Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Las campañas internas de los tres precandidatos
presidenciales siguen sin concitar el entusiasmo de sus bases militantes tal
vez porque no hay competencia interna de otros aspirantes. Se da por hecho que
a mediados del mes de febrero serán ratificados como candidatos oficiales al
Lic. Ricardo Anaya de la alianza PAN-PRD y Movimiento Ciudadano; al Dr. José
Antonio Meade de la alianza PRI-PVEM y Nueva Alianza y al Lic. Andrés Manuel
López Obrador de la alianza MORENA-Encuentro Social.
De los aspirantes a una candidatura presidencial por la vía
independiente es probable que veamos en la boleta a Jaime Rodríguez “el Bronco”
y a la Lic. Margarita Zavala quienes podrían cumplir con los requisitos que
exige la Ley Federal Electoral, esto es, apoyar su registro con la firma de
casi 900 mil ciudadanos con credencial de elector y el 1% del padrón electoral en 17
entidades de la república.
En la actual coyuntura política y económica que vive el país
no estoy seguro si al final de la competencia será muy cerrada a tercios. En la
percepción pública existe una evidente irritación en contra del actual partido
gobernante encabezado por Enrique Peña Nieto. Son muchas las causas de esta
molestia popular; a saber, las alzas de los precios de la gasolina, el diesel,
gas doméstico e industrial y luz eléctrica que ha derivado en la depreciación de
los salarios y en consecuencia el alza
de los precios de la canasta alimenticia básica.
Esta escalada del alza en los precios de estos productos energéticos
y de los alimentos afecta a millones de familias pobres pero también a la clase
media y a la pequeña y mediana industria; y para el colmo de estos males que
afectan a la mayoría de la población la alianza priísta postulará como su
candidato presidencial al Dr. José Antonio Meade artífice de esa política económica
que inició con el gasolinazo de enero del 2017.
¿Con qué cara y que explicación el Sr. Meade dará a los
electores? Tal vez incurrirá en la banalidad de tratar de explicar mediante
tecnicismo de variables macroeconómicas que la mayoría de la gente no entiende
y además carente de compromiso social.
Otra pesada loza que cargará el Dr. Meade es la de justificar
el por qué en el gobierno de Peña Nieto se ha disparado la violencia del crimen
organizado y que ha generado miles de muertes y desaparecidos. Es más aun con
el apoyo de la Marina y el Ejército en las calles en la mayoría de los estados
de la república no podrá ocultar como una estrategia fallida manteniendo a
elementos de las fuerzas armadas haciéndola de policías. Esta noble institución
ha sido arrastrada a tareas que no le competen todo por la evidente
incompetencia y corrupción de gobernadores y altos mandos de los cuerpos
policiales estatales y federales.
Agreguemos en perjuicio a la candidatura priísta del Dr.
Meade los continuos escándalos de corrupción e impunidad en que se han visto
involucrados gobernadores priístas y altos funcionarios de la federación y que por
donde se les toque emerge la pus de la corrupción. El más reciente escándalo de
corrupción lo ejemplificó el gobierno de Roberto Sandoval Castañeda y su socio
Edgar Veytia.
Ante este panorama adverso al PRI no veo por donde el
tricolor sea ratificado en el mandato presidencial.
Así pues en el curso de los próximos seis meses la competencia probablemente se irá
decantando a dos opciones, la de la alianza PAN-PRD y Movimiento Ciudadano y la
de MORENA-Encuentro Social.
La primera alianza despierta el interés público porque su
proyecto de futuro lo sustentan en una coalición de gobierno en la administración
federal y en el Congreso de la Unión y bajo una agenda programática común. Hasta
hoy será el primer intento de modernizar al ya caducado modelo presidencialista.
¿Ricardo Anaya y los partidos que lo postulan estarán a la altura de las
actuales circunstancias políticas y económicas del país? Eso lo veremos en el
curso de la campaña.
En cambio la coalición MORENA-Encuentro Social lidereada por su
candidato Andrés Manuel López Obrador día a día se afirma positivamente en la conciencia
en amplios sectores de la población.
Sin duda López Obrador dispone una base dura de simpatizantes
y poco a poco gana simpatía en las clases medias y en algunos sectores del
empresariado nacional.
Su proyecto
alternativo de nación es de un gran contenido social, combate a la corrupción,
pacificar a la nación e implementar políticas públicas que estimule el
crecimiento de la economía, genere millones de empleos y acote la desigualdad
social. ¿Cómo logrará concretar esas metas? Esa respuesta la conoceremos en los
próximos meses de campaña proselitista…
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