viernes, 5 de agosto de 2011

LAS FRANQUICIAS FAMILIARES


Una vez más, el dirigente vitalicio del Partido del Trabajo, Jaime Cervantes Rivera escenifica un nuevo escándalo público que pone en duda su honestidad como político a raíz de que la semana pasada ordenó el cierre del CENDIS ubicado en Tuxpan Nayarit, lanzando a la calle y sin indemnización alguna a decenas de trabajadores que allí laboraban. Su argumento fue que la federación no ha entregado una millonaria cantidad de recursos económicos asignada a ese programa educativo. 

A ciencia cierta desconocemos cuáles son los motivos por los que la federación incumplió su compromiso al programa de los CENDIS organizados por el Partido del Trabajo. Se dice entre bastidores que Jaime Cervantes no ha entregado con oportunidad el respectivo informe a la Secretaría de Hacienda del uso y destino de esos recursos públicos. Ha trascendido a la opinión pública un posible desvío de fondos para actividades electoreras. Ante esta situación, en vez de dar la cara el dirigente petista ha optado por la política del avestruz, lo que pone en riesgo la sobrevivencia de otros CENDIS localizados en algunas regiones de nuestra Entidad.

Esta actitud poco transparente en su desempeño como dueño de la franquicia del PT en Nayarit, no es nada nuevo. Siempre se le ha caracterizado como un dirigente que está más preocupado por sacar raja económica y política a favor de su entorno familiar, que a la organización de un partido político que cumpla cabalmente con sus postulados ideológicos y programáticos, a  favor de los ciudadanos. 

Tan es así, que durante la pasada contienda electoral no tuvo el menor escrúpulo de quitar como candidato de la coalición con el Partido Convergencia al compañero José Luis Sánchez González y en su lugar impuso por órdenes de López Obrador al Lic. Nayar Mayorquín, quien por cierto no ha rendido cuentas claras de los recursos financieros que le asignaron para su campaña.  Y por si fuera poco, Jaime Cervantes en contubernio con los dirigentes del Partido Convergencia designaron alevosamente en la lista de los candidatos a diputados plurinominales a la señora Rosario Valdés, (cónyuge de Jaime) y a Saúl Paredes, hermano de uno de los dueños de la franquicia  “Convergencia” esto es de Jesús Paredes y Patricia Castillo, violentando de esta manera uno de los principios de adjudicación a puestos de elección popular del PT en donde se consigna que los diputados de RP deben ser asignados a los candidatos que obtengan la mayor votación. En este caso, por moral pública y por principios, esa curul plurinominal que obtuvo el PT debería corresponder a la candidata a la alcaldía de Ixtlan del Río, Marisol Sánchez Navarro, la que obtuvo más de 4 mil votos, o sea, más de un tercio de lo que obtuvo la coalición “Por Un Cambio Verdadero” en todo el Estado. En plata pura, esto es no tener madre.

En el Partido Convergencia ocurre algo similar. El matrimonio Jesús Paredes-Paty Castillo viene manejando a esa institución partidista como si fuera su patrimonio familiar. No dudamos que para conservar ese privilegio, los Paredes-Castillo apoyen incondicionalmente el cambio del nombre del membrete que tras bambalinas manipula Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que una gran cantidad de militantes de ese partido se oponen a que se denomine “Partido Ciudadano”.

De hecho esos dos membretes sobreviven en el escenario nacional y estatal por una política de alianzas convenenciera, aún cuando se traicionen sus principios ideológicos.