Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Al presidente Enrique Peña Nieto le fue relativamente bien política y
electoralmente durante la pasada jornada electoral en la que fueron electos 9
gobernadores, 300 diputados federales de mayoría, 200 de representacion
proporcional, 17 congresos locales y el igual número de presidentes
municipales.
En lo político dos días antes de los comicios utilizó la
fuerza policiaca y militar para recuperar
los edificios del INE en Oaxaca y Chiapas, restablecer el orden público y
aislar a los contingentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE) a efecto de que estos no boicotearan los comicios. Se utilizó
la fuerza pública disuasiva con gran éxito
ya que se logró realizar el proceso electivo sin ningún contratiempo salvo
algunas escaramuzas aisladas. Lo mismo ocurrió en Guerrero.
Este clima de orden público que prevaleció en la totalidad de
los estados en donde hubo elecciones hizo posible que salieran a votar un 48%
de los electores, tres puntos arriba de la elección intermedia del 2009, lo
cual indica que no encontraron eco las voces que llamaron al boicot.
En el plano de lo electoral no le fue muy mal a la alianza
gubernamental PRI-PVEM.
El denominado círculo rojo integrado por analistas políticos e
intelectuales visualizaban un derrumbe electoral del partido de Peña Nieto como
castigo a una administración federal que ha sido muy cuestionada por los escándalos
de corrupción y de conflicto de interés de la familia presidencial; por los
casos no de todo resueltos de las matanzas de los 43 estudiantes normalistas de
Ayotzinapa y los más de 20 civiles asesinados a mansalva por el ejército en Tlatlaya
y los muertos en Apatzingán por agentes de la Policía Federal y por el magro
crecimiento económico que afecta a millones de mexicanos.
Pues bien, no hubo voto de castigo a Peña Nieto. Las cifras
del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) así lo confirman: el
PRI-PVEM con el 36.16% de la votación le podrían asignar 246 diputados.
Como todo mundo prevé si le sumamos a los 246 diputados de la
alianza PRI-PVEM los 10 diputados que obtendría el PANAL el gobierno del
presidente de la república tendrá asegurado una mayoría simple en la próxima legislatura federal, suficiente para sacar
adelante las leyes reglamentarias de sus reformas estructurales negociadas a
partir del “Pacto por México”.
A lo anterior habrá que agregar las cuatro gubernaturas que
ganó la alianza oficialista: Sonora, San Luis Potosí, Guerrero y Campeche. Es curioso
pero también ganó en los estados de mayor conflicto al partido gobernante como
es Oaxaca y Chiapas. En esta última Entidad el PVEM obtuvo el carro completo en
la elección estatal y federal.
En el frente de las izquierdas fue todo lo contrario. El gran
perdedor fue nada menos que el PRD. Su votación general cayó hasta el 10.83%;
su bancada no pasará de 60 diputados federales; perdió la gubernatura en
Guerrero aunque ganó la de Michoacán.
Su mayor descalabro fue en la Ciudad de México. Hasta hoy
tiene ganado cinco delegaciones; perdió cinco ante MORENA tres ante el PRI-PVEM
y dos ante el PAN. En consecuencia dejará de tener la mayoría simple o absoluta
como la tenía desde el gobierno del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas.
Si bien las izquierdas seguirán gobernando la capital de la
república, a consecuencia de sus pleitos internos dividieron el voto de los
capitalinos favoreciendo a MORENA de López Obrador y de paso al PRI y al PAN al
quedarse el primero con tres delegaciones y el segundo con dos.
El PRD perdió lo que es el símbolo del poder, esto es la delegación
Cuauhtémoc a favor de Ricardo Monreal, lugar en donde está asentado el Zócalo y
el Palacio del gobierno capitalino que hoy ocupa Miguel Ángel Mancera. Esa zona
estratégica ahora en control de MORENA posibilitaría su candidatura a ocupar la
jefatura de gobierno de aquella capital en el 2018. Así concluyó el monopolio político-electoral
perredista en el gobierno del Distrito Federal.
Respecto al Partido Acción Nacional le fue relativamente mal
en votos al caer hasta el 20.89%. Sin embargo en la próxima legislatura federal
podría tener una bancada de 110 diputados federales 4 menos que en la actual
legislatura. Además ganó las gubernaturas de Baja California Sur, Colima y Querétaro.
Los grandes ganadores en la pasada jornada electoral fueron
sin duda el gobernador electo sin partido el regiomontano, Jaime Rodríguez “el Bronco”
al aplastar electoralmente al PRI-PVEM y al PAN; el otro ganador fue el partido
lopezobradorista MORENA que con su 8.37% de votación dispondrá de una bancada
en San Lázaro de 36 diputados e igual número podría tener Movimiento Ciudadano.
El crecimiento electoral de este último partido tuvo sustento
en la extraordinaria victoria que obtuvo su candidato a la alcaldía de
Guadalajara, Enrique Alfaro quien logró atraer el voto de la zona metropolitana
en los distritos adyacentes que se
ubican en Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá municipios densamente poblados a favor de
ese partido.
Al PVEM aunque utilizó diversas triquiñuelas para ganar
presencia electoral su votación apenas alcanzó el 7.06%; no obstante le dio
buenos dividendos en la próxima legislatura federal ya que podría alcanzar una
bancada de hasta 40 diputados. Buena parte de su votación provino del carro
completo que ganó en el Estado de Chiapas en donde es gobierno.
El partido Encuentro Social parece que conservará su registro
mientras que el Partido del Trabajo y el Humanista podrían perder su registro.
El día de hoy se iniciará el cómputo en cada uno de los 300
distritos electorales y en los gobiernos estatales. Seguramente habrá conteo de
voto por voto en donde la elección fue muy cerrada. Mañana comentaremos sobre
los candidatos independientes…