Las impugnaciones
que presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TRIFE), el “Movimiento Progresista” encabezado por Andrés Manuel López Obrador
con el objetivo que se invalide la elección presidencial del pasado 01 de
julio, ahora despertó la irritación del sector empresarial mexicano tomando
como pretexto que algunos seguidores de el “peje” realizan acciones de
violencia en contra de la cadena comercial “Soriana” y las supuestas pruebas
que presentó López Obrador de triangulación de recursos públicos a través de la
banca comercial para financiar la campaña de Peña Nieto dañan la integridad
moral de sus asociados.
En ocho
cartas a la opinión pública insertadas simultáneamente el día de ayer en los
medios de comunicación, el sector patronal responsabiliza de esas acciones vandálicas
a López Obrador y lo conmina a respetar a las instituciones y dejar de alentar la
desacreditación a ese centro comercial y al bancario.
Es curioso
que en ninguna de estas cartas se exhorte a que el TRIFE desahogue todas las
impugnaciones a la elección presidencial actuando con objetividad y transparencia
y de acuerdo al marco de la Ley electoral y constitucional.
Hasta hoy
AMLO actúa con prudencia. Todos sus reclamos los hace dentro de los canales
institucionales que la misma Ley electoral le otorga. Lo que seguramente
molesta a los empresarios es que primero los ventile públicamente y sean los
mismos medios de comunicación los que lo divulguen, tal y como es su deber
profesional. Tal vez lo que quisieran las cámaras empresariales es que se
hiciera en lo oscurito. Ahora resulta que son más papistas que el Papa.
El mismo
Peña Nieto declaró que las impugnaciones a los procesos electorales son un
derecho de todos los partidos políticos y no hay por qué escandalizarse o
reprobarlos. El que nada debe, nada teme.
Si no fuera
porque existen estos canales para dar salida a las inconformidades que hay en
todo proceso electivo se impondría la ley de la selva. Si López Obrador hubiera
cometido el mismo error del 2006 a esta fecha tuviéramos un país ingobernable
de consecuencias difíciles de prever dado el estado de violencia que existe en
gran parte del territorio nacional.
Lo mejor
para todos es dar tiempo a que el TRIFE examine con imparcialidad todos los documentos
y pruebas que presentó el “Movimiento Progresista” en donde sostiene su
solicitud de invalidez de la elección presidencial, así como la defensa legal
que haga el PRI para demostrar que su candidato presidencial ganó legalmente la
elección del pasado 01 de julio; y que una vez cotejadas todas las pruebas de
cargo y descargo a la luz de la Ley electoral vigente, los magistrados den su veredicto
final, mismo que será inapelable y acatado con carácter obligatorio por todos
los partidos políticos.
No se vale
que los grupos de presión de la iniciativa privada o algún partido político
pretenda imponer por la fuerza de la opinión pública una decisión que solo
compete tomar al TRIFE.
En tanto se
resuelven estas controversias, tanto el PRI como el PAN ya iniciaron a discutir
y analizar los temas prioritarios de sus agendas legislativas.
El tricolor pondrá
sobre la mesa crear instituciones autónomas y ciudadanizadas para combatir la corrupción;
obligar a transparentar el ejercicio del poder en los tres poderes del estado, ayuntamientos
e instituciones descentralizadas del gobierno y la rendición de cuentas, así
como normar las relaciones medios de comunicación-Estado.
Las próximas
bancadas del tricolor en el Congreso de la Unión adelantaron quienes serán sus
operadores políticos en ambas cámaras: Manlio Fabio Beltrones coordinará la
bancada en San Lázaro; y Emilio Gamboa coordinará la bancada en el Senado de la
República. Simple fue un enroque. Los dos políticos son de larga y probada
experiencia política y se caracterizan por su capacidad de dialogo y negociación.
En el
Partido Acción Nacional en días pasados hubo una cónclave de diputados y
senadores electos con dirigentes nacionales y estatales. Coincidieron en la necesidad
de reconstruir su partido a partir de una reflexión crítica y autocrítica de su
debacle electoral. Por otro lado se comprometieron a impulsar la continuidad
del cambio en el Congreso de la Unión y poner sobre la mesa tres reformas
estructurales que son prioritarias para la nación: la reforma hacendaria; la
reforma laboral y la reforma energética. Hay expectación de cual será la posición de las izquierdas
una vez que el TRIFE convalide o no el triunfo de Peña Nieto como presidente
electo de México.