lunes, 4 de marzo de 2013

¿RESTAURACIÓN O RENOVACIÓN DEL PRI?


Por Francisco Cruz Angulo

Tras la recuperación del Partido Revolucionario Institucional de la silla presidencial en los comicios del 2012 –después de dos sexenios panistas- se volvió un hecho anecdótico las palabras del ex presidente Cedillo  el que aseguró que habría una sana distancia con su partido, el PRI y que durante su gobierno la línea era que no habría línea. No lo cumplió. Hizo dimitir a cuatro presidentes nacionales.                                                                                    
En el sexenio de Enrique Peña Nieto todo indica que las relaciones con su partido cambiarán.
En la pasada 21 Asamblea Nacional del tricolor, después de intensos debates en comités seccionales, municipales, estatales y en                                                                                                                                                                                                         las mesas de trabajo instaladas exprofeso para reformar sus estatutos, declaración de principios y programa de acción lograron finalmente ponerse de acuerdo en su asamblea plenaria del pasado 3 de marzo de votar positivamente tres reformas de trascendencia para el PRI y para la nación. Estas son las más relevantes:
1.-Reforma Estatutaria.-por primera vez el Presidente de la República será a su vez el presidente del Consejo Político Nacional del PRI.
2.-Programático.- Quedó sin efecto el candado que impedía por mandato de la asamblea nacional disentir siquiera ya no se diga aprobar el IVA generalizado, esto es, que no se gravara con IVA a los alimentos y medicinas.
3.-El otro tema tabú para los priistas quedó hecho añicos cuando se autorizó a sus legisladores y al gobierno de Peña Nieto abrir la inversión privada, nacional y extranjera en todas las áreas del sector petrolero de nuestro país, claro precisando que el Estado mantendrá la rectoría sobre los hidrocarburos.
Los dirigentes nacionales priistas argumentan que con estas reformas se busca abrirle el camino a Peña Nieto para que haga las grandes reformas estructurales que el país requiere. Los candados contenidos en su programa de acción acotaban esta decisión. Me refiero a la reforma energética y Fiscal.
Respecto a que Peña Nieto asumió la función legal de la presidencia del Consejo político nacional siendo a su vez Jefe de Estado, no hay registro en las 6 décadas  de ese  partido, sobre todo en la época de partido hegemónico  cuando se matizaban las formas de ejercer el poder presidencial sobre su partido. No había nada que se moviera sin la  voluntad del inquilino de Los Pinos desde donde se tomaban las decisiones.
Con la nueva reforma estatutaria del PRI ¿querrá decir que se restaurará el viejo régimen priista pero ahora legitimado desde sus mismos estatutos? ¿O se hace por una razón coyuntural., esto es, que después de que el PRI fue echado del poder presidencial surgieron numerosos liderazgos regionales encabezados por gobernadores priistas que incrementaron su poderío económico y político en detrimento del liderazgo nacional del tricolor?.
Ante esta dispersión del poder central el mandatario federal  pretende recuperar el mando único que no sean un obstáculo esos liderazgos estatales a las reformas de fondo que promete  realizar durante su mandato constitucional.
De igual manera para los poderes fácticos que han sido un obstáculo a los cambios que requiere el país, más aun cuando está en puerta la reforma en telecomunicaciones, la fiscal y la energética.
Durante los gobiernos panistas de Fox y Calderón estas fuerzas de presión empresariales o sindicales debilitaron al poder presidencial que  lo obligaron a pactar acuerdos vulnerando la Ley o por actos de corrupción, por esta razón pactaron con esos poderes, lo que se tradujo en gobiernos sin pies ni cabeza. Allí está como ejemplo la guerra fallida contra el hampa organizada y las mafias del narcotráfico. De ahí que -eso esperamos- Peña Nieto busque recuperar la fuerza del Estado para recuperar la iniciativa y el poder en los cambios estructurales de la nación.
Estas reformas que aprobó el PRI durante su 21 asamblea nacional ya encontraron respuesta en los partidos de oposición, en el PAN y el PRD.
El PRD por voz del ex jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard habla de una pronta restauración autoritaria del viejo PRI; los panistas aseguran que el “Pacto Por México” quedará pulverizado.
Creo que es prematuro asegurar tales dichos. Aún desconocemos los contenidos de la Ley General de Educación; los proyectos de reforma en telecomunicaciones, fiscal y hacendaria. Todavía no se concretan los programas “la Cruzada Nacional contra el Hambre”; la nueva política en contra de la violencia; el derecho universal a la asistencia social; la reactivación de la economía en el campo y otros programas de contenido económico y social. Van 100 días de gobierno.
No obstante vale la pena comentar una gran paradoja: mientras Peña Nieto supuestamente representa lo nuevo, la Asamblea Nacional fue clausurada por el dinosaurio Jorge Martínez de la Vega precisamente quien expulsó del PRI a la Corriente Democrática que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.