domingo, 28 de julio de 2013

LA EDUCACIÓN ANTÍDOTO CONTRA LA POBREZA

Por Francisco Cruz Angulo

Los grandes países desarrollados y alguno en vía de desarrollo combatieron los índices de pobreza, la delincuencia, la corrupción y el clientelismo electoral gracias a que invirtieron una gran cantidad de su presupuesto en educación, investigación científica y tecnológica y consolidaron  sus instituciones democráticas  y una mayor participación ciudadana en las decisiones  gubernamentales.
La actual administración federal y estatal le están apostando a la educación y al impulso de la actividad productiva. El gobierno de Peña Nieto a través de la Secretaría de Educación Pública anunció un programa  denominado Escuela Digna; y por medio de la SEDESOL invertir en la creación de pequeñas y medianas industrias que impulse el desarrollo productivo de acuerdo a las riquezas naturales específicas de cada entidad y mediante la capacitación de sus habitantes. De esta manera se generarán empleos y por lo tanto se dinamizará el mercado de consumo interno. Como lo expresara con claridad la titular de la SEDESOL, Rosario Robles: “..La Cruzada Contra el Hambre no es la entrega de despensas o demás dadivas; se trata de que la comunidad se organice para la producción de sus propios bienes de consumo”.
El programa Federal “Escuela Digna” en el cual nuestra entidad ya está recibiendo el apoyo financiero busca que para de inicio del próximo ciclo escolar nuestros niños y jóvenes se encuentren con escuelas reconstruidas, bien equipadas de material didáctico, con espacios para el deporte y la divulgación de la cultura y un entorno ecológico sano.
Sin embargo, eso no es suficiente. Esperemos que para el regreso a clases esté aprobada por el Congreso de la Unión la nueva Ley Federal de Educación.
La importancia de la Ley Reglamentaria del Artículo 3 Constitucional radica  que dirección queremos darle a nuestro sistema educativo y cuáles serán los compromisos que asuma el estado mexicano, sindicatos de maestros, padres de familia en la formación de nuestros niños y jóvenes para las próximas décadas. El Gobierno de Peña Nieto y de Roberto Sandoval  hablan de que se mejoren los niveles de la enseñanza-aprendizaje.
Este objetivo estratégico tendrá éxito siempre y cuando los contenidos de la enseñanza, esto es, los planes y programas de estudios estén orientados a la formación de nuevos profesionistas que lleven un gran bagaje de conocimientos científicos, tecnológicos y de valores éticos que al interrelacionarse con la comunidad sean capaces de innovar o cambiar la realidad social, es decir, a nuevos profesionistas con una sólida formación académica, solidarios y participativos en las tareas de la empresa donde trabaja o en la actividad gubernamental como futuros líderes de nuestro país.
Si nuestros actuales gobernantes apuntan en este sentido habrá que sentar las bases para lograr tal propósito. La primera es, sin duda, disponer de excelentes maestros en todos los niveles de enseñanza que estén bien pagados y que tengan a la mano las modernas tecnologías para enseñar: laboratorios, sistemas de cómputo, talleres, etc. Ya no es posible sostener con el erario nacional o estatal a profesores chambistas, que llegan a las aulas no por vocación sino como un medio de sobrevivencia y que para mantenerse en ese status quo son  carne de cañón de líderes sindicales corruptos o de propagandistas electorales de políticos ambiciosos de poder.
 Mientras no se haga una profunda depuración en la planta docente en todo nuestro país, no quitándoles su empleo, como algunos  dicen, sino mediante la observación de nuevas formas de selección para todos aquellos que estén dispuestos a cambiar nuestro ya obsoleto sistema educativo nacional cualquier reforma será un simple cambio cosmético.
Por lo pronto, el actual mandatario nayarita desde el inicio de su gobierno ya tomó al toro por los cuernos al rescatar los servicios de educación pública (SEPEN) de la mafia sindical de la Sección 20 de maestros.