Conjeturas
Por
Francisco Cruz Angulo
Los movimientos sociales populares son como las grandes
marejadas en tiempos de tempestad, esto es, se mueven furiosas de mar a tierra
arrastrando todo, destruyendo lo que está a su paso y, luego en su reflujo se
vuelven masas una vez pasada la tempestad.
Los movimientos sociales de masas que emergen en
circunstancias específicas de la historia si no existe un sustento ideológico y
organizativo irrumpen por la fuerza de los instintos más primitivos y por la
acumulación de resentimientos y de frustraciones generacionales. Los gobiernos
fascistas europeos y las dictaduras militares del siglo pasado son un claro testimonio
de esta aseveración.
Hago esta reflexión en el marco del campeonato mundial de
futbol y ante la proximidad de los comicios en los que elegiremos al próximo
Presidente de la República.
Semanas antes de que México enfrentara a la poderosa
selección de Alemania la mayoría de los fanáticos de futbol y los comentaristas
deportivos exigían la cabeza de su técnico Juan Carlos Osorio y a su vez
vaticinaban una terrible goleada a nuestra selección. El escepticismo era casi
total.
Este pasado domingo contra todos los pronósticos nuestra
selección mexicana venció 1 a 0 a la campeona Alemania. La euforia se desbordó
a lo largo y ancho del país. Muchedumbres se lanzaron a las calles y plazas
públicas a celebrar con júbilo la
victoria del tricolor en las que participaron gente de distintas preferencias
políticas-electorales se abrazaban hermanadas por el insólito triunfo. Todas
las querellas y enconos sociales despresurizaron la olla express la que
amenazaba explotar en los próximos resultados electorales si no se respeta la
voluntad popular. Incluso a esta euforia popular se sumaron los candidatos
presidenciales para llevar agua a su molino.
Con las nuevas expectativas de victorias ¿Cómo reaccionará la
fanaticada si la Selección Mexicana pierde ante la mediocre selección de Corea
del Sur o no logra pasar al quinto partido? Hoy el técnico Osorio y el “Chucky”
Lozano son considerados como héroes
nacionales; de fracasar la selección mexicana en sus siguientes partidos Osorio
será satanizado al que habrá de cortarle la cabeza.
Las masas populares se mueven como un péndulo ora impulsado por
la esperanza a un futuro promisorio y, por tanto tolerante y solidario; ora por
la desesperanza traducida en irritación, impotencia y en una potente fuerza
destructiva que genera la ingobernabilidad de una Nación.
En estas circunstancias no hay razonamientos que valga ni líder
carismático que las contenga…
El próximo
escenario electivo.-Continuando el hilo conductor de esta columna veamos
el escenario electivo del próximo 01 de julio.
Si tomamos como base los resultados de la mayoría de las
empresas encuestadoras incluyendo la encuesta pagada por la COPARMEX es el
candidato de Morena Andrés Manuel López Obrador el que se perfila como el próximo presidente
de México en un rango del 15 a 20% por arriba del candidato que ocupa el
segundo lugar.
Ahora bien suponiendo que su ventaja real fuera del 10% de la
votación efectiva emitida en las urnas cada punto porcentual significaría alrededor
de 650 mil votos multiplíquelos por 10% tendríamos 6 millones 500 mil votos, sufragios
necesarios para el que hoy ocupa el segundo lugar para que la competencia sea
de pronóstico reservado. En 9 días que resta de campaña de proselitismo
electoral será un esfuerzo titánico alcanzar esa suma de votos.
Lo anterior explica el por qué desde la semana pasada y en lo
que resta de la campaña arreciará las llamadas por telefonía móvil una intensa campaña
para desacreditar al candidato puntero.
Quien proporcionó la lista de nombres de usuarios incurre en
los delitos de violación a los derechos de privacidad a sus clientes y a la
protección de sus datos personales. El propósito es desalentar la participación
ciudadana.
La mejor manera de enfrentar estas campañas negativas es
mejorar la comunicación de los candidatos y una sólida estructura territorial
que motive a los ciudadanos a concurrir a las urnas y ejercer libremente su
voto.
A todos los partidos políticos y a sus candidatos conviene la
participación ciudadana sin presiones desde y por los gobiernos estatales y
federal.
El triunfo o la derrota no están asegurados para nadie porque
desconocemos cual será el ánimo de los sufragantes el día de la elección.
¿Cuál será la orientación de su voto de millones de mexicanos
si la selección de México continua victoriosa? El nacionalismo exacerbado une instintivamente
a las masas populares más allá de filias y fobias, porque promover el
desaliento popular es conducirlo a la desesperanza y a la ingobernabilidad
social.
He aquí la enorme responsabilidad con la que deben conducirse
los 4 candidatos presidenciales y la clase política hoy en el poder
gubernamental…