Por Francisco Cruz Angulo
El lunes pasado el Presidente Enrique Peña Nieto en cadena
nacional dio a conocer su iniciativa de Reforma Energética.
De acuerdo a lo dicho por el mandatario subrayó una y otra
vez que no se privatizará a Pemex ni a la CFE. Los hidrocarburos seguirán
siendo propiedad de la nación.
Apoyó su propuesta de Reforma en el texto constitucional que
emitió el ex presidente Lázaro Cárdenas del Rio en 1940 en donde se dice que la
Nación no podrá concesionar a particulares de la extracción y explotación de
nuestra riqueza petrolera, pero la iniciativa privada si podrá invertir en
coadyuvancia con el estado en toda la cadena productiva de la industria
petroquímica.
La Reforma Energética en materia de Petróleo, Gas Natural y
Energía que enviará el mandatario federal al Congreso de la Unión estará
sustentada en los siguientes ejes estratégicos.
A saber:
1.- Retoma el texto 27 constitucional de Lázaro Cárdenas,
celebrar contratos de utilidad compartida con la iniciativa privada para
generar energía más barata, esto quiere decir que Pemex seguirá con la renta
petrolera.
2.- Nuevo régimen
fiscal para Pemex que pretende ser competitivo con estándares internacionales.
3.- Reestructuración de la paraestatal y sus subsidiarias en
2 divisiones: Transformación industrial y Exploración y producción.
4.- Mejorar condiciones de transparencia y rendición de
cuentas de la empresa petrolera respecto a obras, licitaciones y contratos.
5.- Mejorar el poder de compra para usarlo como palanca de
desarrollo.
6.- Permite participación de particulares para generación de
electricidad.
7.- El Estado
mantendrá el control del sistema eléctrico de la ciudad, así como el servicio
público de distribución.
8.- CFE tendrá mayor flexibilidad operativa que ayudará a
reducir costos.
9.- Fortalecer a organismos como la Comisión de Energía.
10.- Favorecerá el desarrollo tecnológico para generar
fuentes de energía renovables y que tienen menor impacto en el medio ambiente.
Por supuesto la iniciativa presidencial implicará reformar
algunos párrafos de los Artículos 27 y 28 constitucional lo cual generó
opiniones encontradas en el PAN y en el PRD.
El Presidente nacional del blanquiazul reprochó que la
reforma es corta y tibia al omitir otorgar en concesión a particulares toda la
cadena productiva de la industria de Pemex.
Los dirigentes de las izquierdas, entre otros el PRD y MORENA de López Obrador le reprochan que el
presidente Peña Nieto estará entregando la riqueza nacional de nuestros
hidrocarburos a las compañías trasnacionales, lo que califica como una traición
a la patria.
El presidente hizo revelaciones muy importantes, entre otras:
hace una década de tres millones de barriles que exportaba Pemex en los mercados internacionales hoy su
producción actual es de 1,400 millones de barriles diarios. De no explotar
yacimientos nuevos sobre todo en aguas profundas en tanto no disponemos de las
tecnologías modernas, ni los recursos suficientes en 10 años seremos un país
importador de petróleo.
Otros datos: Por falta de refinerías en el país importamos 4
de 10 litros de la gasolina que actualmente consumimos, lo que encarecerá aún
más el precio de la gasolina y de los productos derivados de la industria petroquímica.
Lo mismo pasa con el Gas natural. Pese a que tenemos normes
reservas de gas natural en nuestro subsuelo, el 30% lo importamos. Si no
explotamos este recurso decrecerá nuestra producción industrial al incrementarse
el precio del gas se elevará el precio de la luz eléctrica.
Así pues la única alternativa es permitir la inversión
privada como coadyuvante de la modernización de Pemex a través de los contratos
de utilidad compartida y de producción compartida.
Es evidente que los panistas quieren volver a los tiempos
anteriores de la expropiación petrolera de 1938 cuando las compañías extranjeras
extraían nuestra riqueza como si fueran dueños de parte de nuestro territorio
nacional y que daban trato de esclavos a nuestros trabajadores de aquella época
y a cambio de otorgar migajas al estado mexicano.
La izquierda, aunque reprocha que se pretende reformar a Pemex con
un decreto de 1940 se aferra como si fuera dogma religioso al Artículo 27
Constitucional. El PRD de los “chuchos” que se califican como la moderna
izquierda creemos que si tiene claro que la iniciativa presidencial no es
privatizadora, lo que pasa es de que temen que se les vendrá encima la descalificación de
los fanáticos de las huestes de López
Obrador y que el PRD perdería adeptos al
considerarlos como traidores a la patria.
Si bien se deslindaron del radicalismo de López Obrador al
rechazar el condicionamiento que hizo el “peje” al PRD para hacer un frente
común en contra de la supuesta privatización de Pemex, los pone en una posición
incómoda para conservar su liderazgo.
La posición de los actuales dirigentes del partido del Sol
Azteca es difícil porque están atrapados en un doble discurso. Por un lado
hacen pactos con el PRI y el PAN en el proyecto de Peña Nieto y, por otro lado
mantenerse en la línea ideológica, programática y de principios que dieron
origen a ese partido en la que los Artículos 25, 27 y 28 Constitucional son inamovibles.
En este debate de dicha reforma lo más probable será que el
PAN saque buenos dividendos políticos y económicos a cambio de sumar los votos
de sus dos bancadas para que junto con el PRI y el PVEM aprueben la susodicha
reforma; mientras que el PRD y los partidos de izquierda con registro votaran
en contra para mostrar su patriotismo trasnochado. Lo mismo ocurrirá
seguramente en la reforma Fiscal y Hacendaria.