Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
El hecho que el PRI haya perdido en los comicios pasados las
gubernaturas en los estados de Quintana Roo, Durango, Tamaulipas y Veracruz
puso fin a décadas de cacicazgos políticos de partido único.
La importancia de estas derrotas electorales radica en que
pierden importantes arsenales de votos y las millonarias sumas de dinero que
provienen de las arcas públicas para financiar sus campañas electorales sin
rendir cuentas a nadie.
Al perder esos cuatro bastiones de poder económico y político
en tanto éste último por si solo aporta casi 6 millones de votos lo que obligará
a que los dirigentes nacionales de ese partido implementen nuevas estrategias
en las contiendas electorales en Nayarit, Coahuila y Estado de México en el
2017, éste último considerado el primer lugar en padrón electoral y en las
elecciones presidenciales en el 2018 así como las gubernaturas en 17 estados de
la república, entre otras la capital de la república y la conformación de la
Cámara de Diputados y Senadores.
Por la conformación de la nueva correlación de fuerzas en el
país a partir de los comicios pasados todo apunta que la competencia por el
poder político podría ser entre los candidatos de la alianza del PRI-PVEM y PANAL y los candidatos del Partido Acción
Nacional (PAN) y una previsible alianza de todos los partidos de izquierda
encabezados por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en tanto hoy
es la tercera fuerza política.
Como es del dominio público el candidato de MORENA y posibles
aliados, PRD, Movimiento Ciudadano y PT será Andrés Manuel López Obrador; en el
PAN con su triunfo arrollador en 7 estados de la república se posicionó muy
bien su actual presidente nacional, Ricardo Anaya al que se le adjudica ser el
artífice de esas victorias. Luego viene Margarita Zavala y el gobernador de
Puebla, Rafael Moreno Valle.
En el tricolor la situación es difícil de predecir quien será
su candidato. En orden de importancia se apuntan los nombres del actual
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; del Secretario de
Hacienda, Luis Videgaray; del Secretario de Desarrollo Social, José Antonio
Meade Kuribreña y del inteligente y audaz Secretario de Educación Pública, Aurelio
Nuño.
El problema que enfrentan estos cuatro funcionarios del
gabinete del presidente Enrique Peña Nito es el permanente desgaste político
dado que el actual Gobierno Federal pasa por los peores momentos coyunturales
en el ámbito económico y de credibilidad ciudadana.
Si bien tienen el poder en sus manos ahora lo ejerce con
muchas limitaciones por una ciudadanía cada día más vigilante y movilizada.
Además de no dar buenos resultados en el combate a la violencia organizada, la
violación continua a los derechos humanos, el combate de a deveras a la corrupción
y la impunidad pública de servidores públicos corruptos y al magro crecimiento
económico. Fueron precisamente estas 5 variables las que provocaron la derrota
de los candidatos aliancistas del PRI.
Comenté en la columna anterior que el voto duro que presumía
el PRI está llegando a su fin. No hay duda que cuando los ciudadanos salen a
votar de nada sirve la coacción a los electores mediante la entrega de
prebendas en utensilios domésticos, la compra del sufragio o la amenaza de
borrarlos de las listas de afiliación de los programas sociales.
Lo anterior obligará como lo dijo Manlio Fabio Beltrones a
que todos los partidos políticos transformen sus estructuras internas que sean
ejemplo de civilidad política, democracia interna y rendición de cuentas.
En efecto solo así se recuperará la credibilidad y la
confianza en los partidos políticos que son el sostén de nuestras instituciones
del Estado Mexicano…
Estimado lector, por razones de salud esperamos estar en la
palestra pública hasta la próxima semana.
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