fueron cazados
como conejos por la misma Policía Federal en un rancho de Tanhuato, Michoacán
violando flagrantemente los derechos humanos.
En la percepción ciudadana todas estas acciones provocaron la
desconfianza e incredulidad a las explicaciones del gobierno quizá por la falta
de una oportuna y eficaz política de comunicación.
A todo lo anterior agreguemos la fuga del poderoso
delincuente de la droga el “Chapo” Guzmán de un reclusorio de Máxima Seguridad
de quien hasta hoy se desconoce su paradero y que en el ánimo de encontrar lo
más pronto posible a presuntos responsables de la fuga agarraron “chivitos
expiatorios” de menor rango.
Agreguemos a todas estas acciones que generaron la
desconfianza en nuestro sistema de derecho el bajo crecimiento económico debido
a la desaceleración de la economía mundial, la caída de la del precio del petróleo
en el mercado internacional y el alza del precio del dólar que impactará
negativamente a nuestras importaciones de grano, productos derivados del petróleo
y de otras mercancías que son materia prima de nuestra industria nacional. En
tales condiciones la situación económica del país es incierta. Esto explica la
baja popularidad del presidente Enrique Peña Nieto al final de su tercer año de
gobierno.
Tal vez motivado por esta situación de crisis moral y económica
el Jefe del Ejecutivo Federal haya decidido recomponer su gabinete pocos días
antes de su tercer informe de gobierno.
Estos cambios en el gabinete presidencial más bien fueron de enroque
y solo en dos secretarías fue de relevo generacional y en la perspectiva de la sucesión
presidencial en el 2018.
Por ejemplo en la SEP fue dado de baja Emilio Chuayffet y en
su lugar ahora lo ocupará el ex secretario de la presidencia Aurelio Nuño y en
Desarrollo Social salió Rosario Robles siendo remplazada por José Antonio
Meade. A la vez a la ex Jefa del gobierno capitalino, Rosario Robles se le
otorgó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano como un puesto
de consolación.
De igual manera hubo consecuencias en la política de Seguridad
Nacional. Ahora el puesto de coordinador de la Comisión Nacional de Seguridad
será ocupada por Renato Sales Heredia. Con
este nombramiento salió bien librado el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong pues no se olvide que él es el principal responsable de la
seguridad interna de la Nación. Por igual forma el Secretario de Hacienda, Luis
Videgaray fue ratificado en dicho puesto a pesar de su fallida política económica.
Si los cambios anunciados por el Lic. Peña Nieto van en la línea
de reorientar las políticas públicas de estas dependencias de gobierno para
alcanzar las metas propuestas al inicio de esta administración a partir de un análisis
autocritico pronto veremos resultados; pero si es, como se especula, que son
con el propósito político de empoderar ante la opinión pública a tres nuevos políticos
cercanos al presidente a la sucesión presidencial del 2018 como lo son el
secretario de la SEP, Aurelio Nuño, de la SEDESOL, José Antonio Meade y el
presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones esos cambios serán vistos
desde una perspectiva preelectoral. Será el clásico gatopardismo que quitará presión
pública a su delfín Luis Videgaray que es visto en los círculos priístas como
el sucesor del actual mandatario federal. Habrá que esperar el contenido del mensaje
presidencial que dirija hoy a la nación…