jueves, 5 de noviembre de 2015

Histórica decisión de la SCJN



Conjeturas
Por Francisco Cruz Angulo

El miércoles pasado en un intenso y profundo debate de los cinco ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de la ponencia presentada del ministro Arturo Zaldívar fue votado a favor de 4 contra uno otorgarle el amparo de la justicia federal a un club de cuatro fumadores autoconsumo de marihuana que demandaban la producción y uso de la cannabis con fines recreativos de manera prudente y responsable argumentando que el estado mexicano no debe criminalizar su uso que atentan a su derecho a decidir sobre el libre desarrollo de su persona.
Con esta sentencia a favor del mencionado club se abre una fisura a la política prohibicionista y punitiva del consumo de la cannabis a la que en la percepción ciudadana y en la clase política desde hace décadas la consideran como una planta demoniaca que es causa de todos los hechos de violencia por los que la consumen.
Los ministros de la primera sala casi por unanimidad al igual que otros especialistas en la materia consideran que la cannabis es una droga científicamente comprobada que de entre las demás drogas incluido el tabaco y el alcohol es la menos nociva a quienes la consumen. Incluso que esta planta de entre las cannabis tiene atributos medicinales en los casos de enfermedades crónicas degenerativas y en algunos tipos de cáncer terminal  que mitiga el dolor. Además surte efectos paliativos en enfermos epilépticos.
Que quede bien claro este amparo por hoy solo es privativo del club en mención y en modo alguno no quiere decir que se legalice para todos los consumidores en el país.
La importancia de este hecho histórico de la corte es que obligará a los legisladores y al presidente de la República a regular el mercado de la droga mediante la reforma a la Ley General de Salud puesto que algunas de sus normas fueron declaradas anticonstitucionales porque violentan los Derechos Humanos.
El debate de la marihuana con usos lúdicos o medicinales ya está en la palestra pública.
Hoy en día ya no es sostenible que mientras el Estado gasta enormes sumas de dinero público y se asesinan a miles de ciudadanos en la lucha por el control del mercado de la droga  o se atiborren las cárceles del país por jóvenes que están privados de su libertad por el solo hecho de portar más de 5 mg de esa droga para consumo personal, esta política es incongruente dado  que en el país vecino del norte (EUA) lo haya legalizado en más de 37 estados de la unión americana con fines recreativos y medicinales y la expenden libremente en estanquillos de cualquier lugar de la ciudad, eso sí plenamente controlados.
Ha sido comprobado por los expertos en la materia que durante las décadas de prohibicionismo y satanización de la marihuana el consumo de esta droga es menos dañino al cuerpo humano que el alcoholismo y el tabaquismo y más recientemente el consumo indiscriminado de las bebidas saborizantes que tienen un alto contenido de azúcar.
De acuerdo a los datos proporcionados por los centros de salud pública y privada el 36% de la población es consumidor de alcohol; en el segundo lugar con el 17% lo ocupa el tabaquismo y apenas el 9% lo ocupa el consumo de la cannabis.
En el caso del alcoholismo y el tabaquismo mueren al año miles de personas en nuestro país por afecciones de enfermedades crónicas degenerativas y canceres de hígado, páncreas y estomago provocando millonarias sumas de dinero al Erario público en atención médico-hospitalarias a ese tipo de enfermedades.
En cambio hasta hoy la muerte por causa de enfermedades derivados del consumo de la cannabis es poco significativa.
Es de esperar que los legisladores y la clase política en general   no eludan el tema porque no es rentable electoralmente mucho menos aquellos personajes de la vida privada que ejercen una doble moral y que mediante argumentos de puritanismo religioso se rasgan las vestiduras condenando el consumo de las drogas, cuando en el  mismo seno familiar sus hijos la consumen con total impunidad.
Fue en el sexenio panista de Felipe Calderón cuando se incrementó la sangrienta violencia armada por la guerra declarada  que emprendió el gobernante panista provocando la muerte de miles de personas y más de 24 mil desaparecidos y el atiborramiento en las cárceles de jóvenes adictos que hoy son una bomba de tiempo de consecuencias imprevisibles, y peor aún que en esta guerra declarada contra las bandas del narcotráfico incorporó a las fuerzas armadas y de la Marina en calidad de policías ante la evidente corrupción de las fuerzas policiacas civiles y que trajo como consecuencia la creciente violación a los derechos humanos. Fue tal el fracaso de esta guerra fallida que  durante este sexenio de Enrique Peña Nieto las bandas del crimen organizado que trafican la droga continúan ejerciendo su poderío bélico y económico en varias zonas del país fundamentalmente en municipios de los Estados de Guerrero, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz.
Así pues, ante la resolución de la corte que amparó a un club para la autoproducción y consumo de la cannabis el Ejecutivo Estatal y los legisladores deberán normar esa resolución, primero como ya lo expresamos líneas arriba, porque implica reformar varios artículos de la Ley General de Salud al declararlas anticonstitucionales y, segundo porque seguramente en los próximos meses se vendrán cientos de amparos de clubes que querrán hacen valer esa resolución de la corte.
Si los poderes del estado no toman medidas preventivas y eluden implementar normas que regulen la producción y el consumo de la cannabis por razones de cálculos electorales estarán en la cola de los países que ya despenalizaron esa droga.
El hecho de que la resolución de los ministros de la corte haya sido a favor del inicio de la legalización de la marihuana no quiere decir que sea una panacea para resolver de facto el problema de la violencia y el tráfico de los estupefacientes…

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