En el último número del periódico oficial “La Fe” vocero de
la Arquidiócesis de la Ciudad de México sus editorialistas vuelven a
descalificar a nuestras instituciones republicanas y laicas señalándolas como
responsables de fomentar la perversión sexual y la desintegración de la familia
al institucionalizar valores que contravienen la moral cristiana y las buenas
costumbres.
Esta vez sus dardos dogmáticos apuntaron a los magistrados de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Tal embestida de la alta jerarquía católica es a consecuencia
que en días pasados los ministros de la Corte sentenciaron como
inconstitucional a todos los códigos civiles en aquellas entidades federativas
en donde no se reconoce el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, puesto
que la unión legal de dos personas no necesariamente debe tener por finalidad
la procreación de hijos sino de la búsqueda de la felicidad como valor supremo
de la vida.
La autoridad eclesiástica mexicana continúa navegando con los
dogmas del pasado y no acaba de entender que la familia tradicional está en
descomposición no por los demonios del mal sino a consecuencia de la profunda
desigualdad social y, por otro lado a una sociedad que evoluciona con celeridad
en la ciencia y en la tecnología y, por lo tanto el ser humano busca nuevas
formas de convivencia familiar.
El mandato de la Suprema Corte es claro: todos los códigos
civiles en cada uno de los estados deben adecuarse a esta nueva realidad.
En este sentido se pronunció el magistrado del Poder Judicial
del Estado, Lic. Pedro Antonio Enríquez Soto quien indicó que seguramente muy
pronto esa reforma al código civil de Nayarit estará en la agenda del Congreso
del Estado, esto es la de adecuar nuestro código civil en correspondencia a lo
que mandata la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En efecto nuestros legisladores nayaritas ya no pueden cerrar
los ojos ante el hecho que decenas de parejas del mismo sexo tengan que recurrir
al amparo a fin de legalizar su relación por medio del matrimonio.
No hacerlo no solo es un acto discriminatorio sino atentatorio
a los derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna a la cual juraron
cumplir y hacerla cumplir cuando llegaron al cargo.
La lucha de la comunidad gay no ha sido en vano. Esperamos
que muy pronto ya no tengan que recurrir al amparo para hacer valer sus
derechos civiles…
Espectáculo
degradante.-Se divulgó por algunos medios de comunicación escrita y en
las redes sociales el bochornoso zafarrancho que protagonizó al jefe de
Difusión del ayuntamiento de Tepic que preside el Dr. Leopoldo Domínguez en un
table dance ubicado por el libramiento carretero de esta capital.
Se informó que este sujeto de nombre Jonathan Lora en completo
estado de ebriedad en una airada discusión que sostuvo con un elemento de la
policía estatal, Cesar Augusto Torres ordenó a su guarura Alejandro Ignacio
Nungaray disparar su arma de fuego en contra de su contrincante lo que provocó
un intercambio de disparos entre ambos policías. Afortunadamente sin
consecuencias graves.
Los tres rijosos fueron detenidos por la Policía Nayarit y
puestos a disposición del ministerio público.
Uno se pregunta qué tanta influencia tiene el funcionario
municipal como para traer un policía de guardaespaldas a su servicio y más aún
en un antro de vicio.
Estas acciones de prepotencia dañan la imagen pública del
ayuntamiento de Tepic, lo que refleja que no se respetan las normas
disciplinarias para todos los funcionarios públicos de confianza que, como se
ve hacen los que les pega le gana.
Con este tipo de colaboradores el alcalde tepicense para qué
quiere tener más adversarios políticos. El Dr. Leopoldo Domínguez debe poner
orden en el cuerpo de sus colaboradores más cercanos…