Por
Francisco Cruz Angulo
Durante la
semana pasada emergieron fuertes resistencias a los cambios estructurales que impulsan
el Presidente Peña Nieto, los partidos que integran el “Pacto por México” y el
Congreso de la Unión y que son cada día
más radicales.
La vieja
cultura clientelista y corporativa arraigada en todas las estructuras del gobierno,
ya sea en regímenes presidencialistas priistas y panistas, se
inconforman y, unos, toman las calles, secuestran edificios públicos, bloquean
autopistas y desafían a gobernadores; otros, los que desde las mismas entrañas
de los gobiernos estatales utilizan los programas sociales para hacer
proselitismo preelectoral.
Los
radicales de izquierda que más bien son hermanos gemelos de los grupos
derechistas y los priistas que desoyen las nuevas reglas del juego confluyen en
un punto en común: defender el status quo, lo que significa mantener sus
privilegios del poder sindical o político.
Esta vieja
cultura la estamos presenciando en las movilizaciones y plantones violentos por
los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en
los Estados de Guerrero, Michoacán, Morelos, Chiapas y Oaxaca. Los priistas no
se quedan atrás; recientemente en el
estado de Veracruz fueron denunciados por el líder nacional del blanquiazul funcionarios
de la SEDESOL -agarrados con las manos
en la masa- ofrecían apoyos en especie de los programas de la SEDESOL a cambio
de votar por los candidatos del tricolor.
Esta
denuncia pública de inmediato tuvo respuesta de la Secretaria de la SEDESOL,
Rosario Robles al destituir del cargo al delegado estatal y 6 funcionarios más
involucrados en tal denuncia.
Luego, el
viernes pasado, durante un evento de arranque de la Cruzada Nacional contra el Hambre celebrada al sur
del país, el Presidente Peña Nieto dio total apoyo a Rosario Robles conminándola a
aguantar vara y no perder de vista los objetivos programáticos de la Cruzada
contra el Hambre.
Este
espaldarazo a la Secretaria de la SEDESOL puede leerse de dos maneras: una, que
apoya el deslinde que hizo Rosario de pretender utilizar ese programa de
gobierno para utilizarlo clientelarmente a favor del PRI; o descalificó las voces de la oposición que
utilizan cualquier pretexto para hacer tronar cualquier iniciativa de cambio que provenga
del Gobierno Federal.
Si es lo
primero es una buena señal del Ejecutivo Federal que está decidido a combatir
la vieja cultura clientelar priista. Si es lo segundo entonces si debe preocuparnos que el mandatario federal soslaye esas prácticas del uso indebido de los programa sociales…
A propósito de este tema el dirigente del
comité directivo estatal del PRI en Nayarit, Profr. Juan Carlos Ríos Lara aseguró durante una conferencia de prensa que su partido no se colgará de los programas sociales del
Gobierno Estatal o Federal para ganar las elecciones estatales del 2014; apostó
al buen desempeño de Roberto Sandoval
que, con acciones de gobierno mejora
las condiciones económicas y
sociales de los nayaritas. “Esta será la mejor carta de presentación de nuestro
partido”, acotó.
El dirigente
priista aceptó que hay puntos divergentes en el mismo partido, por ejemplo, el conflicto entre la diputada
priista y líder del SUTSEM, Águeda Galicia y el alcalde de Tepic, Héctor
González Curiel. Aseguró el líder del tricolor que esos desencuentros no son
nada personales ya que cada uno defiende los intereses de sus representados; lo que sí debe
preocuparles a ambos es que dañan a terceros, por lo que están obligados a
ponerse de acuerdo mediante el diálogo y la negociación.
Por lo
pronto, los protagonistas de la vieja cultura clientelar están dando los
primeros dolores de cabeza al gobierno de Peña Nieto. Esta resistencia al
cambio en el PRI, PAN, PRD y otros sectores más radicales no serán fácil de
liquidar por simples decretos presidenciales. Del dicho al hecho, hay mucho
trecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario