Una vez más el Partido de la Revolución Democrática (PRD) es el centro del escándalo público. La elección interna de sus consejeros estatales y nacionales -según sus mismos militantes- fue un “cochinero”.
No son casuales estos hechos. Dicha elección de su Consejo Nacional está inscrito en la lucha por la candidatura de ese partido a la silla presidencial del 2012.
Las dos corrientes que se disputan la candidatura, esto es, la que liderean los “chuchos” y la lopezobradorista entraron en colisión en su lucha por controlar la estructura territorial y de liderazgos en ese partido.
En esta disputa fratricida, ambas corrientes se acusan de haber utilizado las viejas artimañas del PRI: (acarreo de votantes, voto a cambio de despensas, entrega de materiales de construcción, la práctica del carrusel, robo de ánforas, y otras linduras más), lo cual provocó enfrentamientos violentos y toma de instalaciones perredistas que obligaron a la Comisión Nacional de Elecciones a prorrogar los comicios en los Estados de México, Distrito Federal, Veracruz, Oaxaca y Chiapas, amén de irregularidades denunciadas por dirigentes de ambas corrientes en otras entidades de la República, entre otras, Nayarit.
Esta disputa por el control del Partido del Sol Azteca a menos de un mes de ejecutarse la encuesta nacional que determinará quién será el candidato de las izquierdas a la presidencia de la República, ya sea Marcelo Ebrard o Andrés Manuel López Obrador en nada abona a la unidad de toda la izquierda de nuestro país, mucho menos a motivar a millones de ciudadanos que no tienen filiación partidista para que voten por un proyecto de gobierno alternativo al del PAN y PRI.
Si los perredistas no se ponen de acuerdo lo más probable es que será una fuerza testimonial en la próxima contienda electoral del 2012…LA REFORMA POLITICA, ATOLE CON EL DEDO.-Después de varios días de airadas discusiones entre las bancadas de todos los partidos políticos representados en la actual Legislatura Federal en torno a la Reforma Política, finalmente se impuso la bancada del PRI que privilegió sus intereses políticos-electorales de cara a la sucesión presidencial, en la que según algunas encuestas, su precandidato Enrique Peña Nieto tiene altas probabilidades de recuperar para el tricolor la jefatura del Poder Ejecutivo Federal.
Esta Reforma fue acotada respecto a la que había aprobado el Senado de la República. Incluso hubo divergencias entre los mismos legisladores priistas, ya no se diga con los de la oposición, quienes argumentaron que es necesario garantizar constitucionalmente la transparencia y rendición de cuentas en el ejercicio gubernamental. Para ello hay que darle más derechos a los ciudadanos de tal manera que puedan ejercer el voto para demandar la Revocación de Mandato cuando un servidor público no cumple con sus propuestas de gobierno o por actos evidentes de corrupción; pero también que los mexicanos podamos premiar a los buenos servidores públicos mediante la Reelección.
La bancada priista se salió por la tangente. Argumentó que esas dos iniciativas deben ser sometidas a una consulta popular, la que decida si se quiere o no se instituya la Revocación de Mandato y la Reelección de alcaldes, diputados y Senadores. Esta maniobra del PRI, de postergarlas para el otro daño está fríamente calculado porque estará supeditada a los resultados electorales de la contienda presidencial.
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